XIX (Parte 2)

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HASTA QUE ME OLVIDE DE TI
Por Ami Mercury


XIX (Parte 2)

Se armó un buen revuelo cuando Olsen y Niels regresaron al piso que compartían con los demás.

A sabiendas de que no se lo permitirían, Niels se había limitado a dejar una nota en el salón y salir a hurtadillas. Era de esperar que, a la vuelta, los ánimos estuviesen caldeados.

La primera en increparlos fue Sissel, cómo no, y no se mostró nada amable al principio. Incluso su clandestina huida había reavivado viejas desconfianzas que ya estaban olvidadas y ambos fueron sometidos a un exhaustivo registro y a amenazas por parte de Berdon, que fue el más exaltado del grupo.

Muchas explicaciones hicieron falta para aplacar de nuevo los ánimos, y más detalles íntimos de los que a Niels y Olsen les hubiera gustado compartir.

—Volveremos a salir de cuando en cuando —había anunciado el primero, cuando ya el ambiente empezaba a relajarse de nuevo.

—¡No podéis! —se negó Sissel —¿No os dais cuenta del peligro que supone?

—Nos damos perfecta cuenta, pero no podemos permanecer todo el día entre estas cuatro paredes. Cada cual lleva su relación como quiere o puede; vosotras no habéis vivido solas en décadas, a vosotros —señaló a Viktor, Sigurd y Berdon— no parece que os importe tener público involuntario, aunque sea a través de las paredes, y vosotros —miró a Oskar y Ronja—... Bueno, sigo sin tener ni idea de qué clase de relación tenéis. En todo caso, nosotros no nos encontramos del todo cómodos aquí.

—No es buen momento para dar prioridad a vuestra relación, Niels —le recordó Hela.

—Lo sé muy bien, pero ¿cuándo lo será? Llevamos semanas esperando algo y ni siquiera sabemos bien el qué. Necesitamos un plan de acción que no llega y, mientras, Olsen está aquí encerrado como un prisionero. ¿No podéis comprender lo que eso significa para él? ¿O lo habéis olvidado?

—Niels tiene razón —concedió Sigurd—. Nadie puede soportar estar encerrado. Hasta en la cárcel, los presos salen al patio para tomar el aire y ver la luz del sol.

Ese momento fue crucial, pues las palabras del único mortal aparte de Olsen les recordaron a todos los presentes ciertos aspectos de la humanidad que ya habían olvidado. Guardaron silencio mientras pensaban en ello y Niels aprovechó ese momento para insistir un poco más en el asunto.

Con la promesa de ser cautelosos, obtuvieron al fin el permiso de ausentarse en alguna que otra ocasión. No es que lo necesitaran, porque pretendían hacerlo de todas formas, pero estaba bien saber que no los volverían a acusar de traición cada vez que regresaran de tener un rato a solas.

Al fin, aclarado ese asunto, abordaron el siguiente que tenían pendiente, uno que Niels y Olsen habían traído de fuera y que podría abrirles algunas puertas.

—Hemos hablado acerca de nuestra implicación en todo esto —adelantó Niels.

Tras la airada charla acerca de su escapada, los ánimos estaban más calmados ahora. Habían esperado a que todos los integrantes de la vivienda se encontraran allí, como siempre hacían cuando debían discutir temas trascendentales, y volvían a ocupar la gran mesa del salón, cada uno en su acostumbrado lugar.

Hela y Sissel miraron a Olsen esperanzadas. Este negó con la cabeza.

—Tal y como os dije, no estoy dispuesto a participar en esto. —La expresión de ambas mujeres, así como la de los demás, fue de decepción—. Pero os ofrezco algo: información. Ya soy un hombre buscado; que os transmita lo que sé no va a aumentar mi condena. En todo caso, no es demasiado.

Hasta que me olvide de ti (#LatinoAwards2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora