CAPITULO 26: EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES

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Ya habían pasado tres meses de su expulsión de China era el mes de Enero las fiestas navideñas habían sido algo tristes pero su familia se comunicó con él de forma discreta ya que el gobierno no les dejaba tener comunicación alguna, a través de las redes sociales occidentales se contactó con su hermano y cuñado, ellos le informaron que abandonarían China para ir a Estados Unidos con él y a probar suerte en Hollywood esto lo alegro mucho pues ya no estaría solo, las clases en la academia comenzaron solo una semana después de que se inscribió le fue fácil alcanzar a sus compañeros los maestros lo felicitaban pues tenía talentos intelectuales y artísticos, trabajaba en un club dando espectáculos artísticos para pagar sus estudios uno de esos días una persona le invito a participar como extra en un comercial desde entonces hacia comerciales pequeños y trabajaba en las noches por tres días, no quería tocar el dinero que le daban su hermano y cuñado, quería demostrar que era capaz de salir adelante por el mismo. Lo único que le molestaba en toda su buena vida era el niño de ojos grises Henry quien desde que lo conoció no lo dejaba en ningún momento e invadía su espacio personal le hacía preguntas que eran un poco incomodas pero al pasar el tiempo ambos aprendieron a llevarse bien sin invadir espacios personales a decir verdad era su primer amigo que hacía en su nueva vida, el chico era desalineado, inquieto, hablador, hiperactivo y muy muy directo en cuanto tenía la oportunidad le decía que lo amaba aunque al principio le incomodaba ahora solo lo tomaba como una broma entre ellos, ese día iría de turismo con Henry quien le insistió mucho.

-Vamos Yiyi.- Lo esperaba en la salida de su salón de clases.

-No, tengo que dormir.-

-Te la pasas trabajando, debes distraerte además, me lo prometiste.- Hizo un puchero inflando las mejillas.

-Tú deberías ir a tu casa, tu madre debe estar esperándote.-

-Seguramente no está, debe haber salido.-

-¿Y cómo lo sabes?-

-Pues vivo con ella, bueno digamos vivir, en fin si vives en New York debes conocer bien la ciudad.-

-Ya la iré conociendo con el tiempo.- volvió su vista al libro que debía leer.

-Vamos Yiyi, debes ir conmigo.-

-¿Por?- dijo sin despegar la vista de su libro.

-Pues no querrás que a un niño indefenso de quince años este solo por la gran ciudad ¿o sí?-

-No me chantajees.-

-Eres imposible, me voy.- El chico de 22 años cerro su libro y alcanzo a Henry.

-Henry espera.- El menor volteo y sonrió.

-Me da gusto que te animes.-

-Necesito conocer la ciudad.-

-Bien vamos, pero iremos en bicicleta.-

-Me parece bien.- Y así comenzaron a hacer turismo por la gran parte de New York, Henry le explicaba cómo llegar a ciertos lugares, el nombre y pronunciación de estos, compraron un helado mientras lo comían se sentaron en el parque cercano al barrio de Henry para platicar.

-Mmmm dime Yiyi, ¿Porque eres tan reacio a platicar conmigo? ¿Te caigo mal o algo así?-

-No, solo que invades mi espacio personal.-

-Jajaja perdón perdón prometo que ya no lo hare.- levanto la mano derecha y sonrió mostrando sus brakets.

-Eso espero de verdad.-

-¿Oye puedo hacerte un comentario?-

-Depende de la clase de comentario.-

-Mmmm bueno, desde que te conozco he notado algo en tus ojos.-

Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora