-Quiero intentarlo Charlie...- susurra pegando su frente a la mía cuando yo sigo callada. - que lo intentemos...- agrega cuando yo no digo nada.
Yo sigo ahí de pie sin saber exactamente qué es lo que quiero.
-Lo siento Harry, pero yo no puedo... es que no puedo, no sé cómo...-
Me suelta buscando mi rostro entre la obscuridad. Yo siento que todo el cuerpo me tiembla.
- ¿Cómo que no puedes? – suena entre confundido y ofendido.
-Yo no sé cómo es estar con alguien, yo no sé cómo...-
Se ríe por lo bajo con ternura.
-A nadie se nos dan un instructivo, poco sabemos qué hacer, solo lo hacemos con forme a la marcha. -
-Necesito pensarlo. - susurro alejándome de su cara, todo esto es tan irreal.
-Normalmente tu primera reacción es la correcta. - se hace un paso atrás, dándome espacio.
Suspiro.
-Mi primera reacción fue correr Harry...- casi me río y él también parece reírse.
-Corre entonces...- se encoge de hombros mientras se lleva las manos a los bolsillos.
Yo asiento. Siento como todo mi cuerpo se aleja con lentitud, como si con cualquier movimiento brusco él me atrapara de vuelta en sus brazos.
-Iré a casa. –es lo único que se me ocurre decir.
-Te acompaño...- comienza a caminar.
-No. Me gustaría tomar un paseo por mi cuenta. -
Él asiente, aunque su ceño se frunce un poco.
- ¿Te veré mañana? - pregunta más entusiasta mientras se acerca nuevamente a mí.
Yo asiento totalmente descolocada y por primera vez sin saber qué hacer. Me doy la vuelta y comienzo a caminar, sin agregar más. Sé que está mal o es extraño, pero no tengo cabeza para nada que no sea volver a casa y encerrarme.
Camino por la acera pensando todo y pellizcándome constantemente para desprenderme de esta sensación de irrealidad que no me deja pensar con claridad. Yo nunca he sido la clase de chica que haya necesitado de alguien para ser feliz. Siempre pude ser autosuficiente incluso con mis emociones. Pero con forme voy creciendo y madurando me he dado cuenta que simplemente no es sano encerrarte en cuatro paredes emocionales solo porque me han dañado en el pasado. El hecho de que todas las personas con las que he creado un lazo emocional, ya no estén presentes en mi vida, no quiere decir que yo sea mala, ¿o sí? Me abrazo a mí misma, casi para reconfortarme. El viento es inusualmente frío. Sé cómo terminarán las cosas, sé que nos haremos daño.
Entro en casa, prendo el ordenador y comienzo a escribir. No tenía planeado escribir sobre él, al menos no todavía. Pero las palabras salen como un frenesí.
Despierto antes de que el sol salga totalmente, tras las cortinas aun puedo ver los tonos azulados del cielo y la brisa de la mañana. He dormido por mucho tres horas, pero ya no puedo más. Prendo la cafetera que poco he utilizado en estos meses y preparo una taza de café. Prendo un cigarrillo cerca de la piscina mientras bebo de la taza. Mi cabeza duele un poco y sé que no debería de fumar tan temprano y con el estómago vacío. Pero así somos las personas, un tanto autodestructivas. Respiro mientras prendo el ordenador nuevamente y continúo escribiendo sobre porque debería de alejarme antes de que me rompan el corazón.
Cuando a la taza le falta un sorbo para ser terminada, creo. Suena el timbre, sé quién es, no necesito preguntar. Abro la puerta.
-No podía dormir...- se encoge de hombros con mirada apenada, como si se disculpara de algo, yo asiento.
