La cafetería está llena, no creo que quepa un alma aquí adentro. Claudia me mira y avanza hacia mí.
-Lo siento Charlie, pero incluso las personas están pidiendo para llevar, la fila de espera es de casi cuarenta minutos. - su cara de preocupación es preciosa. Claudia es una mujer muy tierna, noble incluso.
-No pasa nada, volveré más tarde. -
-Tal vez pueda pedirte la comida para que esté lista a la hora que tú digas. - se ofrece.
-Bien, regresaré a las ocho, para la cena. - le sonrío y ella sonríe también.
-Emparedado de pollo y té helado de fresa. - lo anota mentalmente.
-Ya lo sabes. - le dedico una sonrisa mientras salgo entre la gente.
Camino a casa me llama Brady por teléfono.
-Hola Brady.- saludo.
-¡Qué tal! Escucha, mañana estaré en Los Ángeles, en Beverly Hills, me gustaría que nos viéramos para el desayuno, no tengo mucho tiempo, pero tenemos que revisar algunos números.-
-Perfecto, elige el lugar y mándame toda la información, te veré mañana.-
-Bien, A las ocho Charlie. A las ocho DE LA MAÑANA. - me repite antes de colgar.
Me río, no soy la persona más puntual del mundo.
Aquí vamos de nuevo, estoy viendo un vídeo bastante explícito, a pesar de que busqué algo que fuera más realista, simplemente no me parece que lo sea, la mujer grita mucho y el hombre parece que va a destrozarla, los movimientos son muy rápidos y su pene es raro, incluso la vagina de ella es bastante... perfecta. No lo sé, la mía no luce así.
El timbre suena y automáticamente brinco sintiendo que mis mejillas se llenan de sangre. Pongo pausa al vídeo y dejo el ordenador, camino hasta la puerta y me pregunto si el señor Jones habrá venido a limpiar la piscina hoy, pero no lo creo son casi las ocho de la noche.
Abro la puerta y una bolsa con el logo de Beachwood Café, es lo primero que veo, después Harry se asoma con su siempre encantadora sonrisa.
-Hola. - saluda tímidamente - Claudia me dijo que te habías ordenado algo, el lugar estaba repleto y pensé que podíamos llegar a un acuerdo. - toma aire, parece nervioso- yo traigo tu comida y a cambio me dejas comer la mía aquí... contigo...-
Vaya. Arqueo las cejas por sorpresa.
-Yo... no lo sé... yo...-
-Demasiado tarde- entra sin invitación- pues tu comida ya está aquí. -
-Adelante. - digo con sarcasmo cerrando la puerta tras de él.
Me siento un poco descolocada, confundida y tal vez fuera de realidad. Camino hasta la sala, donde él deja las bolsas con comida en la mesa de café.
-Permíteme limpiar. - tomo el envase vacío de una cerveza sin alcohol y el cenicero con dos colillas aplastadas. - toma asiento, donde gustes. - le sonrío.
Dejo las cosas en la cocina y regreso, lo veo tomar mi ordenador y lo ve, yo corro despavorida, pero es demasiado tarde, lo cierra de golpe y cierra los ojos en una mueca de horror y vergüenza. Yo me quedo a media sala, con los brazos a mi costado, creo que también cierro los ojos, mi corazón bombea sangre a mi cuerpo rápidamente.
-Lo siento...- susurra dejando el ordenador de lado.
-No es lo que crees...- comienzo acercándome, pero él niega con la cabeza.