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espero sea de su agrado.

Un chico de tez pálida miraba con cierto toque de emoción a las féminas que se encontraban delante de él, las chicas se mantenían quietas y con la barbilla en alto esperando alguna orden de aquel joven hombre de ojos felinos, este sonrió de costad...

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Un chico de tez pálida miraba con cierto toque de emoción a las féminas que se encontraban delante de él, las chicas se mantenían quietas y con la barbilla en alto esperando alguna orden de aquel joven hombre de ojos felinos, este sonrió de costado deteniendo su mirada en cierta mujer de curvas algo pronunciadas y rasgos delicados. —Siéntete afortunada, hoy me harás compañía. — Hizo una rápida seña para que las demás se retiraran y en cuestión de minutos se quedaron solos en aquel espacioso lugar. El pálido palmeo sus muslos llamando totalmente la atención de aquella bella chica. —Vamos, no hagas esperar a tu príncipe. — En un pequeño asentimiento y reverencia se acercó sentándose con total cuidado sobre aquellas piernas cubiertas por unos finos pantalones, los cuales pensaba la mujer que valían más que su propia existencia. Y definitivamente sí que costaban más de lo que se podía imaginar.

¿Quién era ese hombre y por qué tenía esa libertad de ordenarle tal cosa a la pobre chica?, bueno, ese chico de ojos gatunos era nada más y nada menos que Kim YoonGi, el futuro rey de Daegu, a pesar que todavía no portaba la corona y el mandato del reino en su totalidad, tenía el poder de ordenar lo que fuese y quisiese del reino. Ese príncipe tenía el pasatiempo de acosar sexualmente a todas las criadas del lugar, no había chica del castillo que no hubiera pasado por las garras de aquel hormonal príncipe. Kim YoonGi era el demonio de Daegu, nadie lo quería de rey, nadie quería a un adicto al coito siendo la cabeza de Daegu. Se decía por los pasillos del reino que Daegu estaba literalmente perdido ante tal príncipe.

Kim paseo su lengua sin pudor alguno por la delicada mejilla de aquella chica de la cual ni siquiera sabía su nombre, su gran mano se detuvo en la cintura de esta haciendo presión en la zona. Estaba comenzando a divertirse tan bien a satisfacerse al sentir el cuerpo de la mujer temblar sobre él, pero para la desgracia del de ojos gatunos la gran puerta del salón se abrió dándole paso a dos grandes y fuertes figuras las cuales el príncipe de Daegu conocía tan bien. Bufo molesto al ver que uno de ellos hizo una seña para que la fémina se retirara del lugar sin siquiera soltar una palabra en su presencia, los tres se mantuvieron en silencio esperando a quedar solos y que los guardias del lugar cerraran la puerta.

—Kim YoonGi, ¿Cuántas veces más tendré que reprenderte por este comportamiento tuyo? — Su progenitor habló fuerte tratando de intimidar al menor con ello, pero solo se ganó que este torciera los ojos.

—Una disculpa mi rey SeokJin, solo quería divertirme un poco. — El otro hombre gruño totalmente molesto, pero se mantuvo en silencio esperando que el rey SeokJin volviera a tomar la palabra. YoonGi se puso de pie haciendo una reverencia marcada para ambos mayores. —Se me había olvidado mostrarles respeto, mis reyes. — SeokJin apretó la mandíbula al ver tal acción, sabía que aquello solo lo hacía para molestarlos, pero no caería en su sucio juego.

Educando a un príncipe ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora