10. YOU WON'T SEE ME

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-Está prácticamente terminado...- le digo.

-Eso es increíble Char, lo mandaremos a edición cuanto antes...- Brady suena entusiasmado.

-Me gustaría editarlo yo, bueno, dar una última lectura y afinar detalles...-

-Claro, lo que mi autora estrella pida. Escucha, le diré a los editores, estarán bastante complacidos. -

-Gracias. Será trabajo de una semana, máximo. -

-Bien. - su emoción es incontenible.

Suspiro mientras veo una hoja del árbol caer a la piscina.

- ¿Qué tienes Charlie? Deberías estar feliz, estás a punto de publicar tu tercer libro y no tienes ni treinta años...- suena incrédulo.

-Lo sé...- me intento animar- Estoy bien...-

-Suenas... diferente. - indaga un poco, pero normalmente no es la clase de personas que se quedan a averiguarlo o simplemente, como siempre me he cerrado, dejó de intentarlo. - En fin, alista todo porque pronto estarás de vuelta en la gran manzana. -

Cuelga y yo dejo el teléfono sobre la mesita mientras termino mi cigarro. No quiero irme de aquí. Hacía mucho que no me sentía así, como en casa. Tal vez pueda costearme el vivir aquí, ¿Cuál es la diferencia entre vivir en Nueva York y Los Ángeles? Tal vez no me den una fortuna por el minúsculo departamento en el que vivo, pero seguro que eso, más algo de mis ahorros y el pago del libro me dará para costear esta vida.

Dejo la colilla sobre el cenicero y salgo de casa. Subo al auto mientras un casete me hace compañía.


Las gaviotas vuelan sobre mi cabeza. Me siento en la playa mientras escucho a las olas ir y venir. Malibú es bastante turístico, las personas van y vienen de un lado al otro, entusiasmados. Dejo que el sol me acaricie la cara mientras me recargo sobre la arena. Las voces de las personas quieren ahogar mis pensamientos, pero no tienen éxito. ¿Por qué me siento así? Todo el tiempo. No puedo dejar de pensar en él. En que tal vez nunca debimos ir a esa fiesta estúpida donde ni siquiera me divertí o aprendí algo al respecto. Debimos quedarnos en casa o en el estudio o en cualquier lugar donde ella no estuviera. Lo cual sería estúpido porque Michelle encontraría la manera de contactarlo. No tiene caso darle más vueltas al asunto.

Honestamente no sé qué hago aquí, solo tuve el impulso de volver a ver la playa de Malibú, que debe estar bastante lejos del estudio secreto de Harry, por lo que sé con exactitud que él no estaría aquí, aun así, en un acto tonto mis ojos comienzan a ver a cada muchacho que camina por la playa, a veces solo, a veces de la mano de alguien. Pero casi al segundo sé que no es el, o le faltan tatuajes, la ropa es demasiada moderna, el pelo es demasiado claro.... Oh... ahí, hay alguien con el pelo casi exactamente como lo lleva Harry, pero sé que no es él porque viste una camisa rosa y shorts blancos, demasiado elegante para ser Harry. Y así, pierdo el tiempo buscándolo en donde sé que no va a estar.

Basta. Me levanto, quito mis jeans, la sudadera y debajo ya tengo el traje de baño. Los dejo ahí en el suelo y me adentro al mar. Procuro mantenerme lo más cerca posible de la orilla porque no tengo la mejor habilidad para nadar en algo que no sea una piscina con agua tranquila. Aunque aquí apenas y me llega a las rodillas, comienzo a caminar, adentrándome más y más hasta que casi me llega a la cintura, me giro para ver que estoy considerablemente lejos de la orilla, pero es soportable. Se acerca una ola y la rompo con mi cuerpo, me arrastra un par de metros más adentro, nuevamente se acerca otra ola y esta vez mis pies no sienten arena. Maldición. Siento como me revuelca nuevamente con violencia y esta vez entra agua en mi boca, nariz, haciendo que todo por dentro arda, comienzo a manotear mientras mi corazón sale de mi pecho. Voy a morir. Mi cabeza sale y logro tomar una bocanada de aire, pero nuevamente me arrastra el mar haciendo que mis pulmones suelten el poco aire que logre tomar. Esto está mal, así que simplemente dejo de luchar.

𝙱𝚎𝚊𝚌𝚑𝚠𝚘𝚘𝚍   𝙲𝚊𝚏𝚎 // H.S.  // Terminada.Where stories live. Discover now