1

1.6K 135 181
                                    

Levanté la mirada, observando nuevamente mi reflejo en aquel angosto espejo que adornaba el baño de la escuela.

Las ojeras no faltaban, además de algunas cicatrices recientes.
Si que estaba destrozado...

Al oírse varios pasos provenientes del exterior, me lavé el rostro y pasé mis manos por mi pelo, tironeando un poco de él y acomodándolo rápidamente.

Me dirigí a la salida y en ese instante preciso mi mundo se vino abajo.
Al querer salir, un grupo de chicos me lo impidió, pudiendo reconocerlos con compleja facilidad, se trataba de los "amigos de Valentín.

Uno de ellos trabó la puerta asegurándose de que nadie pudiese entrar ni salir, otro, un poco más alto, avanzaba de manera amenazante hacia mi dirección mientras yo retrocedía. Me sentía débil en su presencia, temblaba levemente, mientras él fijaba su mirada neutra en mí.

Esto ya se había convertido en rutina.

Se rió --Pero miren a quién tenemos acá, al mariquita de la escuela --las palabras que soltaba eran como mil cuchillos atravesándome sin piedad alguna.

Mis nervios aumentaban, lo único que quería era salir de allí lo más pronto posible y llorar hasta ahogarme en mis propias lágrimas. Lo anhelaba...

Podía sentír mis ojos humedecerse, era invebitable.

Sabía lo que pasaría, siempre era lo mismo, aunque a pesar de eso...tenía la mínima esperanza de que hoy fuera diferente.

《Que iluso...》Pensé

En un parpadeo dos de ellos ya me sujetaban ambos brazos con fuerza; Forcejé lo más que pude, esperando un resultado que nunca llegó.

No podía hacer nada contra ellos, por más que lo deseara con todas mis fuerzas...ellos eran cuatro, y yo solo uno.... era inútil.

《¡NO SERVÍS PARA NADA, ES POR ESO QUE TU MADRE NOS DEJÓ, SOS UN INÚTIL!》

Recordé las palabras de mi padrastro, quizás tenía razón, no tenía sentido alguno que siguiera en este mundo, de todas formas...hiciera lo que hiciera era infeliz...

Los abusos físicos de parte de mi padre hacia mí, el bullying y las burlas que recibía en la escuela por el simple hecho de amar de manera distinta, de amar a un chico y no a una chica; el rechazo y abandono de mi madre cuando tomé la decisión de "Salir del Closet".... era demasiado para un simple chico de 17 años.

Al volver a la realidad, divisé como, quien había hablado anteriormente, apretó los puños tiniendo sus nudillos un poco pálidos,y dirigiéndolos velozmente y con fuerza; Con una sonrisa macabra que cargaba en su rostro.

El primer golpe...en mi estómago...

El segundo....en mi rostro...

Luego el tercero....y el cuarto...

Las horas parecían interminables y suplicaba internamente por ayuda.

Mi vista se nubló por completo y las lágrimas no tardaron en salir, mi labio ardía al igual que el resto de mi cara, y lo único que podía hacer era retorcerme de dolor en aquel frío suelo, sujetando mi estómago con ambas manos.

Esto se repetía día a día y, de algún modo, ya había logrado acostumbrarme a ello.

Cuando creí dar por finalizado el sufrimiento, las patadas se hicieron presentes en cada extremidad de mi inestable cuerpo.

Poco a poco fuí perdiendo la poca noción que me mantenía estable, acompañado de mis ojos, los cuales se desplazaban lentamente, cerrándose con sobrante cansancio...

En aquel instante, finalmente pude sentir la paz y tranquilidad que mi cuerpo exigía con insistencia.

(...)

Al despertar, mis ojos se achinaron debido al repentino impacto recibido por la luz de la blanca sala, tras decidir el abrirlos por completo mi vista se fue intercalando, observando cuidadosamente, y con detenimiento, todo el panorma de mi entorno.
Me encontraba en la enfermería.

Mi cuerpo reposaba en una de las camillas disponibles, y, al inspeccionar el ambiente descubrí a mi mejor amigo descansando plácidamente en una silla a mi lado, reflejando incomodidad respecto a la pose que imitaba.

Aún así sonreí ante la tierna imagen que tenía la oportunidad de admirar y grabar en mi mente.

A pesar de no querer despertarlo e interrumpir la siesta que llevaba a cabo, sabía que era inevitable y que, tarde o temprano, debería suceder.

--Hey, Val --lo nombré, llamándolo a la par que movía suavemente su hombro --pelotudo --

A medida que su sueño finalizaba, los escasos minutos restantes se basaron en, únicamente, refregar sus ojos con las palma de la mano en un intento por despertarse y, finalmente, sonreír con abundante alegría al verme.

--Enanoo, despertaste --se acercó dedicándome un medio abrazo el cual no dudé en corresponder con notorio aprecio -me tenías muy preocupado -acotó con algo de desconfianza para luego formar un adorable puchero.

Aquella acción me llevó a reír levemente, contangiándole la misma carcajada al ojiazul, creando un coro entre ambos.

Él era la única razón por la que, a pesar de toda la mierda que pasaba en mi vida, seguía en pie y afrontando cada obstáculo que estuviera dispuesto a interponerse en mi camino.

Por otro lado, sabía a la perfección que los amigos no se ocultaban secretos... pero no podía decirle que quienes se hacían llamar sus "amigos" eran, en gran parte, la causa de mis heridas, y de mi constante sufrimiento....

Sonaría ridículo... completamente absurdo.

《Todo tan duro y la vida es frágil, sé que soy de vidrio y que puedo romperme fácil》



















Lamento lo desinteresante que quedó el capítulo, prometo esmerarme más en los próximos de la fic.
Espero puedan darles una oportunidad, desde ya gracias por entrar a leer♡

Gracias -inutil por la portada, me encantó♡

Frágil [Wosani]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora