Su respiración era agitada y su corazón latía tan fuerte que amenazaba con salir de su pecho. Su rostro reflejaba la más pura imagen del terror.
En su mente había miles de pensamientos golpeándola, recordándole lo ingenua que había sido por haber ido a aquel lugar en especial de noche. Los bosques ya son demasiado peligrosos durante el día, pero cuando el cielo se torna oscuro es cuando las criaturas más peligrosas salen a cazar.
Pensaba en sus amigos, ¿Los vería de nuevo?
Pensaba en la extraña advertencia que recibió de la gitana que se topó hace un par de meses...
"Veo una extraña criatura... Una leyenda olvidada..." – ¿Cómo podía ser que algo así existiera? – "Te perseguirá por el bosque" – Nunca fue creyente de lo sobrenatural, pero ahora se encontraba en esa situación ¿Cómo pudo ella haberlo sabido con tanto tiempo de anticipación? – "Será el final de tu vida como la conoces" – Esa última frase era la que hacía que las púas se le erizaran, aquella bestia... Iba a matarla. ¿Acaso ese era su destino?, ¿Una muerte lenta y dolorosa?.Tenía tantos planes por delante y ahora se los estaban arrebatando, ni siquiera pudo despedirse adecuadamente de sus seres queridos.
¿Realmente alguien la extrañaría?, Después de todo no tenía familia, solo un círculo pequeño de amigos.
Varios aullidos se escucharon a sus espaldas, sacándola de toda esa nube de pensamientos.
Debía concentrarse, seguir corriendo hasta encontrar ayuda, pero... ¿Quién además de ella podría estar en medio del bosque a esas horas?
Aquel lugar era inmenso, con muchos kilómetros llenos de vegetación. Sería un milagro si pudiera cruzarlo antes de ser alcanzada. Se maldecía mentalmente por no haber corrido en dirección a la carretera por la cuál había llegado, pero NO, en lugar de eso tomó una dirección al azar, adentrándose más al bosque. En parte no era su culpa, después de todo, el miedo suele nublar a la razón y lo primero en que ella pensó al toparse cara a cara con la criatura era correr, correr lejos.
Mala decisión.
Ahora no solo un monstruo desconocido la seguía sino que también había alertado a una manada de lobos que se encontró a su paso.
Mientras más cerca estaban de ella más difícil se volvía avanzar entre la maleza, las ramas se atoraban en su ropa y la desgarraban, incluso ella misma se llevó varios rasguños por las espinas que tenían algunas plantas, las piedras parecían empeñadas en hacer que tropezara, incluso se sorprendió de no haber caído al piso en todo ese tiempo que llevaba corriendo, quizá era ese impulso de seguir viviendo lo que la estaba ayudando.
Los lobos ya se encontraban a solo un par de metros de distancia, no importaba que tan rápida fuera, no podía competir contra la fuerza y velocidad de la manada.
Comenzó a aceptar su destino, no podía hacer que las bestias desaparecieran y no habría nadie ahí para salvarla... Pero si iba a morir... al menos sería luchando.
Continúo corriendo, ya bastante exhausta, sus piernas comenzaban a fallarle y se le dificultaba respirar.
Finalmente una pequeña roca logró su cometido haciendo que la pelirosa cayera al piso, raspándose las manos y rodillas en el proceso.
– ¡No!... No, no, no – repetía una y otra vez mientras se incorporaba y trataba de levantarse, sin embargo un fuerte dolor en su pierna derecha se lo impidió. Estaba rota, o eso era lo que ella creía, la sujetó con fuerza al sentir las punzadas de dolor y contuvo varias lágrimas en sus ojos.
Un gruñido a sus espaldas la hizo paralizarse... la habían alcanzado.
Pudo ver cómo varias sombras se acercaban a ella de todas direcciones, los lobos la estaba rodeando.
Buscó en el suelo algo que la ayudase a defenderse, tomó un par de rocas y las lanzó con la esperanza de ahuyentarlos, para su mala suerte, lo único que consiguió fue hacer que se enfurecieran aún más.
Cómo última esperanza tomó un palo que se encontraba a unos centímetros de ella, sabía que no serviría de mucho contra una manada completa, pero ¿Que más podía usar?
Un lobo que se encontraba al frente de ella atacó primero, se abalanzó sobre el cuerpo de la eriza y recibió un gran golpe en el hocico por parte de ésta.
El lobo dio un ligero gemido de dolor y retrocedió un paso para reponerse, sin embargo esto no lo detuvo puesto que dio un segundo ataque siendo seguido por el resto de sus compañeros.
Ella seguía lanzando golpes para tratar de evitar las mordidas de los caninos, pero simplemente eran demasiados, en un descuido uno de ellos logró tomar la rama con su hocico y se la arrebató a la ahora indefensa chica.
Con sus brazos trato de cubrir las partes sensibles de su cuerpo como el cuello, recibiendo así varias mordidas y grandes rasguños en sus piernas, brazos y abdomen.
El dolor era insoportable, chillaba y rogaba por piedad, pero ellos no la escucharían, solo eran animales salvajes que se guiaban por sus instintos.
Era su fin, definitivamente lo era, podía sentir como la vida se le escapaba mientras más sangre salía de sus heridas.
Un aullido extraño se dejó escuchar por todo el bosque, no era un lobo, ni mucho menos un oso, ella aún estaba consciente y reconoció aquel aullido de inmediato, él la había encontrado.
Los lobos se quedaron quietos ante tal sonido, parecían asustados, ¿Tan peligrosa sería aquella criatura?.
De entre los arbustos apareció una bestia de pelaje azul noche con manchas plateadas en sus muñecas y pecho, tenía grandes colmillos y filosas garras, algo que llamaba bastante la atención eran sus brillantes ojos esmeralda que irradiaban una luz espectral.
Los lobos a pesar de sentirse intimidados no dudaron en atacar a la criatura, después de todo, ellos eran mayoría.
Aquel ser se precipitó al ataque, se veía furioso. Con sus garras logró dar un zarpazo certero al cuello de uno de los lobos matándolo al instante, cuatro de aquellos animales intentaron derribarlo al abalanzarse sobre él y aunque consiguieron su cometido, la bestia logró quitárselos de encima y ponerse en pie nuevamente. No dejaba de recibir ataques por parte de los caninos, ellos no parecían representar un gran desafío para él, aunque es cierto que se llevó varios rasguños y mordidas por parte de sus adversarios, pero ninguno lo suficientemente grave como para incapacitarlo en la batalla.
Aquella lucha estaba tomando bastante tiempo, los lobos no se rendían y él tampoco lo haría. Fue hasta que el líder de ellos murió a manos de la criatura que los sobrevivientes de la manada decidieron emprender la huida.
La bestia dio un gran aullido en señal de victoria y luego se acercó rápidamente a la chica que yacía herida en el piso.
Ella estaba perdiendo la conciencia poco a poco, ahora que los lobos habían sido ahuyentados esperaba que al menos ésta criatura le diera una muerte rápida.
Cerró los ojos fuertemente esperando su final mientras escuchaba las pisadas apresuradas de la criatura cada vez más cerca de ella.
"¿Cómo es que acabé aquí?"
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
PRESAGIO (Sonamy)
FanfictionLa silueta de una joven eriza podía divisarse con claridad gracias a la luz de la luna llena, ella corría por el bosque, abriéndose paso entre la espesa maleza. Se escuchaba agotada pero no podía detenerse, no si quería seguir viviendo. De vez en c...