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Auron era súper rudo. Era de esos tipos que no lloran al ver "Titanic", de los tipos a los que todo el mundo recurre cuando está asustado, porque es el único que mantiene los nervios.

Eso no hace que no sea algo distinto cuando está con personas realmente cercanas a él, especialmente con su novio.

"Nos vamos a casa." Avisa Luzu, poniéndose de pie. "¿Vienes conmigo, Auron?"

"Sí, mi niño, todo lo que quieras." Responde, mirándolo con los ojos brillantes y una sonrisa embobada en su rostro. El mayor le quita la cerveza de la mano, y Auron parpadea un par de veces antes de levantar la mirada hasta su novio. "¿Qué... qué haces, gorrino?"

"Ya has bebido mucho, sino te controlas un poco voy a tener que llevarte cargando." El menor frunce el ceño, pero no dice nada.

"No sé cómo es posible que te dejes dominar por tu novio." Se burla Rubius, sentado junto a él.

"Doblas, deja de beber, chiqui." Pide Vegetta, llegando hasta ellos, el peliblanco deja la botella sobre el piso, asintiendo.

"Está bien."

Auron era muy rudo, enserio que sí, incluso cuando se embriagaba.

"Soy muy rudo." Murmura Auron, Luzu asiente quedamente.

"Claro que sí, amor." Responde el mayor.

"Aunque me lleves cargado, soy muy rudo." Acomoda la cabeza contra la espalda del mayor.

"Nadie dice lo contrario." Consiente Luzu nuevamente, con tono dulce

"Aun cuando me trabajes el siempre sucio." Insiste, el mayor reprime una carcajada en los labios. "Soy muy rudo." Insiste.

Tengo otro libro Rubegetta, es todo el spam que voy a hacer. Los amo, bye

Different // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora