Los Sobrevivientes

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Estoy arta de estar encerrada, bueno encadenada a una columna. Me remuevo por quinta vez en este día, ya tres o cuatro días y nadie viene a desatarme tengo hambre maldición, bajo la cabeza rendida.


                — Me duele la cabeza, mi cuerpo no soportará demasiado.


Mi vista es borrosa. Cuando salga de esta me los comere a todos, hago una rabieta pataleando.

Escucho unos pasos en el pasillo del otro lado del muro, bajo la cabeza por un mareo.

                 — Oye estas mucho más pálida que lo normal.

Entre abro mis ojos un poco, elevó arriba la mirada encontrándose al anciano sin arrugas.

                — Largate.

Dejó caer mi cabeza de nuevo.

Escucho el sonido de llaves y cadenas, ya no esta la presión en mis muñecas, dejó caer mis demacradas manos al suelo.

                  — Te necesito... se acabaron las provisiones...

Hablaba

                  — No.—con ayuda de la pared me pongo en pie, apoyada en ella lo miro con odio.— no te ayudare para salvar basura como ustedes,—sonrió sádica.—¡yo QUIERO ayudar a los zombies a matarlos!—con ojos desencantados y una sonrisa lunatica me derrumbó al suelo.

                — Oh por favor, lo lamento pero estas loca. Moriremos de hambre si no conseguimos comida, ¿porque crees que no as comido últimamente? No pienso salír de aquí sin ti.

Se veía enserio decidido. Tomo su chaqueta bajo su mirada atenta; si, yo le asusto. Con fuerza me sujeto en el poniendome de pie, Que lindos oJos, quiero arrancarlos.

                — Lastimosamente estoy lo bastante debil para ir, pero,—sonrió como lunática—si ahí comida are la excepción.—necesito fuerzas para mi venganza, necesito estar viva, aunque tenga estos lastres conmigo.

Jack el canoso me ayudó a caminar hacia donde están los demás, llegamos y las personas de las cuales antes vi, niños mujeres y más hombres. Anna me abraza, esta más delgada; no fui la unica que pasó hambre. Me alejó de ambos recordándole por no caer, si voy a ir tengo que ser fuerte.

¿Corona que haría ahora?

                  — Escuchen iremos un grupo pequeño a buscar comida y agua potable... Hiccup, Mérida, Elsa y yo saldremos; no le abran a nadie y resistan.

Caminamos a la gran puerta, salimos; sólo dos zombies los cuales estaban caminando a nosotros. Camino lo más normal que puedo, esperen, no me dieron mis armas.

Volteó rápido al cabellos blancos, este me mostró mi sínturon con los cuchillos, me lo colocó en mi cintura pero ambos zombies estaban muertos.

               — Si vamos caminando no durare nada.

Advertí, me deslizó al suelo golpeando mis piernas en el suelo.

                — Que fresa.

Murmura la pelirroja de ojos celestes y pecas.

Un Mundo En Caos.|Jelsa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora