Purre's POV.
No sabía qué decir.
El hecho de tener a Pilar al lado de mí me ponía nervioso, no teníamos la misma dinámica de antes en dónde podíamos hablar por horas de cualquier cosa. Ahora nuestro ambiente era tenso y tímido, claramente el único culpable en todo eso era yo.
— ¿Te molesta si me recuesto? — Pili me mira, yo asiento con una pequeña sonrisa.— Yo no planeé esto, que conste.— Murmura antes de descansar su rostro sobre mi hombro, yo suelto una pequeña carcajada y miro hacía arriba.
Aunque era incomodo, no me molestaba en lo absoluto. Era obvio que Axel estaba haciendo eso con sus segundas intenciones, todos conocíamos como era él; Bastaron apenas unos cuantos minutos para que Pilar quedara rendida sobre mi hombro, yo la miré sin disimulo y mordí mi labio inferior maldiciendo en mi interior por ser tan estúpido, las cosas hubiesen sido diferente si yo no la hubiera cagado con ella, la persona más importante en mi vida.
(...)
Estábamos en Hawaii.
Habíamos aterrizado hace exactamente 20 minutos, ya todos los chicos se encontraban fuera del avión a excepción de Pilar y yo que nos encontrábamos detenidos en una pequeña fila dentro del transporte, era una desventaja de los asientos traseros.
— Me hubiese quedado en mi asiento y ya estuviera fuera, gracias Axel por nada.— Pilar gruñe de cansancio y yo me dedico a mirarla ofendido, ella solo alzó sus hombros y se cruzó de brazos.— Sin ofender.— Yo me río.
En realidad no la culpaba, era innecesaria la fila en la que estábamos.
— Bien, vamos.— Digo decidido y tomo su mano, con mucho cuidado a lastimarla fui pasando por encima del grupo de gente, obvié las quejas que recibía de todos y llegué finalmente a la puerta, dejé que Pilar bajara primero y lo hice después sosteniendo ambas maletas de mano, los chicos estaban esperando por nosotros en la terminal.
— ¡Pensé que nunca bajarían! — Ahí está la respuesta.
Tan pronto nos acomodamos todos, procedimos a pasar por migración en donde tardamos alrededor de dos horas por la cantidad de gente que había. Un vez listos recogimos las maletas y caminamos hacía la entrada del aeropuerto en donde supuse que estaría el autobús esperándonos. El sonido de las olas y el clima tropical se hicieron más que presentes, empezaba a crecer esa emoción dentro de mí porque finalmente podría compartir con mis amigos como en los viejos tiempos.
— ¡NO PUEDO CREER QUE ESTAMOS AQUÍ OTRA VEZ! — Exclamó Renta, lo sonrisa de todos estaba de punta a punta.— El bus ya está llegando, ¿qué es lo primero que haremos?
— Comer.— Sugirió Paulo, por supuesto que Pilar, Majo y Ana Paula lo apoyaron.
— Comer y luego vamos al agua, tío, qué hace calor. — Dice Daniel, está vez fui yo quién lo apoyo.
— Muy bien, vamos, ya llegó el bus.— Santiago había estado callado todo el tiempo sorpresivamente, pero era porque estaba comunicándose con los encargados de la casa y los del bus, restándole el trabajo a su novia.
Sin decir más abordamos el bus no sin antes acomodar los equipajes, el trayecto fue un poco largo pero no tardamos más de una hora en estar en el paraíso, porque sí, era prácticamente el paraíso. Había olvidado lo bien que la había pasado la última vez que estuve aquí con estos mismos chicos.
La casa o mansión estaba ubicada en una de las playas más famosas en Hawaii, por supuesto que era una parte privada pero no le quitaba el encanto a nada. Como niños pequeños todos corrimos por la arena hasta llegar a nuestro hogar por los próximos días y allí nos recibió una señora que solo nos entregó la llave y posteriormente desapareció, Santiago fue quién abrió la puerta y empezó el caos. Los chicos subieron corriendo como si se tratase de un maratón para elegir sus habitaciones, por supuesto que las parejitas y las parejitas no oficiales se quedarían juntos al menos hasta la llegada de nuestros padres, así que tuve que entrarme a la única habitación que había disponible.
— ¿Es una broma? — Pilar me miró.
Ups.
— Me imaginé que esto sucedería, es una desventaja que ambos estemos sin pareja dentro del grupo.— Ella suspiró, yo me recosté de la puerta y pensé en una posible solución pero no había ninguna, tendría que dormir en el sofá sí o sí.
No me molestaba dormir con Pilar pero no me daría la tarea de incomodarla, tampoco pretendía irrespetar a Antonella, ella seguía siendo mi novia después de todo.
— Yo puedo dormir en el sofá, tú quédate con la cama.— Digo, ella asintió.
— Y por favor, tienes que avisarme cuando vayas a bañarte, no quiero violar tu privacidad y viceversa, ¿bien? — Ella alza sus cejas y yo asiento mientras me río.— Y ni una palabra de esto a Antonella, yo no le diré a Ethan.
— Cálmate, chaparrita.— Tiré mi maleta al sofá.— No voy a decir nada.
— Bien, entonces supongo que estaremos juntos por una semana.
Una semana que va a joder y a mejorar todo en sintonía.
—
N/A:
Novela en edición.
— Lía. 🤍
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Del odio al amor ; Pilurre [RENOVANDO]
Teen FictionPilar y José (alías el Purre) son mejores amigos desde que tienen uso de razón, incluso sus familiares son unidos, se juraron lealtad y amistad eterna, a pesar de que los planes de José en el instituto eran bastante diferentes a los de su mejor ami...