La cicatriz ( Drarry/Harco)

7

Siete años después.

El despertador sonó. Unos gruñidos se escaparon de su garganta. Se reincorporó en su lugar y con un fuerte golpe, apagó el aparato. Buscó con sus manos sus lentes redondos y se los colocó. Miró su habitación desordenada y se dejó caer nuevamente en su cama.

- ¡Harry, el desayuno ya esta listo!- gritó Lily.

Un suspiro se escapó de los labios de Harry. Se levantó de mala gana y se preparó para su primer día de clases. Era su quinto año en Hogwarts: era un colegio universitario para aquellos alumnos dedicados y responsables. Era una escuela, que además de ser complicada para poder acceder, soñada por todos los adolescentes. Te pedían un buen promedio para poder ingresar en ella.

Ya tenía quince años. Sus amigos iban a cumplir dieciséis en poco tiempo. Se colocó una remera blanca junto a unos vaqueros negros. Agarró su mochila y bajó rápidamente las escaleras. Su madre estaba sirviendo el desayuno mientras que su padre se arreglaba como podía la corbata.

- Hola mi cielo- sonrió Lily- te hice panqueques.

- Gracias Ma- sonrió Harry y le dio un beso en la mejilla.

- Hey, hey, cuidado con tu madre. Es mía- dijo James.

- ¿Ah si?- preguntó Harry.

- Si.

- Pues mira- agarró a su madre y la llenó de besos. Lily rió y abrazó a su hijo.

- Me siento traicionado- fingió su padre estar ofendido.

- Ay ya deja el show James y siéntate a desayunar- exclamó Lily.

El desayuno fue agradable y divertido. Luego de haber terminado cada uno su comida, se levantaron y se despidieron. James le dio un corto beso en los labios a Lily y Harry un fuerte abrazo. El hombre se subió al auto y los saludó a los dos antes de tomar su rumbo al trabajo. Harry comenzó a caminar con dirección a la parada de bus. Sonrió al ver a sus dos mejores amigos ya parados esperando el transporte.

- Por dios, Harry- dijo Hermione, soltando un suspiro de alivio- pensé que no llegarías.

- Dios hermano, llega más temprano. Me vuelve loco- comentó Ron, para luego ser golpeado de manera amistosa por parte de la chica.

Harry rió y se quedó charlando con sus amigos. Subieron al autobús y saludaron a varios amigos que compartían: Luna, Neville, Cho... El camino a la escuela se hizo corto, ya que en un abrir y cerrar de ojos, estaban frente a ella.

Un montón de alumnos se paseaban de un lado para otro. El trío de oro caminaban decididos hacia sus casilleros que se encontraban uno alado del otro. Dejaron sus pertenencias mientras charlaban y reían.

- A la primera hora tenemos Química- avisó Hermione mientras separaba las cosas de la materia.

- Uf, genial- dijo Ron.

- Con nuestro profesor preferido- comentó con amargura Harry.

- Debo admitir que no es muy agradable Snape- admitió Hermione.

- No es para nada agradable- la corrigió Harry.

Un chico alto y rubio se detuvo a unos casilleros de Harry. Colocó sus cosas dentro de él y se fijó cual era su primera clase. Era un chico pálido, con rasgos masculinos perfectos. Era flaco, alto y con el pelo levemente largo, un poco desordenado. Llevaba una camisa blanca que se adaptaba a su tonificado torso y brazos, junto a unos vaqueros color jean un poco rotos.

Hermione se quedó paralizada y Ron se volvió pálido. Harry miró a sus amigos desentendido y preguntó:

- ¿Qué pasa chicos?

- ¿Acaso es...- comenzó a decir Ron.

- Draco Malfoy- terminó Hermione.

Harry volvió a ver aquel atractivo chico y miró nuevamente a sus amigos.

- ¿Qué quien?- preguntó confundido.

Hermione y Ron se intercambiaron miradas.

- No importa Harry, mejor vayamos al salón- dijo la chica.

Comenzaron a caminar los tres, hasta que las cosas que llevaba Ron encima cayeron ya que alguien se había chocado contra el.

- Perdona- dijo una voz desconocida.

- Tranqui... Malfoy- habló duramente Ron.

Draco recogió los últimos libros de Ron y se reincorporó. Miró al pelirrojo sin demostrar nada en sus ojos.

- Weasley.

Los dos se miraron durante un largo rato hasta que los ojos grises de Draco viajaron entre el trío de oro.

- Granger- dijo con una pequeña sonrisa.

- Hola Draco- saludó un poco tímida Hermione.

El rubio se detuvo en Harry. Lo miró durante varios segundos inspeccionándolo. Por el otro lado, el chico hacía lo mismo. Sus ojos viajaron por el rostro de Draco. Vaya que ese chico si era atractivo. Tragó en seco y se centró en aquellos llamativos ojos grises. Se acercó un poco más y los analizó con más detenimiento. No sabía por qué, pero los conocía de alguna parte, solamente que estos ahora se encontraban vacíos y sin ningún brillo.

- Mejor me voy- se retiró sin decir nada más.

Harry observó como aquel chico se iba. Una molestia comenzó a surgir en su frente, para ser más específicos en su cicatriz.

Caminaron rumbo al salon. Entraron y se colocaron los tres. Hermione y Ron juntos mientras que Harry con Neville. Todo el curso estaba acomodándose. Longbotton aún no llegaba y la molestia en su cicatriz aumentaba un poquito. El curso se quedó sin asientos libres y el profesor Snape entró. Todos los alumnos se quedaron en silencio. Cuando comenzó a hablar sobre la materia, fue interrumpido por un alumno, quien entraba al aula.

Draco estaba rojo de vergüenza y comenzó a buscar rápidamente algún asiento libre. Se dirigió velozmente al asiento que estaba junto a Harry. Cuando se dio cuenta, sus pelos se pusieron de punta.

Hermione sonrió y Ron se puso extremadamente tenso. Draco estaba nervioso, pero no incómodo. Estaba sentado al lado de Harry. Del único mejor amigo que tuvo en su vida. Del chico que lo hacía tan feliz de niño, del chico que pensó durante cada minuto de cada día de cada año.

El profesor comenzó a dar vueltas por el curso mientras explicaba la fusión de algunas sustancias. Harry trató de entender, pero no podía. Tampoco se animaba a preguntar, ya que Snape seguramente lo humillaría. Decidió no esforzarse por entender algo que parecía chino para el.

Se estremeció cuando la cicatriz pareció palpitar dos segundos. Luego la molestia desapareció. Sus ojos viajaron al rostro de su compañero de banco, quien prestaba atención a la clase. Su corazón latió rápidamente y no entendía por qué.