Hábitos de mi Corazón [AngelHusk]

5. Juegos de azar y mujerzuelas

—Angel ha estado actuando extraño últimamente.

Husk dijo eso en voz alta sin siquiera darse cuenta, mientras observaba el contenido restante de su alcohol en su botella. Había estado pensando en eso durante unos días.

Y ciertamente tenía razón. Angel había estado actuando de forma extraña durante unos días, pero no sabía exactamente cómo.

Hablaba con todos, como siempre, con un aire de irreverencia. Casualmente coqueteaba con él también, pero no trataba de hacer nada más que eso.

No es que Husk esperaba que lo hiciera, pero... pensó que después de besarse un total de tres veces, ya habían pasado la fase de "sólo coquetear".

Angel parecía estar saliendo más, especialmente de noche, y no regresaba hasta el amanecer. Husk era el único que lo veía, caminando apresuradamente, sin darle a su bar ni a él ni una sola mirada.

Pero a veces parecía que Husk era el único en notar alguna diferencia.

—Oh, ¿de verdad? Debes disculparme, querido amigo, ¡pero no me había dado cuenta! ¡Debe tener que ver con el hecho de que no podría importarme menos!

Husk puso los ojos en blanco ante esa respuesta, escuchando la risa distorsionada de Alastor mientras bebía un poco más de su alcohol. Había pasado cerca de un mes desde que llegó a ese hotel, y ya estaba harto.

Al menos ahora tenían otro huésped.

Sin embargo, rara vez se veía al chico nuevo. La única vez que Husk habló con él fue cuando lo registró y le dio la llave.

Después de eso, el nuevo huésped pasó la mayor parte de su tiempo dentro de su habitación, haciendo quién sabe qué. A veces salían gases extraños por la puerta, pero él nunca explicaba de qué se trataba.

Aún así, Husk no podía culparlo por quedarse tanto en su habitación, especialmente cuando...

—¡¿Alguno de ustedes ha visto a Baxter?!

Niffty entró en la habitación apresuradamente, sosteniendo una bandeja con galletas y leche, con una gran sonrisa en su rostro. Había estado actuando así desde que llegó el chico pez.