2. DRIVE MY CAR

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(MARATÓN 2/2)

La mansión debe estar en West Hollywood, es enorme, blanca, impersonal, lujosa y con servicio de parking. Bajo del coche que desentona con el resto de autos lujosos y nuevos. Tuve que hacer un gran esfuerzo por encajar aquí, yo misma. No soy de tacones, maquillaje y esas cosas, pero es divertido tener que aprender o hacer cosas que te saquen de la rutina. Lo que es aún más interesante, es cuando hago esta clase de cosas para un libro nuevo, hace que me comprometa aún más a la causa. Así que me puse el único vestido negro que tengo, corto, sandalias del mismo color, algo de rímel y labial rojo, porque el labial rojo siempre me hará ver más arreglada de lo que en realidad estoy.

Camino por las cortas escaleras hasta la entrada. Según Brady, me reuniré con Matthew Samuels, la persona por la que logré adentrarme a esta fiesta. Le doy su nombre al hombre de la entrada. Camino en lo que parece un corredor lleno de cuadros y pequeñas lámparas de luz blanca en las orillas, los techos altos y las personas de servicio me sonríen amables. Admiro la opulencia de la casa mientras entro en la sala de estar, hay muchas personas y nadie repara en mí. Reconozco un par de rostros, pero porque los he visto en películas. Tampoco es que vea tanto la tele, probablemente todos aquí son famosos y no lo sabría.

-Tú debes ser Charlie. - me llaman por el hombro.

Me giro para ver a un chico de no más de 30 años, viste a la moda, lleva la barba de dos días perfectamente delineada, el pelo negro alborotado y sus ojos miel con pestañas rizadas. Es mono.

- ¿Matthew? - pregunto.

-En carne y hueso...- extiende sus brazos para que lo vea, sonríe, tiene unos dientes blancos, aunque la nariz es un poco pronunciada para sus facciones. –Pero dime Matt- me extiende la mano y yo la aprieto - Brady me dijo que debo cuidarte, que eres como la gema de su corona. -

-Está exagerando. - pongo los ojos en blanco con ironía.

-Vamos. -

Me toma del brazo mientras nos adentramos al jardín trasero, donde hay una gran cantidad de gente vestida con los últimos modelos de pasarela, meseros reparten copas, drogas y demás.

-Me dijo que necesitabas una especie de guía espiritual para tu siguiente libro. -

Me lleva hasta una barra y nos sentamos, él pide dos tequilas directos y yo honestamente no creo poder cumplir con la labor.

-Para mí una cerveza, por favor. - el barman me mira confundido

Matt reprime una sonrisa.

-Para la señorita un vino blanco. – agrega.

El barman asiente y deja la copa de cristal frente a él mientras busca la botella. Tengo la sensación de que hice algo mal.

- ¿Hice algo malo? - pregunto inclinándome un poco más al frente en medio de un susurro.

-No- asiente inclinándose él también- pero el anfitrión se asegura de que solo se sirva buen licor en sus fiestas, así que la cerveza no está en la lista. -

-Oh- asiento entendiendo- ya veo. -

El barman me pone la copa frente a mí y me llevo el vino a la boca. Nada mal, un poco seco para mi gusto, pero nada mal. Matt se bebe mi tequila y el de él también, al hilo. Vaya.

- ¿Cuéntame más sobre tu libro? -

-Antes que nada, agradecería la discreción, escribo bajo un seudónimo, así que no me gusta que se divulgue a lo que me dedico. -

-Primer strike, si quieres encajar aquí, deberás parecer interesante, y no hay nada más interesante que una escritora entre tanta farándula. – se ríe- Te adorarán. –

𝙱𝚎𝚊𝚌𝚑𝚠𝚘𝚘𝚍   𝙲𝚊𝚏𝚎 // H.S.  // Terminada.Where stories live. Discover now