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- Y el grito agudo de aquel monstruo se escuchó a través de la puerta- la voz de Draco se hacía cada vez más profunda y aterradora a media que leía Caroline y la puerta secreta. Harry se estremeció y se tapó los ojitos mientras temblaba.

Se encontraban los dos niños en la cama de Draco, escondidos bajo a una manta. Harry estaba sentado sosteniendo el libro, mientras que Draco lo abrazaba desde atrás mientras sostenía la linterna y leía la historia. Harry había decidido que ese día Draco leyera algún libro de terror, ya que quería experimentar un poco de miedo. Pero ahora se arrepentía.

- D-Draco...- dijo en una voz temblorosa.

- ¿Si, Harry?- preguntó con un poco de diversión.

- Tengo miedo.

Draco sonrió y le sacó el libro a su amigo. Lo dejo en su mesa de luz y colocó la linterna en un costado para luego envolverlo en sus brazos. Harry soltó una risita y le dio un apretón cariñoso a los brazos de su amigo. El rubio escondió su cabeza en el cuello de Harry y cerró los ojos. Los niños se quedaron así, dándose cariño mediante acciones.

- ¿Estás bien, Draco?

- Si.

- ¿Quieres que nos acostemos?

- Está bien.

Los niños se recostaron en la cama del rubio, uno al lado del otro. Se quedaron en silencio mientras veían el techo a oscuras. La mano de Harry viajó entre las sábanas hasta que encontró la delicada y suave mano de Draco. Entrelazó sus dedos con los de su amigo y se apegó más a él.

- ¿Crees que existirá otra mamá igual a la mía con ojos de botones?- preguntó temblando levemente Harry.

Draco soltó una pequeña risa y apretó más su agarre dando a entender que era de manera cariñosa.

- No, Harry. Tu mamá es única y nunca habrá una igual a ella- dijo.

Al parecer aquellas palabras tranquilizaron al pequeño. Abrazó el brazo del rubio y se quedó en silencio. Draco pensó que se había quedado dormido, así que se acomodó para hacer lo mismo. Cuando el sueño había comenzado a ganarle, la voz de Harry lo invadió.

- Draco.

- ¿Hm?

- ¿Seremos amigos siempre?

Esa pregunta fue inesperada. Obvio que si. Draco anhelaba que esa amistad perdure para siempre. No podía imaginarse su vida sin Harry. Abrazó a su amigo y lo apretó contra su cuerpo.

- Siempre- contestó Draco antes de que los dos cayeran en un profundo sueño.

~•~•~•~•

Al día siguiente los dos niños se encontraban desayunando. Narcisa les servía pastelitos de limón mientras que los dos hablaban animadamente. Los pequeños se encontraban con pijamas: Draco llevaba un conjunto verde perfeccionado a su cuerpo, mientras que Harry llevaba una remera larga de su padre que le quedaba como vestido. Los pasos de Lucius hizo que el rubio se pusiera nervioso y se callara rápidamente.

- H-Hola padre- dijo.

- Buenos días señor Malfoy- saludó Harry mientras comía pastel.

Lucius alzó la ceja y miró a Harry con cierta sorpresa. Draco sabía que su padre estaba sorprendido ya que ese tipo de acciones las consideraba poco elegantes. Un enojo creció dentro de Draco. Su padre no podía criticar a su amigo de ninguna manera. Antes de que su padre abriera la boca, dispuesto a dar comentarios sobre la acción de Harry, lo interrumpió.

- Harry, ¿vayamos a la plaza con los chicos?- preguntó evitando a su padre.

- Draco Malfoy, ¿cómo se te ocurre hablar cuando yo estaba apunto de hacerlo? Es lo mismo que interrumpirme- dijo con cierta amargura Lucius.

- ¿Vamos, Harry?- preguntó nuevamente.

Harry se sintió incómodo, pero lo único que hizo fue asentir. Cuando se estaba levantando de la mesa, se paralizó al volver a escuchar la voz enojada del padre de su mejor amigo.

- Draco Lucius Malfoy- el pequeño rubio se estremeció al escuchar su nombre completo- ¿cómo se te ocurre ignorarme?- cada palabra que salía de la boca de Lucius parecía una bofetada. Al ver que Draco no contestaba, prosiguió- ¿Acaso no vas a responder?

El cuerpo de Harry temblaba. Quería irse de inmediato. En su vida se había sentido tan intimidado como en ese momento, en su vida había conocido alguien que intimidara tanto como Lucius Malfoy.

Su respiración se detuvo cuando la mano del hombre se estrelló en el rostro de su amigo, por no haberle contestado. Miró a Draco. El rostro del rubio estaba neutro y respiraba agitado. Los pasos rápidos de Narcisa llamaron la atención de los tres, ya que sus ojos se dirigieron a la mujer que se acercaba a ellos rápidamente.

- Harry, Draco, vayan a jugar- les dijo cariñosamente para luego dirigirle una mirada llena de furia a Lucius.

Los niños salieron en silencio de la mansión. Caminaron hasta la plaza y se sentaron juntos en un banco. Harry, nervioso, tocó suavemente el rostro de Draco, quien soltó un pequeño quejido.

- ¿Estás bien, Draco?- preguntó preocupado Harry.

- No es algo nuevo- dijo- Solamente que nunca había ocurrido frente a un amigo.

- ¿Qué quieres decir?- Harry estaba confundido.

- Digamos que mi padre tiene una manera muy especial de educar- explicó Draco avergonzado- Nunca se comportó así frente a un amigo. Bah, nunca había llevado uno a casa.

Harry permaneció en silencio mientras analizaba a su amigo.

- Harry, es un secreto lo que te voy a decir...- habló Draco en un susurro- Nunca he tenido amigos, ya que mi padre siempre se comportó...- el rubio se detuvo pensando en cómo describirlo- de una manera muy poco amable...- Draco se pasó las manos por el cabello- Perdón, no tenías porque ver eso. No quiero que pienses mal de mi papá o de mi familia, somos buenos, en serio créeme...

- Draco- interrumpió Harry.

- ¿Qué?- preguntó asustado

- Tranquilo, haré como si no hubiera ocurrido, y no pensaré nada negativo de tu familia.

Draco sonrió y se sintió aliviado. Harry lo abrazó fuertemente hasta que la voz de Hermione llamándolos, los separó.

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La cicatriz ( Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora