Ya habían pasado seis meses y la amistad entre Harry y Draco había crecido. Se juntaban todas las tardes con Hermione y Ron en la plaza a jugar. Cuando sus padres- los Potter y los Malfoy- se juntaban a cenar, ellos se quedaban jugando durante horas hasta que caían dormidos. Trataban de juntarse a dormir para ver alguna película o simplemente seguir con sus juegos de niños.
Draco se encontraba ordenando su habitación. Se colocó unos pantalones negros y luego una remera verde con rayas negras. Bajó las escaleras y corrió a la cocina. Ahí se encontraba su madre: vistiendo unos pantalones negros que le hacían notar sus largas piernas, una camisa blanca con cuello en V, y su cabello perfectamente peinado. Estaba igual de hermosa de siempre, o quizá un poco más.
- Hola mamá- dijo Draco para correr a abrazarla.
- Hola mi dragón- abrazó fuertemente a su hijo.
- ¿Puedo ir con Harry?
- Claro mi cielo, ¿quieres llevar algo?
- ¿Dónde quedó el pudín de calabaza que hice ayer?- preguntó Draco mientras buscaba en la heladera- Se lo hice a Harry, es su favorito.
- Lo guarde en un recipiente más prolijo- dijo su madre mientras se lo alcanzaba.
- Gracias mamá, eres la mejor- exclamó mientras se subía a la mesada para darle un beso en su mejilla.
- ¡Draco!- rió Narcisa- No puedes subirte a las mesadas, te puedes lastimar.
- Además, es un gesto muy grosero- la voz de Lucius resonó en la cocina.
Draco se bajó rápidamente y se puso rígido. Su padre avanzó con pasos lentos mientras le dirigía una mirada fría y calculadora a su hijo. El largo cabello del hombre se encontraba perfectamente peinado. Su ropa estaba sumamente planchada. Llevaba un conjunto negro, como los que siempre solía utilizar.
- H-hola padre- habló Draco tratando de sonar tranquilo.
- ¿A dónde vas?- preguntó Lucius mirándolo de arriba abajo.
- A l-la casa de Harry.
- ¿Y vas a ir así de despeinado?- preguntó medio asqueado- ¿Qué pensarán sus padres al verte con esa ropa que parece pijama? ¿Quieres causar acaso una mala impresión en la familia de tu único amigo?
Draco tembló al escuchar aquello, pero aún así se mantuvo firme. Algo que le había enseñado su padre es que tenía que mantenerse perfectamente parado ante todo.
- Lucius, déjalo- le dijo Narcisa a su esposo enojada- Draco cariño, ve a la casa de Harry, estas precioso- se acercó al niño y le besó la mejilla.
El rubio salió de su casa con una sensación amarga en su garganta. Caminó hasta encontrase en la puerta de los Potter y antes de tocarla, dudo. Las palabras de su padre se hicieron presentes en su cabeza. Negó rápidamente y tocó la puerta.
Lily la abrió y sonrió al ver a Draco parado con una sonrisa.
- Hola Draco- saludó Lily.
- Buenas tardes, señora Potter.
- Harry se encuentra enfermo- dijo apenada la mujer.
Una sensación de tristeza viajo por el cuerpo del niño. Quería ver a su amigo, quien estaba enfermo y seguramente querría estar tranquilo descansando. Además, Harry seguramente estaría aburrido en su cama sin poder hacer nada ya que se encontraba en un mal estado para hacerlo.
- Esta bien, dile que vine a buscarlo y que espero que esté mejor...- iba a continuar, pero Lily lo interrumpió.
- Creo que se sentiría mejor si lo visitas- dijo de manera juguetona la mujer.
La cara de Draco se iluminó y pasó de manera animada. Agradeció que lo hayan dejado pasar y subió las escaleras con destino a la pieza de su amigo. Caminó por un pequeño pasillo y tocó la segunda puerta de la izquierda. Esperó hasta que la débil voz de Harry dijera pase.
Entró a la habitación de su amigo. Harry se encontraba acostado en su cama, tapado hasta la cabeza. Se reincorporó rápidamente al ver a Draco en la puerta de su pieza. Agarró sus lentes redondos de su mesa de luz y se los colocó. Una sonrisa llena de felicidad se dibujó en su rostro.
- Draco- habló.
El mencionado se acercó y se sentó alado de Harry. Le revolvió el pelo haciendo que una risita se escapara de los labios del enfermo.
Aquella risa. Esa risa que encendía de manera inmediata la felicidad de Draco. Esa risa que se robaba las suyas. Esa risa que lo hacía sentir lleno.
- Te traje algo- le colocó el recipiente envuelto con una tela color crema en sus piernas.
Harry lo miró con curiosidad y lo desenvolvió. Su sonrisa se hizo aún más grande y miró a Draco sin poder creerlo.
- ¡Un pudín de calabaza!- exclamó- ¡Mi favorito!
- Cuando me dijiste que te gustaban, le pedí a mi mamá que me enseñara a hacerlos para poder hacerte uno.
Harry se lanzó a Draco y lo envolvió en un abrazo. El rubio se quedó paralizado y su corazón latió rápido. Poco a poco, fue acercando sus brazos al cuerpo de su amigo para luego darle un fuerte abrazo. Los dos se quedaron sumergidos en aquella muestra de cariño.
- Gracias Draco- susurró y lo abrazó aún más fuerte.
- ¿Por qué me agradeces?
- Por haber aparecido en mi vida- respondió y le dio un beso en la mejilla- Por ser mi mejor amigo.
...................................
No se olviden de votar y comentar ❤️
ESTÁS LEYENDO
La cicatriz ( Drarry/Harco)
FanfictionHarry y Draco son amigos desde que son pequeños hasta que una tragedia sucede haciendo que esta amistad desaparezca en el mismo momento que la cicatriz de Harry se hace presente en su frente. Aunque pasen los años, la cicatriz nunca dejara de unirlo...