— ¿Estas segura que es por aquí, Anna?
Ya estoy harta de caminar, cuatro malditos días caminando y lo peor es que creo que en círculos.
— Estamos cerca, Punzie vivía con su novio a una cuadra de mi casa.
Camina precavida por las calles, es cansado esto de los zombies, por orden de Anna y usando mi debilidad por los dulces estoy más fuerte.
— Aceptalo estamos llendo en círculos, ya pasamos esta heladería... comimos heladu ahí—señalo una tienda que decía Helados Italia.— ademas ¿segura que no estamos en Italia, porque no secuestramos unos de estos?—me tumbó en un auto naranja, la alarma empieza a soñar violentamente dejándome sorda, tapó mis oídos maldición esto atraira esas cosas.
— Por aquí.
Me dice Anna, empezamos a correr antes de que lleguen, pueden ser algunos lentos y otros no.
Corremos encontrándonos con algunos zombies por nuestro camino, la sangre salpicante en todos lados era hermosa, continuamos hasta que la pelinaranja se mete en una casa, entró y cierro con ayuda de Anna trabamos la puerta con un mueble con cajones. Volteó era una linda casa, muy linda y limpia; de la nada esas lindas paredes y muebles se llenan de sangre salpicada y vísceras por doquier junto a un llanto, bajo la cabeza precionandola con mis manos.
Elizabeth vasta...
Dirijo mi vista a mi acompañante, ella me mira melancólica como si supiera lo que me pasó, los gruñidos, gemidos y quejidos cerca de la casa me alertaron, camino sobre los pasos que alguna vez recorrió Elizabeth a la cosina esta tenía un gran cuchillo de cosina y otros más. Pongo todo lo filoso y el palo de amasar en la mesa cuidadosamente para no hacer ruido, volteó a mi hermana dándole señales para cinturones, entiende y trae muchas cosas entre cinturones tela de colores muy larga y una mochila y canasta, tomo los cinturones clavando los cuchillos en ambas uniones uno las telas esas con el cintura pero más abajo poniendo los cuchillos en ella también, con uno lleno para Anna y uno casi vacío para mi, más mi otro Cintura subimos árriba con todo.
— Sabia que te servirían las corbatas.
Esas cosas usan los hombre solamente, creo pero ¡oh!.
— Anna ¿tienes novio?
Le preguntó sería, su cara enrojese sin razón se cubre la boca asintiendo. La observó detenidamente Anna es una chica muy bonita, volteó a un gran espejo atrás de mi dejándome ver mi blanca piel y cuerpo flacucho aunque mejore un poco gracias a la comida que como estos cuatro días. Anna mete en la mochila cosas raras o eso me muestra su reflejo, volteó mirando lo que mete, esas las conosco son toallas femeninas pero de otro color.
— Anna debemos encontrar a eugene—empiezo a caminar, los novios son muy importantes—¿dónde está tu novio?—pregunto sin voltear a verla.
— Esta muerto.—me confiesa con una sonrisa, podía verlo todo en el reflejo del espejo ¿no le duele?—pero es mejor así no vive esto... Hiro era un gran chico aunque dos años menor que yo—¿que tiene que ver la edad?.
Salimos por el techo, techo en techo caminamos hasta la supuesta casa entrando por una ventana, casi perdemos nuestras vidas en una caída pero Punzie lo vale. Recorremos la casa estaba completamente cerrada, Anna grito su nombre algo fuerte, piso su pie dejando que escape un quejido de sus labios, le negué con la cabeza para que no vuelva a hacer eso; un sonido en la puerta me hace tomar el hacha que está en mi cinturón. De la puerta lento sale un chico con un poco de barba castaño ojos igual, es mucho más alto que yo pero no me da miedo, Anna sonríe abrazando al intruso, empezó a llorar y el la consolas pero no despega la mirada de mi.
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Un Mundo En Caos.|Jelsa|
FanfictionDicen que mi cabeza está mal, que estoy enferma. Pero es mentira, soy Elizabeth Arendelle; aunque creo que todos esos medicamentos, tranquilizantes y electrones en mi cabeza, me dejaron mal. Elizabeth estaba cuerda, se acabó, la dejaron como la diag...