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Vegetta estaba ordenando algo en su salón de cofres cuando Rubius entró, aún algo dormido, llevaba puesta una camisa suya, que apenas le cubría los muslos.

"¿Por qué estás usando una camisa mía?" Inquiere el mayor, mirándolo con el ceño fruncido, aun cuando está encantado.

"Porque es cómoda." Responde el susodicho, estirando las mangas hasta sus palmas.

"Lo sé, es mía." Murmura, remarcando la última palabra, el menor frunce el ceño.

"¿Qué? ¡No!" Se queja. "Es mía también, te casaste conmigo, ¿no? Lo tuyo es mío y lo mío es mío."

"A ver, Rubén." El ojimorado se frota la frente con la palma de la mano. "¿Estás pidiendo la custodia compartida de la camisa?"

El peliblanco no estaba del todo seguro de que significaban todas esas palabras, así que se limitó a asentir con un suave: "Ci."

Different // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora