12.

94 13 0
                                    

Cuando la puerta se cerró comencé a forcejear para liberarme, las esposas magnéticas eran firmes, pero si me forzaba lo suficiente era capaz de provocar un fallo que las desactivara.

Luego de un par de intentos fallidos di un suspiro largo, me paré, todavía atrapado por las esposas, y tomé una gran bocanada de aire, cerré mis ojos lentamente expulsando todo el aire.

Mi concentración absoluta se activó al instante, dándome una ligera sobrecarga en mi fuerza y velocidad. Di un tirón fuerte contra el poste, casi al segundo escuché un "click" y las esposas se abrieron, dejando libres mis manos.

Abrí mis ojos con mi energía bastante baja, mientras que mi poca aura restante estaba ahora agotada, di un suspiro cansado, relajando mi cuerpo por un momento.

Me recompuse sin mucho esfuerzo, revisé el lugar rápidamente para conseguir algún tipo de arma, y para mi fortuna pude encontrar una porra eléctrica, junto a una máscara del Colmillo.

De repente un pitido se escuchó, similar al de un reloj, y al abrir un gran cajón de madera me encontré con una bomba temporizada enorme, se me congeló el cuerpo, "Esto es malo" me dije mentalmente. Corrí al siguiente vagón colocando la máscara en mi rostro, y al cruzar me encontré con un espacio similar al del anterior.

Una gran caja de madera contenía otra gran bomba, la cuál se activó con el mismo pitido que su compañera.

Comencé a correr de vagón en vagón con la sangre fluyendo sin parar por mis vasos sanguíneos. Tras cruzar al quinto la primer bomba explotó, provocando que todos los vagones dieran un salto, acompañado de un estruendo que me dejó en el suelo.

Me intenté levantar cuando el movimiento se detuvo, pero una segunda explosión movió todo el vagón, y me lanzó incluso más fuerte hacia un costado.

Di un salto hacia adelante apenas recuperé la estabilidad, y gracias a eso el movimiento de la tercer bomba no me lanzó a ningún lado.

Corrí rápidamente al sexto, saltando de forma coordinada con las explosiones, y evitando que me desequilebraran.

Así seguí hasta cruzar al décimo vagón, me congelé al instante, dos personas estaban en una lucha bastante desequilibrada.

Neopolitan se movía de forma elegante y pícara, dando golpes que no fueran mortales, como si solo estuviera jugando con su contrincante. Por otro lado la rubia de brazaletes explosivos intentaba dar golpes iracundos y predecibles, guiada completamente por su ira y frustración.

Al escuchar la séptima explosión las dos chicas dirigieron su mirada en mi dirección. Neo me reconoció al instante y su sonrisa desapareció de su rostro, mientras que Yang me ignoró y volvió a intentar golpear a la pelirosa.

—¡Estás muerta! —gritó la rubia cuando recibió una patada directo a la cara, la cual la obligó a retroceder.

Neo cambió su estilo de pelea drásticamente, ahora atacando al cuello y al pecho, sin embargo Yang lograba bloquear o esquivar con suficiente velocidad para que la mercenaria no pudiera ganar.

La octava explosión me hizo entrar en razón, tomé la porra y me interpuse entre ambas mujeres —Yo me encargo de ella, tu detén esta cosa —Yang se sorprendió al escuchar mi voz, ya que esta no tenía ninguna alteración.

Sin embargo no se paró a pensarlo por mucho tiempo y me dejó a solas con Neopolitan, quien miró como la chica se alejaba por la puerta.

—¿Es necesario luchar? —pregunté mientras me quitaba la máscara —, si nos detenemos mucho tiempo este vagón también va a explotar.

Neo sonrió, abrió su paraguas y lo reposó sobre su hombro. Iba a devolverle la sonrisa, pero ella dio una voltereta hacia atrás, plantando una patada en mi mentón.

—Eres una perra Neopolitan, ¿alguna vez te lo dije? —le respondí algo irritado, no tenía tiempo para perder con la pelorrosa.

Ella sonrió mientras me provocaba a acercarme con su dedo índice. Salté a un lado e intenté darle un golpe con la porra, golpe que ella obviamente esquivó sin problemas.

—Es injusto, yo no tengo mi aura —bloquee una patada alta, alejándome lentamente de ella.

Neo dio un chasquido y luego intentó darme un golpe muy lento, por lo que la esquivé sin problema preparado para contraatacar.

La porra golpeó directo su cabeza, rompiendo la ilusión en muchos pedazos, revelando a Neo, quien estaba detrás mío, y consiguió darme un golpe en el brazo en el que llevaba el arma. Solté la porra, encontrándome indefenso ante la pelirosa, quien parecía ya tener la batalla ganada.

Pero el tren se estremeció más que antes, haciendo que ambos perdieramos la estabilidad, y justo cuando cruzamos miradas nuestros cuerpos volaron, al igual que el vagón.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Había perdido el conocimiento por un par de segundos, todo estaba destrozado a mi alrededor, gruñidos de grimms se escuchaban a lo lejos, acompañados por gritos humanos.

Me levanté completamente destrozado, sosteniendo mi brazo izquierdo el cual apenas podía mover. La porra no estaba por ningún lado, así que estaba indefenso, y Neo me había abandonado a mi suerte (algo que no me sorprendió).

Los gritos ahora se mezclaban con un nuevo sonido, disparos y explosiones. Todo parecía ser un caos afuera, y sucediera lo que sucediera, era culpa del estúpido tren.

Di un paso al frente, cayendo de rodillas por mi falta de fuerzas, "No te rindas ahora, tú puedes", cerré mis ojos para tranquilizarme, los sonidos se empezaron a escuchar cada vez más lejanos. Hasta que todo se volvió silencio, mis músculos entraron en reposo, y sentí como la energía que gastaba en el pensamiento pasó a mover mi cuerpo.

Abrí los ojos de nuevo, levantándome lentamente, cojeando, con un brazo herido y sin poder discernir correctamente lo que sucedía.

Hasta que por fin pude salir del vagón, y me encontré directamente con un escenario aterrador.

Grimms por todo Vale, tantos que era imposible contarlos, sus números superaban con creces a los cazadores disponibles, por lo que incluso los estudiantes de Beacon intentaban hacer algo al respecto. Pero ni siquiera utilizando todos los recursos parecían ser capaces de resolver el problema.

Caí de rodillas al suelo mirando mi brazo el cual ahora tenía sangre cayendo en un pequeño río, mi vista se volvió borrosa, mi mente comenzaba a apagarse, preparada para caer en un sueño profundo.

Y entonces escuché una voz que me dio la paz que necesitaba en aquel momento.

"Ahora es mi turno de salvarte"

Path Of A Hero | RWBY Fan-FicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora