Abro los ojos pesadamente, un fuerte dolor en mi estómago, me levanto rápido corriendo a la ventana, la abro y dejó que el vómito salga de mi boca, aún me siento lo bastante mareada, sigo vomitando un líquido espeso, blanco casi transparente y amargo ácido, sonrió con burla al ver que mi vomitó callo sobre un zombie. Vuelvo a meter mi cabeza dentro arrodillandome en el suelo dolorida, había un colchón donde estaba yo recostada al lado jack y Anna. Ahora me doy cuenta, fui víctima de esa droga que vuelve inútiles a los humanos. Volteo a otro y esta Mérida mirándome, esta me extiende una botella con agua.
— ¿Qué es?
Pregunto. No volveré a caer, aún siento el veneno en mi.
— Agua.
Responde, estaba sería y tenía los ojos hinchados, se veían rojos.
— Si es otra cosa te daré de comida a mis perros.
Digo con una sonrisa macabra refiriéndome a los zombies.
— Te hara bien... Jack y Anna no durmieron en toda la noche con miedo a que te puedas augar en vómito.
Volteo a ambos, estaban durmiendo ambos despatarrados y con la baba cayendo por un lado.
— Ya veo. No recuerdo casi nada, sólo a Jack y que yo lloraba...
Murmuró dando un gran trago de agua, al comprobarlo lo tome muy rápido, sentía una sed incontrolable.
— Llorabas y pédias perdón a Rapunzel... también decías que tú no fuiste.—el enojo llegó a mi, la vida es injusta ellos no debían saber nada de mi, ¿como fue que me volví tan frágil?—también besate a Jack.—en ese momento escupió el agua que bebía, frunso el ceño.
—¡Maldición! —Exclamó molesta, Mérida ríe un poco—lo odio... demasiado.— no se que habrá pasado pero si lo bese significa que cree que soy inocente, hice lo mismo con Corona, pero Jack no me cae para nada bien, es mi enemigo.
— Se agradecida, si fuera por ti estaríamos muertos.
Me acusa, me levanto rápido del suelo sintiendo el mareo en mi, me sujeto de la pared.
Empiezo a caminar tambaleante, el vodka aún circula y atonta mi cuerpo, entró a otra habitación encontrándose a Hiccup y Kristoff durmiendo, hago una mueca.
— Oye.—me volteó encontrándome con la fria mirada de Jack, lo fulminó con la mirada pronunciando un brusco que.—vuelve al cuarto a dormir, aún no estas bien Elsa.—era una guerra de miradas, una fría como el hielo y la mía tan peligrosa como el mismo filo de una navaja.
— Anoche le decías Elisabeth, ahora Elsa, joder es la misma persona.
Ambos volteamos a la pelirroja que estaba algo fastidiada.
Sonrió macabra.
— Sería lindo pintar esta casa de rojo.
Empece a alejarme pasando mi mano por las paredes de nuevo a la habitación.
—Mérida... Elsa esta enferma, están ella antigua y ella ahora.
Me detuve al escuchar mi nombre, oculta en el mismo lugar.
— No comprendo.
Responde la idiota, le arrancaria las vísceras.
— Según lo que me a contado Anna, Elsa en este caso Elizabeth. Mató a toda su familia con un cuchillo, la hermana se salvó al no estar en la casa, pero ella narró en que ella no fue y que así los encontró; las autoridades la encerraron en ese hospital por su desequilibrio mental ya que sus huellas fueron encontradas en el arma homicida. Fue abandonada en ese lugar sin que su propia familia le crea.—una lágrima se dezlisa por mi mejilla, la seco inmediatamente.—Es una persona lastimado e inocente, en ese lugar o es influenciada por los locos, o crea a otra persona tan loca como le creen, convirtiéndose como en otra personalidad pero no es así sólo se está protegiendo del dolor, la única que creyó en ella fue tu prima y vivió en sus manos, mientras que otros murieron en el intento de permanecer.—muerdo mi labio fuertemente para poder callar los llorosos, el sabor dulce y metálico de la sangre entra por mi boca.
— Entonces esta cuerda, sólo finge...
Opina Mérida.
— Si lo está, pero su cordura es como una suave voz de conciencia, ella ahora es Elsa: la chica ruda y sanguinaria que mató a sus padres, al beber del vodka sus recuerdos salieron a flote y como es una droga depreciba ella salió como Elizabeth llena de dolor y angustia, necesita ser perdonada por su familia, además creo que es inocente.—yo soy yo ¿verdad?—algo o alguien quería a Elsa fuera de juego, atrapada en un mundo gris mientras el culpable tiene lo que quiere.—lo sabía, salgo de mi escondite.
— Pitch, mi tío... El siempre quiso el experimento de mi padre.—¿que estoy haciendo? Ellos no deben saber, Elizabeth basta, no, yo basta somos una persona no dos diferentes—pitch su deseo oculto era la destrucción del mundo, para recuperarlo y el ser el Rey, esta oculto en algún lugar para poder recrear a la humanidad utilizando un virus que antiguamente ganaría el cáncer... ahora transformado en un virus de muerte y vida literalmente contagiosa— es mi antigua inteligencia, sonrió sádica—yo debo matarlo para que esto se acabe y luego acabar con cada uno de sus insectos repartidores de muerte.—ellos me miran con un poco de lástima.
— Te quitaron del camino para que esto se logrará.
Mencionó Mérida.
— Si ellos morían aunque sea menor todo iba a mi, Anna no estaba en el testamento de papá, sabía que yo la cuidaria y le daría un buen futuro.— empecé a caminar sería por la casa seguida de ellos — Se tardó mucho en alterar la cura, sin darse cuenta que creo un arma mortal. Tuvo que haberme matado.—Jack sujeta mi hombro.
— Basta. Oye ve a dormir aún no estas en tus cinco sentidos, estás ebria tan sólo mira como te tambaleas.
Era verdad, aún estoy mal.
— Elsa ven vamos.
Mérida me toma de los hombros llevándome.
— Si lo que dices es verdad... ayúdame.
Doble mi mirada al abogado, mis ojos suplicantes pero vacíos.
— No puedo.
Bajo la cabeza rendida, no necesito ayuda, esta soy yo Elsa y la verdad no me importa tener que protegerme de este modo. Es divertido y agradable, en este estado puedo ganar y matar a Pitcher, tengo que matarlos a todos.
Nadie puede cambiar lo que soy, en lo que me convertí, y en lo que voy a hacer, sonrió como psicópata llegando al cuarto.
Continuará
Holaa!!!
Espero les guste!!
Quiero decir que, amo los días lluviosos!!
A quien más les gusta?!!Besitos venenosos.
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Un Mundo En Caos.|Jelsa|
FanfictionDicen que mi cabeza está mal, que estoy enferma. Pero es mentira, soy Elizabeth Arendelle; aunque creo que todos esos medicamentos, tranquilizantes y electrones en mi cabeza, me dejaron mal. Elizabeth estaba cuerda, se acabó, la dejaron como la diag...