4. El show debe continuar

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Realmente necesitaba ese dichoso 'sueño de belleza' después de todo.


Angel roncaba muy fuerte en su cama, sus sábanas rosadas ya no cubrían su cuerpo. Habría seguido descansando con gusto, pero más temprano que tarde pudo sentir unos pequeños pies caminando sobre el colchón, cerca de su rostro.


Pronto, una nariz fría y húmeda comenzó a oler su rostro.


—Mhm... Fat Nuggets...—todavía medio dormido, Angel se dio la vuelta en un intento de reanudar el sueño—. Sólo cinco minutos más...


El cerdo no parecía estar satisfecho con esa respuesta, así que se subió a la figura de Angel, sólo para caer de espaldas sobre el colchón. Angel abrió lentamente los ojos ante el ruido sordo y no pudo evitar sonreír.


—Eres un tontito, ¿acaso no podías esperar un poco más?—finalmente se enderezó en la cama, ayudando a su cerdo a enderezarse una vez más antes de soltar un largo bostezo—. Supongo que no puedo dormir para siempre... maldita sea.


Con mucho esfuerzo, finalmente se levantó. Se aseguró de alimentar a Fat Nuggets un poco más, aún sintiéndose mal por no haber estado allí los últimos días.


Realmente se sentía bien estar de vuelta en el "Happy Hotel", o más bien, en el "Hazbin Hotel", ya que Alastor insistió en cambiarle el nombre. Claro, todavía lo consideraba un basurero, pero era su basurero. Se había acostumbrado a este, al lugar, a la gente.


No lo llamaría su hogar, ni siquiera en su cabeza, pero sabía que era lo más cercano a uno que había encontrado desde que había llegado el infierno.


¡Creo que empiezo a entender! ¡Nos deseábamos desde antes de nacer! ¡Tengo el presentimiento de que empieza la acción!


Su voz llenó el baño mientras usaba el secador de pelo frente al espejo, con Fat Nuggets como el único espectador de su actuación. Muy pronto terminó de aplicar su máscara de pestañas y se dio una vuelta.


—Te ves bien, perra—se dijo a sí mismo, sus cuatro manos formando pistolas con sus dedos, junto a un guiño descarado—. Ahora, el show debe continuar.


Estaba listo para salir de su habitación, cuando vio un sobre en el suelo, en el umbral de la puerta. Casi como si alguien lo hubiera deslizado adentro para que él lo encontrara.

Hábitos de mi Corazón [AngelHusk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora