Cita

1.1K 104 90
                                    


Ese día, sería un buen día.
Lo decidió al abrir los ojos, estirarse, recordar que tendría una cita con un hombre que le gustaba mucho, y todo indicaba que era correspondido.

Sería un buen día, sin importarle que debía estar de pie un sábado temprano.

Dejó la casa sin saludar a Meng Shi, ella estaba durmiendo y se merecía quedarse en cama hasta tarde.

Como él no podía darse ese lujo, tuvo que cortar la charla con MingJue al poco tiempo de quedar de acuerdo sobre su encuentro en la horas nocturnas de ese sábado. Suponía que MingJue había trasnochado, bendito horario de oficina, el sábado se podía quedar tendido él y todo su enorme cuerpo hasta bien entrado el mediodía.

Pero la envidia a los dormilones no iba a opacar su mañana.

Al menos el vagón del subterráneo estaba por lejos, menos concurrido de lo habitual, y en ese vacío, entre asientos, puertas despejadas, y relativo silencio, iba pensando en que usaría, en cómo organizaría los horarios, el punto de encuentro, que podría pasar después... esa noche y los días siguientes.

Admitía que le alarmaba pensar con ciertas ilusiones a futuro, tal vez él mismo estaba nublando su juicio, por eso esperaba encontrar a los hermanos Wen para hablar al respecto, después de todo, eran las únicas personas que sabían de Nie MingJue, y también, sus únicas amistades.

Al llegar al local, se encontró con más de un Wen en la puerta.

Cruzó la calle y al estar cerca, Wen Chao volteó a verlo, sin disimular la mirada de arriba a abajo, y la sonrisa maliciosa que lo caracterizaba.

- GuangYao - saludó sin dejar de sonreír.
- Wen Chao - respondió el más joven y se giró un poco a ver a sus compañeros.
- A-Qing, A-Ning - y a ellos si les dedicó una sonrisa amena.

Ambos respondieron al saludo, pero podía verlos notablemente incómodos, y no era para menos. Wen Chao ocasionalmente se aparecía en busca de apoyo y ayuda, usualmente dinero, cuando su padre no le cumplía los caprichos o simplemente se enfadaba de mantener a semejante sujeto.

Con la impunidad de ser un caprichoso, rico y mimado, iba a molestar a sus primos cuando en casa no le daban lo que quería, aprovechándose de la situación de los hermanos, haciéndoles sentir que le debían algo a él.

- Bueno, los dejo seguir tra-ba-jan-do - y río. - ¡piensa lo que te propongo prima! ¡en serio es una buena oportunidad! -

Wen Qing respondió con un seco - "jhm" - y alzó una ceja.

El rostro amable de Wen Ning estaba serio, y los tres se quedaron viendo mientras Wen Chao se alejaba para subir a su auto y luego, arrancar haciendo un estruendo con su vehículo modificado, típico de quien quiere llamar la atención, hacerse notar.

-¿Qué fue eso? - preguntó una vez estuvieron ellos tres.

- Ah otra de sus locuras, nada importante. Al menos no vino por otro de sus préstamos -

Wen Ning solo asintió, y los tres pasaron al local una vez que la chica abrió la puerta de acceso para empleados.



Jiang Cheng fue el primero en volver a la vida después de la reunión de la noche.

Se paseó por la casa en silencio, juntando las latas, ordenando un poco el departamento con unas ojeras dignas pero en paz, al menos hasta que su hermano decidió dejar de dormir también.

Yanli y su familia habían ido a su propia casa una vez que Jin Ling comenzó a quedarse dormido, pero su hermano, su cuñado y MingJue aún estaban en el departamento.

Underground TreasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora