Haikyuu! y sus personajes son obra de Haruichi Furudate. Sólo escribo por diversión.
Advertencia: SPOILER del manga! Si no vas al día y no quieres spoilearte con la historia, te aconsejaría que no leas este fanfic. Si vas al día o no te importa spoilearte, adelante xD
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— ¿Sabes?
La voz de Atsumu Miya se dejó oír en medio del vestuario con aquel tono risueño y despreocupado de siempre, detrás de la puerta de su casillero. Pese a no estar dirigiéndose a nadie en particular, Bokuto Koutaro pareció percibir que aquella interrogante iba directo hacia él. En esos momentos, éste se encontraba sólo con los pantalones deportivos, a medio cambiar luego de darse una ducha una vez terminado el encuentro; sus cabellos húmedos estaban despeinados y apuntando hacia el suelo, aunque algunos mechones rebeldes ya comenzaban a empinarse, dándole un aire un tanto desquiciado.
— ¿Mmh?.— Bokuto hacía rato estaba entretenido con su celular y era ese el verdadero motivo por el que demoraba tanto en terminar de cambiarse. Ni siquiera levantó la vista cuando Atsumu se acercó a él, intentando leer lo que escribía por encima de su hombro.
— A veces, te detesto. Sólo a veces.
— ¿Por qué? ¿Qué hice ahora?
Bokuto levantó la mirada y volteó el rostro; ambos estaban demasiado cerca el uno del otro, y el hecho de que Bokuto ladeara medio torso hacia atrás enfrentándolo directamente, no hizo que Atsumu retrocediera ni un milímetro, aquella sonrisa de suficiencia instalada en su rostro.
— Dile que el sentimiento es mutuo.
La voz amortiguada de Kiyoomi Sakusa les llegó desde el otro lado del vestuario; el muchacho ya había terminado de cambiarse y se había colocado el cubrebocas obligatorio.
— Qué tierno, Omi Omi. Ahora se defienden.
— Pero yo no lo detesto.— Bokuto volvió su atención al celular, cuya pantalla acababa de encenderse. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro y aquello provocó un tic nervioso casi imperceptible en uno de los ojos de Atsumu.— Simplemente paso de él.
— Es buena opción.— terció Sakusa, incorporándose pesadamente del banco en donde había estado sentado atándose los cordones.
— A ti también te detesto. A veces.
Atsumu le mostró a Sakusa su sonrisa más radiante y Sakusa se limitó a fruncir el ceño, alejándose de ellos.
— El sentimiento conmigo sí es mutuo.
— Cómo no.— Atsumu saludó a Sakusa con la mano cuando se percató de que sus intenciones eran retirarse realmente del vestuario, sin recibir respuesta por parte del otro.— Debemos ser el único equipo que no festeja luego de una victoria.
— Habla por ti.
Las voces de Bokuto y Sakusa se habían sincronizado de tal manera, que Atsumu estaba seguro no habría salido tan bien de ser premeditado. Suspiró, intentando contener las ganas de golpearlos. A veces lo enfermaban con sus actitudes infantiles.
— ¿Te espera alguna fiestita en casa, Koutaro-kun?
Acto seguido, Atsumu señaló con el mentón el celular que Bokuto aún sostenía en sus manos mientras soltaba una risita para nada genuina y sincera. Bokuto frunció el ceño y, en ese momento, Atsumu se preguntó si realmente estaba sopesando su pregunta o si directamente estaba por golpearlo. O quizás era por el apelativo respetuoso que había usado con su apellido, después de todo, sabía bien que Bokuto odiaba todo tipo de formalidades.

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Chacal Negro
Любовные романыLos chacales podían parecer criaturas inofensivas, incluso en algunos aspectos amigables y sociables. Sin embargo, los demás no podían olvidar que aún seguían siendo depredadores y que, orillados a hacerlo, podían volverse peligrosos si veían amenaz...