Hábitos de mi Corazón [AngelHusk]

1. Muerte al Atardecer

¿Cómo dejó que eso sucediera?

No podía dejar de hacerse esa pregunta y, por lo tanto, tampoco podía dejar de pensar en eso.

Había consentido, estaba seguro de ello. Él podía recordar eso. Sin embargo, el resto era un desastre borroso.

—¿Realmente necesitas comerlo así, Angel?

La voz de Vaggie lo sobresaltó un poco, así que Husk levantó la vista de su desayuno a medio comer y realmente deseó no haberlo hecho. El demonio araña al otro lado de la mesa estaba comiendo una paleta de la manera más inapropiada.

—No estoy haciendo nada malo, nena—dijo, encogiéndose de hombros con indiferencia y sonriendo un poco más cuando sus ojos se encontraron con los de Husk, su diente dorado brillando—. ¿No es así, Husk?

No pudo hacer nada más que gruñir una respuesta que ni siquiera él mismo entendió, empujando su tenedor en su plato para continuar comiendo, esperando que eso lo mantuviera a raya.

Pero debería haberlo sabido mejor. Se dio cuenta de eso cuando sintió que un pie que usaba una bota le acariciaba la pierna debajo de la mesa, y ni siquiera tuvo que mirar para saber a quién pertenecía.

Por enésima vez, ¿cómo dejó que eso sucediera?

—Heeey~

Husk lanzó un largo suspiro, e inmediatamente comenzó a tomar más alcohol. No fue suficiente, nunca era suficiente. Especialmente cuando tenía que tratar con él.

—¿Qué mierda quieres?

—¡Miau! Alguien está actuando un poco... grosero hoy.