No sé exactamente qué hacer, mi respiración es pesada y mi corazón late tan rápido como el aleteo de un colibrí. Sus manos, con una delicadeza extrema comienzan a desvestirme, todo mi cuerpo se estremece cuando a ritmo lento comienza a quitarse él también la ropa. La poca luz que alumbra su piel la colorea de ámbar, es toda una visión. Se recuesta sobre mí con delicadeza, yo sigo inmóvil, a la expectativa, sin saber que hacer, pero con ganas de que nunca pare. Acaricia mi rostro con sus enormes manos, me besa con delicadeza, lento, sin prisa, como si saboreara cada segundo, yo hago lo mismo y siento que disfruto aún más este ritmo.
Siento como se abre paso entre mis piernas, esto va a pasar. Cierro los ojos cuando lo siento más cerca de mí, todo tiembla. Mis manos, mi cuerpo entero, mi respiración es arrítmica. Entonces, pasa. Siento un pequeño tirón que me sobresalta.
Todo mi cuerpo se contrae, él ni siquiera se mueve. Esto no es tan placentero como lo imaginé. Pequeños gemidos de dolor salen de mi boca, él sigue sin moverse, pero acuna mi rostro.
-Charlie...- susurra- ¿estás bien? -
Yo asiento, miro sus ojos un tanto asustada, no sé qué está pasando.
- ¿Quieres parar? - pregunta, pero siento su cuerpo alejarse del mío.
-No. - lo rodeo por la espalda y lo pego más a mí.
Él sonríe con timidez mientras pega su frente a la mía.
-No te entiendo...- susurra muy cerca, sus ojos verdes son intimidantes, pero parecen relajados. Suspira.
-Sigue...- logro decir.
Él obedece y me besa.
Se respira demasiada paz, un ruido a la lejanía llama mi atención, parece que me he quedado dormida. Tomo noción de mi cuerpo, se siente pesado y liviano a la vez, no se explicarlo. Algo hace presión en mi cintura, algo pesado y caliente, la sensación es tanto desconocida como placentera, aun así, me alejo, pero unas manos firmes me rodean con más fuerza, piel con piel, sigo desnuda. Entonces los recuerdos de mi noche con él me golpean tan brusco que no lo veo venir. He tenido sexo, ha sido... bueno, no es lo que yo esperaba. Abro los ojos creyendo que así despertaré del sueño, pero solo reafirmo mi realidad. Lo único que logro ver es el techo, sigue siendo de noche, bajo la mirada y lo veo a él aun dormido, aferrado a mi cuerpo. Una corriente me recorre todo el cuerpo. Miedo. Con cuidado me zafo de sus brazos, con demasiada precaución, no sabría que hacer si despierta, no sabría que decirle. Sería vergonzoso.
Salgo de la cama con sigilo y él se mueve un poco haciendo que me congele en el piso, pero solo se gira sobre su lado dándome la espalda, durmiendo plácidamente. Casi suspiro. Los recuerdos me bombardean y siento la sangre calentarse nuevamente, sacudo los pensamientos, tomo mi ropa del suelo y salgo al pasillo aun desnuda con la disposición de vestirme ahí para no hacer ruido. Me calzo rápidamente, busco por todos lados hasta que encuentro mi teléfono. Creo que es todo.
Camino hacia la puerta, las personas dentro de la casa deambulan de aquí para allá sin prestarme demasiada atención, seguro tienen sueño, así que no dicen mucho cuando les pido que abran la puerta para mí. Reviso el reloj. 1:32 a.m.
Me abrazo a mi misma mientras comienzo a caminar sobre la calle, es de madrugada, hace frio y parece que estoy escapando como si hubiera hecho algo malo. Sollozos violentos llegan a mi sin aviso, creo que estoy enamorada y tengo mucho miedo, estoy aterrada de esta sensación en mi pecho. Necesito irme. Llamo a Brady.
- ¿Charlie? - parece asustado, confundido y algo me dice que estaba durmiendo.
Limpio una lagrima, pero un sollozo violento sale de mi pecho.
