Definitivamente había algo en ese chico que no le agradaba.
Ya sea por la forma caballeroso con la que se dirigía a Jolyne, los constantes halagos a su comida o los ojos raros con los que la seguía. ¡¿Acaso era él único que notaba eso?! Volteaba cada tanto hacía Jotaro quien estaba inmerso en su labor de lavar los platos, Jonathan aún era un bebé así que ni se molesto en buscarlo y Joseph...
-¡Ah, ah! -Exclamó con la boca abierta pidiéndole otra cucharada. Parecía disfrutar ser un niño lo suficiente como para ignorar todo lo demás. Gimió irritado, antes de soplar un poco el caldo y introducirlo entre los labios ajenos. Gracias a su padre, eran los dos últimos en la mesa. Sólo podía ver desde el comedor como el mocoso con cara de niña seguía cual pato a su amada sobrinita. Actuaba como un príncipe a propósito, haciendo todo lo posible por engatusar a Jolyne con sus encantos. Que suerte que ella tan solo lo veía como un niño. -¡Ah, ah! -Repitió Joseph, ya que Josuke se había quedado observando fijamente la forma en la que Giorno se sonrojaba y apartaba la vista de Jolyne de vez en cuando. ¿Qué carajo? pensó concediendo distraídamente la petición del más pequeño.
Esta vez se fijo en Jolyne... no tenía nada raro desde su perspectiva. Seguía vestida con su uniforme escolar, aún húmedo por el baño que le dieron más temprano a Jonathan pero... no notaba nada más. Un momento... ¿ropa blanca mojada...? Parpadeo incontables veces fijándose una vez más en como un color extraño sobresalía en la blusa de Jolyne. Ahora lo entendía... ¡ese pervertido había estado viendo su ropa interior todo este tiempo! Su cara se encendió en un intenso tono rosa, avergonzando de verse a si mismo cayendo en lo mismo. ¡¿Cómo es que no se había dado cuenta hasta ahora?! Dejó caer la cuchara que Joseph estaba por de saborear con los labios estirados, soltó un grito:
-¡L-l-lo sabía, eres un pervertido! -Señalo a Giorno desde el comedor, llamando ligeramente la atención de Jotaro y ocasionado que Joseph bufara molesto por tantas interrupciones. Jolyne levantó una ceja, Giorno lo fulmino con las orejas sonrojadas.
-¿Qué?
-Es justamente lo que te decía, signorina. -Rápidamente retomo la compostura, pasando por alto el alarido de Josuke. -Deberías cambiarte de ropa o podrías enfermarte. Mira -Se paró de puntitas y tomo suavemente su rostro. Josuke sintió su mandíbula caer al suelo en cuanto Giorno posicionó sus labios en la frente de Jolyne. -, ya siento un cambio de temperatura.
-¡¿QUÉ--?! -Las palabras salieron atropelladas de su garganta, Giorno lo miro con prepotencia disimuladamente. Jolyne colocó un dedo justo en el sitió que la pequeña boca de Giorno había rozado, un rubor casi invisible había coloreado una de sus mejillas. Sacudió su cabeza para ahuyentar el hormigueo ahí.
-Ahora que lo pienso... el único limpio es Jonathan. -Murmuró acariciando su mandíbula. Giorno parpadeo, ¿sus pulidas técnicas no estaban dando resultados? -¿Deberíamos tomar un baño?
Y como si el efecto hubiera tenido rebotó, fueran las mejillas de Giorno las que se derritieron en calor esta vez.
-¿J-juntos? -Tartamudeó. Ella le sonrió dulcemente, enternecida por la adorable expresión en su pálidas facciones:
-¿Por qué no?
-¡Espera un segundo! -Volvió a intervenir Josuke, pero esta vez acercándose lo suficiente para impedir que Giorno se juntara más a ella. -¡¿Estás loca?!, ¡sigue siendo un hombre!, ¡un hombre!
-Ya lo sé, no soy estúpida. -Gruñó. -¿Pero tú y yo no hacíamos lo mismo cuando era una niña?
Josuke sintió una aura amenazante a sus espaldas, Giorno trago en seco notando que todos sus sentidos le advertían de un gran peligro. Instintivamente corrió detrás de las piernas de Jolyne.
-¿Qué? -La gruesa voz de Jotaro los hizo saltar víctimas de un escalofrío.
-¡E-eso fue hace mucho, Jotaro-san! -Sacudió sus brazos evitando mirar a toda costa al mayor. Jonathan se había quedado dormido sobre uno de los muebles y Joseph se picaba la nariz ajeno a todo. Jolyne miró a su padre con sorpresa, ¿acaso esa reacción significaba que comenzaba a recordar? Entonces no estaría mal continuar...
-Sería más fácil si nos bañamos todos juntos de una vez... menos tú papá. -Agregó sacando la lengua. -Seria raro.
Tanto Giorno como Josuke cerraron sus ojos y se prepararon mentalmente para lo peor, estrujando las piernas de la más alta.
-Está bien. -Los segundos pasaron en los cuales ninguno de los tres jóvenes pudieron decir algo. ¡¿Qué?! Corearon a la vez con la estupefacción grabada en el rostro. Jotaro enarco una ceja, irritado por sus gritos. -Con una condición. -Tomó a los dos niños del holgado cuello de sus ropas, levantándolos del suelo sin mucho esfuerzo. -Estos dos mocosos se bañaran conmigo, tú encárgate del viejo.
Jolyne no protesto, Jotaro no le dio el tiempo para hacerlo. Ya iba camino a su baño arrastrando al duo de revoltosos con un cambio de ropa para cada uno colgando de su hombro. luego que la puerta fuera cerrada y la gran bañera estilo japonesa clásica -preferencia personal de Jotaro- estuviera llena, Josuke y Giorno supieron que no tenían escapatoria. Era bastante incomodo, los tres estaban desnudos, sentados en el interior del agua tibia sin decir ni una palabra. Giorno tenía el ceño arrugado, lo más probable es que estuviera enojado porque habían logrado frustrar sus planes. Eso le arranco una sonrisita satisfecha y maliciosa a Josuke. Se ató una pequeña toalla a la cadera y salió de la gran bañera para echarse algo de jabón y shampoo al cuerpo. Podía sentir que Jotaro los observaba con cautela, analizando con los brazos cruzados aún dentro de la tina cada una de sus acciones y las de Giorno... la verdad es que no lo culpaba. Si, era incomodo tener a esa presencia acechándote... principalmente porque había descubierto que en algún momento había tomado un baño con su hija. Suspiro algo confuso, mirando el reflejo de su infantil rostro y sus cortas extremidades en el espejo frente a él mientras fregaba su cabello, divagando... Tenía entendido que Jotaro era el único que no poseía una memoria estable y, por lo tanto, no recordaba a ninguno de los dos y mucho menos a Jolyne. Entonces... ¿por qué pareció reaccionar de forma posesiva hace un rato?, ¿quizás estaba recuperando vagamente sus recuerdos? Admitía que le preocupaba ser un niño y el maniático que les había hecho todo eso, era confuso y raro... pero de cierta forma le hacía feliz poder estar junto a su familia. Aunque la mayoría eran unos idiotas.
-El shampoo. -Oyó una molesta voz que los saco de su análisis mental. Giró hacía donde provenía la voz, encontrándose a Giorno con su mano estirada hacía él y luciendo una mala cara. Arrugo el ceño y estiro los labios murmurando un ¡¿Ah?! digno del yankee que parecía ser en su adolescencia. Algunas costumbres nunca se olvidaban. -Que me des el shampoo. -Volvió a exigir el rubio.
-Esa no es la forma de pedirle algo a alguien, y menos si es mayor a ti. -Gruñó. -¿Y tus modales donde quedaron?
Intercambiaron miradas que pareciendo soltar chispas, emitiendo gruñidos casi caninos... no muy intimidantes, seguían siendo niños después de todo. Jotaro suspiró luego de una larga reflexión en silencio:
-Dame un respiro...
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Babies Joestar | JJBA | Finalizado [✔]
Fanfic[All×Jolyne] Parecía que esa iba ser una mañana como cualquier otra en la vida de Jolyne, ¡pero no contaba que nada más bajar las escaleras su mundo se iba a poner de cabeza! Todos sus parientes se habían transformado en niños pequeños, dejándola a...