2. Subiendo las Apuestas

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—Uh ... Husk... ¿Husk?


Cuando finalmente regresó a la realidad, tuvo que mirar hacia abajo, solo para ver a la Princesa del Infierno parada frente a él, sosteniendo una libreta y un bolígrafo. Un bolígrafo de unicornio.


—Espero no molestarte, Husk...—murmuró, tomando asiento frente a él en el bar. No le dio tiempo suficiente para afirmar o negar sus palabras—. Al me dijo que tienes un hotel, ¡así que tal vez puedas darme algunos consejos!


—Oh, él te lo dijo, ¿eh?—Husk se enderezó un poco, colocando su botella casi vacía en la barra mientras levantaba una ceja—. ¿También te dijo que él robó el bar en el que estamos actualmente?


—Él... uh, puede haber mencionado algo sobre eso. Lo siento mucho, por cierto...


—Sí, bueno, "lo siento" no significa una mierda, a menos que de alguna manera arregle mi maldito casino.


Charlie se mordió el labio inferior mientras miraba hacia abajo, claramente avergonzada. Husk dejó escapar un suspiro largo y prolongado ante eso, rodando los ojos. Al final del día, ella no era la que había tomado prestada una parte de su hotel, o simplemente lo molestaba de vez en cuando.


—Entonces, ¿qué es lo que quieres saber?


La muchacha levantó la vista y también suspiró, aparentemente un poco más relajada. Comenzó a hacer preguntas generales que cualquier novato en el negocio tendría, y Husk la escuchó a medias, mientras seguía pensando en lo que estaba reflexionando antes de su llegada.


Su mente no pudo evitar volver a Angel Dust, sus palabras y el sabor de sus labios. Era difícil no pensar en eso, no importaba cuánto lo intentara, y lo había intentado mucho. No ayudó mucho que Angel no le hubiera dicho otra palabra desde entonces, pero lo miraba de manera significativa cada vez que caminaban uno al lado del otro o estaban en la misma habitación.


Como si lo desafiara silenciosamente a que, en sus palabras, le crecieran un par de pelotas y haga algo al respecto.


Habla del diablo, y él aparecerá.


Ese viejo dicho tenía algo de verdad, porque justo cuando estaba pensando en él, Angel Dust había entrado por la puerta principal. Sostenía bolsas de compras con tres de sus brazos, el cuarto con un batido del que sorbía mientras pasaba.

Hábitos de mi Corazón [AngelHusk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora