16. Nosotros, Iracundos

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«Vámonos de una puta vez. No vamos a aguantar esta mierda más rato del que ya hicimos.»

—Tenemos... que buscar a Jimin primero.

«¡YA SÉ YA SÉ, PERO LA MÚSICA ME ESTÁ VOLVIENDO LOCO!»

Jungkook se acurrucó aún más en el rinconcito que encontró para refugiarse. Aun escucha un poco del sonido atornillante y hasta ganas de llorar por el sufrimiento lo atacan. No sabe cuánto tiempo estuvo ahí tratando de que su cuerpo volviera al funcionamiento normal. La necesidad de tronar su cuello, dedos, brazos, espalda y retorcerse fueron demasiado fuertes.

Afortunadamente pasan la mayoría de efectos más preocupantes de ese ataque que bien puede decirse que fue de ansiedad en términos simbiontes.

Pasó demasiado rato ahora que ve la hora.

Están muy dispuesto a romperse los tímpanos para que el sonido mermara al menos un poco, buscar a Jimin rápidamente e irse a la puta mierda. No tienen cabeza para otra cosa que no fuese esa. Es su prioridad. Antes de poder hacer eso un chillido extra y fuera del ritmo a la música les llama la atención. Viene de otra ala del sitio.

«Eso no viene mal, a ver si es más así- No. Momento-»

— ¿Es Jimin? —murmura confundido.

La única manera con la que no agonizan plenamente es escuchando a Jimin con notas altas ¿Por qué lo escucharían ahora? Su música no es para nada comercial y mucho menos popular en Estados Unidos. Al menos no para que esté en una fiesta.

Entra a empujones al lugar, con un ojo cerrado por el disgusto que le provoca el sonido atronador. Alguna gente cae al piso o tira mesas por sus bruscos movimientos. Así como muy torpes, la luz de neón no lo ayuda a visualizar absolutamente nada tampoco; sería más fácil si-

— ¡HEYHEYHEY! —Alza la cabeza con un suricato—. ¡JUNGKOOK!

Finalmente encuentra el lugar con Jimin a poco o nada de quedar inconsciente por la asfixia. No es posible describir esa descarga de adrenalina que fluye por el cuerpo en consecuencia de la escena. Es un breve momento de pensar que hacer. Tan breve que ni siquiera puede ser un segundo.

El calor que siempre lo atormenta se siente como si su sangre hirviera.

El simbionte se extiende por su piel con tanta naturalidad y velocidad que es un simple borrón.

Ruge como si fuese un animal.

Enseña sus colmillos, caen gotas de saliva tanto de sus dientes como su lengua.

No tarda en lanzarse contra el hombre que empieza a gritar. El ruido tan alto del ambiente ayuda a que los demás sin su oído sensible sean incapaz de oírlo. Clava sus garras en el pecho una y otra vez, rompiendo la carne, los huesos, sacando los intestinos; muerde el rostro y parte de la cabeza, tragándola antes de rugirle de nuevo, tomando lo que sobra de la cabeza y aplastándola entre sus manos.

—Sabía... que te iba a matar... infeliz de mierda...— Ríe ante lo que queda del cadáver, con su cara al descubierto para exhibir su neurótica sonrisa.

—T-tú...

Gira la cabeza, encontrando a Jimin sentado contra la pared, viéndolo fijamente con grandes y espantados ojos. Nunca ha visto esa clase de expresión en su rostro, ni siquiera durante el sexo. El asiático respira más rápido de lo que debería, tiembla y sin estar consciente se arrima atrás como si eso fuese gran distancia.

—Jimin.

Apenas lo dijo el otro da un chillido. Con velocidad llega hasta él y le acaricia el rostro sin rasguñarlo a pesar de hacerlo con sus garras llenas de sangre y tripas. Resulta extraño como al igual que él, es rara la expresión de Baileoseu.

Siempre sonreía. Esta vez, ni siquiera está neutro. Sino preocupado.

Jimin echa una torpe carrera repentina para huir de él. Pasando entre la gente sin ver nada más que no fuese el frente «NO, REGRESA AQUÍ» Perseguirlo de esta manera implica que mucha gente fuese herida, aplastada, asesinada accidentalmente así como un caos considerable en el lugar de la gente que no ve otra cosa que una mancha negra moviéndose.

Es una historia totalmente distinta cuando llegan al pasillo, la gente grita, con la misma suerte que las personas dentro. Lo cierto es que Jimin ya lleva una buena distancia. Para cuando llega al estacionamiento Jungkook lo alcanza. Antes de que pueda subir al auto le da tal golpe que aboya la puerta de metal.

—No llores, somos nosotros ¿Ves? Somos nosotros—afirma con la cara al descubierto. Jimin más bien empieza a llorar más fuerza, Jungkook se relame el labio. Aparte de pintura, siente el sabor de la sangre—. No te haremos da-

¡NO LE HAGA NADA!

Una muchedumbre se había acercado, afortunadamente sin ver el rostro de Jungkook les ruge antes de lanzarse a asesinarlos a todos sin pensarlo ni un instante. Jimin se levanta y camina en total silencio alejándose de él, apretando el abrigo y temblando de pies a cabeza.

— Jimin—Gira a mirarlo, encogiéndose y con más lágrimas imparables—. Somos nosotros ¿Ves? No pasa nada, ven aquí...—Invita estirando la mano, el simbionte se contrae totalmente. Jimin camina hacia atrás negando con la cabeza.

El problema casi no es haberlo visto con esa cosa. Quizá solo hubiera gritado y caído en desmayo al verlo si fuese una situación totalmente distinta...

Pero estaba asesinando...

Canibalizó a alguien justo frente a él...

Disfrutó aplastar su cabeza...

—Aléjate...

—Jimin por-

— ¡NO TE ACERQUES! —gimotea angustiado—. Solo... aléjate... y...—La cabeza le da puntadas, no sabe qué hacer—. Y yo...

—Va a estar bien ¿vale? Déjanos explicarte y... y-y...

Jimin se aprieta un brazo, tembloroso sin idea de cómo reaccionar. Antes de nada, tiene que dar un salto atrás, un auto da tal curva para evitarlo que casi choca. Está a poco de correr de regreso a la acera hasta que el montón de bocinas de auto móvil hicieron a Jungkook cerrar los ojos un instante.

Escucha el sonido del metal impactando uno contra otro.

Hasta algo más ligero y suave.

Huele a sangre.

— ¡JIMINIE!

Arrima los autos que les entorpecen el paso hasta llegar al cuerpo en el suelo. Tiene los ojos entreabiertos, respira, pero...

Jimin ya no es rosa.

Es rojo.

El cabello se le está llenando de sangre...

«AÚN RESPIRA, HAY QUE AL HOSPITAL DE UN PUTA VEZ»

—Pe-pero...—Su cabeza tiembla de forma inhumana.

Si lo mueve puede hacerle más daño.

«SE VA MORIR DE VERDAD SI NO NOS APURAMOS. HAY MUCHO QUE ARREGLAR Y AHORA MISMO NO ES LA PRIORIDAD SI QUEREMOS ESTAR CON ÉL»

—Eso no tiene sentido.

Aunque lo quejumbra acaba por hacerlo. Es cierto... tiene un problema más urgente y con que Jimin estuviera respirando para ese momento es suficiente.

Si no arreglan el caos creado por su ira, no podrían verlo de nuevo.

Al menos así creen, siendo la primera vez que lo arruinan de manera tan bestial.


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