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Vegetta miró a la pareja a través de la ventana, y puso una mano contra el cristal, la escena le estaba partiendo el corazón.

Miró a Willy reír de una broma que su acompañante había soltado, estaba entrelazando sus dedos y lo miraba como si fuera lo único del mundo.

Otros seis chicos entraron en tropel riendo y gritando, el joven que miraba por la venta se limpió una pequeñísima lágrima que se había resbalado por el lateral de su mejilla.

"Oye, Veggeta, ¿estás bien?" Preguntó el más pequeño de todos, todos se detuvieron para mirar al que básicamente los dirigía, el ojimorado les dedicó una sonrisa y asintió.

"Ah... s-sí." Murmuro, todos continuaron riendo y charlando mientras ordenaban las cosas sobre la mesa central, todos menos uno, quien se acercó hasta él y le tomó la mano.

Sus ojos mostraban tanta seriedad como nunca lo había hecho, tomando en cuenta que bromeaba casi todo el tiempo. Vegetta no sabía lo que esa mirada significaba, nunca lo había visto así antes, y la electricidad en su mano era nueva también.

"¿Vienes conmigo para el día de San Valentín?" Pidió, todos los demás se quedaron quietos y callados, mirando la escena, Luzu sonreía deslumbrante viendo como sus consejos al fin habían servido de algo y que su pupilo había dejado las indirectas de lado.

Todos esperaban la respuesta del ojimorado, conteniendo el aliento, las próximas palabras que salieran de su boca determinarían un antes y un después.

"¿Quieres que te acompañe a por una monja?" Cuestiona, y todo el grupo se golpea la frente con la mano, al unísono.

"Jo'er, Vegetta." Suelta el que va tomado de la mano de Luzu. "Que lento eres, macho."

Different // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora