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—Oh, señor Petrel, llama por lo del día del Western,
¿verdad?
—Exacto. Voy a asistir.
—Fantástico. Espere un momento que le paso la llamada.
Pero colgué, casi asustado de mi propia impulsividad.
Salí a la calle y caminé lo más rápido que pude antes de tener
la oportunidad de cambiar de opinión. Mientras recorría
metros y metros de acera y dejaba atrás las fachadas de las
tiendas y las casas de mi ciudad sin fijarme en ellas, me
preguntaba si mis voces me habrían aconsejado que fuera.
O que no.
Era un día demasiado caluroso para finales de mayo.
Tuve que tomar tres autobuses distintos para llegar a la ciu-
dad, y cada vez parecía que la mezcla de aire caliente y ga-
ses de motor era peor. El hedor mayor. La humedad más
alta. En cada parada, me decía que volver era una absoluta
equivocación, pero me negaba a seguir mi propio consejo.
El hospital estaba en las afueras de una pequeña ciudad
universitaria de Nueva Inglaterra que poseía la misma can-
tidad de librerías que de pizzerías, restaurantes chinos o tien-
das de ropa barata de estilo militar. Algunos negocios te-
nían, sin embargo, un carácter ligeramente iconoclasta, como
la librería especializada en autoayuda y crecimiento espiri-
tual, en que el dependiente tras el mostrador tenía el aspec-
to de haberse leído todos los libros de los estantes sin haber
encontrado ninguno que lo ayudase, o un bar de sushi que
parecía bastante desastrado, la clase de sitio donde era pro-
bable que el tipo que cortaba el pescado crudo se llamara Tex
o Paddy y hablara con acento sureño o irlandés. El calor del
día parecía emanar de las aceras, una calidez radiante como
una estufa de una sola posición: temperatura infernal. Lle-
vaba mi única camisa blanca desagradablemente pegada a la
zona lumbar, y me habría aflojado la corbata si no hubiese
tenido miedo de no poder recomponerme el nudo. Vestía mi
único traje: un traje de lanilla azul para asistir a entierros,
comprado de segunda mano en previsión de la muerte de mis

la historia de un loco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora