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Pili's POV.


Pasaron dos horas luego de nuestra llegada a la casa, algunos fueron de compras y los demás nos quedamos organizando las cosas para tener mejor orden. No quería pensar en el hecho de iba a compartir habitación con Purre, no era la primera vez en la vida pero si la primera vez que lo hacíamos después de que nuestra relación se desboronó.

Entonces vas a dormir con Purre.— Renata entra a la habitación observando cada rincón, tenía una sonrisa confusa dibujada en sus labios, ni yo misma sabía qué significaba.— ¿Eso es conveniente?

La miro.

Sabes que no, con certeza.Ella asiente. — Escucha Rena, sé que eres muy amiga de Antonella pero necesito que esto se mantenga bajo perfil, no quiero ni necesito problemas. Si es necesario me iré abajo y dormiré en el sofá, es bastante cómodo.— Me siento en la cama mientras hablaba, ella solo soltó una pequeña risita.— ¿Qué te causa gracia?

No tienes que aclararme nada, sí que soy muy amiga de Anto, pero tuya también. Además los conozco a ambos y sé que estarán bien o al menos van a buscar la forma de estarlo, de todas formas no es la primera vez que comparten habitación, solo que está vez deben buscar la manera de que no sea incomodo porque estaremos acá por varios días y no te preocupes, yo no voy a decir nada.— Ella se sienta a mi lado mientras hablaba también, tenía razón, solo hay que buscar la forma de no hacerlo incomodo.— Solo ten muchísimo cuidado porque te conozco como a la palma de mi mano y ese corazoncito no necesita otra desilusión. — Apunto mi corazón con una pequeña sonrisa, yo asentí devolviéndole la misma.

Extrañé demasiado a mi mejor amiga. Me quedé observándola hasta que salió de la habitación y cerré mis ojos, esto debía funcionar sí o sí.

(...)

Finalmente terminé de organizar mi ropa, luego de aquello me coloqué mi bañador y sobre esté un short de tiro alto con un sobre todo transparente, mi cabello estaba rizado por el agua que le había dejado caer así que no me moleste en arreglarlo. Los chicos habían llegado de hacer las compras así que el turno de preparar la comida era mío y de Ana Paula, Daniel también ayudo un poco porque éramos los tres con destrezas (no desarrolladas por completo) culinarias.

— Con esto sobreviviremos toda una semana.— Simón abrió el refrigerador, yo caminé hacía su lado y asentí mientras le deba una mirada asesina, odiaba tener personas en la cocina cuando estaba haciendo algo.

— Muy bien, yo me iré retirando porque no quiero que mi muerte sea a manos de una persona diminuta con cara de bebé. Golpeé su hombro amistosamente y él salió de la cocina mientras reía.

Después de aquello empezó el desastre, por suerte no quemamos la comida en el proceso. Comimos entre risas y cuentos sin sentido alguno.

(...)

Ya todos estábamos en la playa, yo no era muy amante del agua salada así que estuve dentro por unos 20 minutos, ahora estaba en la arena observando como todos se divertían mientras jugaban voleibol, Purre, Axel y Paulo se habían encargado de poner una maya dentro del agua no supe como pero lo hicieron.

— ¿No entrarás más? — Carmela se tiró a mi lado, yo negué mientras me recostaba en la arena y miraba el cielo, ya el Sol se había ocultado así que el resplandor no molestaba.— ¿Ya te llamó tu amado?

Oh, cierto. Ethan. Ni siquiera me había molestado en avisarle que había llegado, era la peor novia del mundo.

— Sí, claro.— Murmuré mientras tomaba mi celular para escribirle, Carmela soltó una carcajada.

Eres terrible mintiendo.Yo solo bufé, todos parecían conocerme a la perfección.¿Está todo bien?

Me quedé en silencio.

— Esté es un tema del cuál quiero hablar, pero tendrá que esperar cuando estemos con las chicas.— Respondo luego de un rato a lo que ella asiente, necesitaba una terapia compartida con mis mejores amigas.

Carmela volvió al agua y pasó una hora más para que todos ya estuviéramos dentro de la casa, era tarde así que habíamos quedado en reunirnos nuevamente por la mañana. Yo estaba recostada en la cama mientras observaba la gran pantalla que tenía en frente, Purre también estaba mirando pero desde el sofá, parecía estar incómodo y me sentía fatal.

— Me estoy congelando, estoy debajo del aire acondicionado. ¿Te molesta si lo apago un rato? — Niego de inmediato, él me agradece con la mirada y lo apaga, su cara de alivio fue bastante evidente.

Lo que estaba por decir era una locura, ni siquiera debería estar pensándolo pero vámonos a lo lógico. Purre y yo sabíamos compartir una habitación por semanas, dormimos juntos una sinnúmero de veces y aunque la situación no era la misma, ambos teníamos parejas. No era como si algo pudiera pasar entre nosotros si compartíamos la misma cama por unos días, él debía pasarla bien al igual que yo, no era justo que se quedara en el sofá después de muchas horas de vuelo en unas vacaciones que estuvimos esperando con tanta emoción.

— Quizás...puedes quedarte en la cama también, yo estaré en un costado y tú en otro, no creo que exista algún tipo de problema.— Qué acabas de hacer, Pilar.

Él se levantó del sofá y encendió las luces para poder mirarme mejor.

— ¿Estás hablando en serio? — Él alzó sus cejas, yo suspiré muy profundo mientras asentía.

— Vamos, no pasa nada, a fin de cuentas éramos mejores amigos y pasamos por esto muchas veces.— Me hice a un lado, él dudo un poco pero apagó las luces y se acomodó a mi lado.

Me puse nerviosa al instante, no fue la mejor de mis ideas, ni siquiera debí considerarla.

— Es una locura.— Murmuré.Tal vez yo deba irme al sofá de abajo, parece una cama...

— Pilar, basta.— Él me mira, yo niego cerrando mis ojos.Tú diste la idea, ¿cuál es el problema ahora? No tengo problemas con volver al sofá.

— No...yo solo...joder.— Gruñí.— No quiero perder mi autocontrol.

Nos quedamos en silencio un par de minutos, mi corazón latía con una rapidez innecesaria. La tensión era obvia al igual que mi labios temblorosos cuando empecé a sentir la cercanía de su cuerpo hacía el mío. No podía pasar.

— ¿Tu autocontrol? — Murmura muy cerca de mis labios, mi corazón dejó de latir de inmediato. No dijo nada más, solo se quedó ahí esperando una respuesta mientras nuestras respiraciones se entrelazaban. ¿A qué te refieres?

Volvió a hablar y en ese momento no tuve control de mis actos, lo siguiente que sentí fue la presión de sus labios sobre los míos.









N/A:

Novela en edición.

— Lía.

Del odio al amor ; Pilurre [RENOVANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora