-¡Hey, tú! Soldado veintitrés ve a vigilar la frontera con el cadete veinticuatro - dijo el general, a lo que Juan Pablo asintió.
Isaza se dirigió hacia la frontera con el cadete Simón y una vez allí ambos empezaron a platicar de temas banales.
-¿No es un poco extremista matarlos solo por cruzar? - preguntó Simón.
-Todo lo que hacemos es demasiado extremista - respondió el más alto.
De un momento a otro, dos chicas pelirrojas se dejaron ver. El soldado apuntó junto con el cadete con los rifles a ambas chicas.
-Marca - ordenó Juan Pablo aún apuntándolas con su arma.
Las dos extendieron el brazo mostrando su marca del bando de "Las doble u negras".
-Váyanse. Por favor. - pidió Simón mientras él y Juan bajaban las armas.
Unas voces se escucharon acercarse y ambos susurraron: -"¡Corred!" - por lo cual ambas empezaron a correr hasta desaparecer de la visión de ellos.
Cuando la voz llegó hacia donde los chicos estaban, ambos se dieron la vuelta y encontraron al general de nombre Andrés Leal, pero ambos debían llamarle general.
-Ayúdenme a llevar al prisionero a otra celda - les mandó Andrés.
Andrés empezó a caminar y Juan Pablo y Simón detrás de él.
Juan Pablo estaba haciendo guardia en las celdas; se paseaba de un lado a otro hasta que John fue a relevarlo.
-El capitán Francisco Javier te llama - le dijo John a Isaza.
Juan Pablo se dirigió a la puerta saliendo del lugar en el que se encontraba.
Francisco Javier saludó a Juan Pablo y este tomó asiento.
-¡Felicidades! - le dijo, a lo que el soldado le miró con cara de confusión -. Toma. - añadió entregándole una caja que fue abierta por Juan Pablo mientras que el capitán decía "Felicidades, ahora eres cabo primero. Ya puedes retirarte".
-¡Hey! - Isaza escuchó una voz -. ¡Hey Juan Pablo! - por lo cual se dio la vuelta encontrándose con Simón.
-¿Abaste tu turno? - le preguntó Isaza.
-Sí, ¿y tú?
Juan Pablo asintió con la cabeza y ambos fueron a pasear antes de ir cada uno a sus respectivas chozas.
Una vez que Juan Pablo llegó a la suya, abrazó a su perra Malta y el gato de Simón, que vivía con, ya que la choza del cadete veinticuatro era muy pequeña. Fue pronto a la cama, pues al día siguiente debería ir a vigilar al nuevo preso.
Narra Juan Pablo
Empecé la mañana normal. El preso comenzó a hablarme: me dijo que se llamaba Juan Pablo, así como yo; me pareció bastante agradable, pero tal vez solo intentaba escapar. Después de un par de horas me enviaron a vigilar la frontera con Simón.
Sí, sabemos que tenemos muchas historias sin acabar, pero estamos trabajando en ellas y estudiando a la vez.
Esta historia se actualizará más seguido debido a que ya la teníamos escrita en papel. Y sí, sabemos que no son los separadores más bonitos del mundo, pero son provisionales.
~cat_ex146º
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Los triángulos negros y las doble u negras.
Fiksi PenggemarHistoria escrita por Cati y Diana