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"Valentín, ¿por qué me ignorás?
Te necesito"

Era el pensamiento que rondaba constantemente en la mente el ojimarrón, a tal punto de asfixiarlo; con un nudo indesatable formándose en su garganta.

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Inconscientemente, sus pies se movían a paso lento, sin pisca de apuro alguno; con pesadez en dirección al instituto.

¿Qué sentido tenía ir?

Implicando toda la sinceridad que le quedaba, ni él mismo lo sabía, pero suponía por sobre todo que aquella opción demostraba ser mejor en  comparación al tener que permanecer en el que se suponía era su "hogar".

Aquel día se encontraba totalmente nublado, o triste, como prefería hacerle referencia el morocho. Una leve llovizna se hizo presente en el trayecto, acompañada de una suave brisa que, de algún modo, a Daniel lograba brindarle ese respiro que requería constantemente.

Recordó el día anterior, nuevamente. Mentiría si dijera que no lloro toda la noche, siendo ahogado ante la agonía de la culpa y la confusión; jamás creyó que en algún punto ambas sensaciones podrían llegar a complementarse tan a la perfección.

Los recuerdos lo golpeaban como cristales clavándose por todo su cuerpo, ¿como sucedió todo esto?
Aún no hallaba respuesta lógica.

Flashback

Como si se tratase de una pelicula, la situacion le parecía absolutamente ironica, casi que reía por dentro.

¿Lágrimas?
¿Por qué?

Ambos individuos quedaron estáticos ante las palabras que ferozmente el ojiazul había lanzado.

Daniel solo deseaba salir corriendo de allí, sin importarle cuanto le doliera o incluso le seguiría doliendo muy en el fondo esa opresión en su pecho... esa espina en su corazón.

Valentín lo observaba con algo de miedo en sus ojos tras haberse dado cuenta de que la había cagado como nunca antes.

Mientras tanto, el menor se replanteaba ese puñal... él no lo decía enserio ¿o sí ..?
Repentinamente, como la velocidad a la que una estrella fugaz se asoma como pequeña visitante en firmamento azulado, ese nudo en su garganta se hizo presente, esta vez ocasionado por quién jamás creyó que algún día ocurriría.

--Yo... -Había soltado, finalmente y casi inaudible, el más alto de los dos luego de un silencio extremadamente agobiante y abrumador... por no decir tenso en aquel preciso instante en el que Daniel solo pudo mirarlo inexpresivo y pararse lentamente del sillón en el que se encontraba sentado antes--Dani... --Valentín también se levantó algo apresurado, acercándose al platinado con cuidado y soltando ese simple nombre apenado...

El ojimarrón no fue capaz de reprimir la primera lágrima que pudo ser vista por el contrario caer en su mejilla derecha, casi hasta podía sentirse inservible únicamente por eso. Esa gota... esa gota había conseguido derramar el vaso completamente.

Daniel dió una paso atrás alejándose de él rápidamente al percatarse de la cercanía qué este comenzaba a tener. Valentín se encontraba jurando que aquel exacto paso dado por el chico frente a sus ojos había sido y era, en la misma escena, similar a cristales incrustándose en todo su cuerpo como abejas en cuanto a un panal.

-No me... toques... -Pidió esta vez Ribba en una muy pequeña súplica, con la voz temblorosa y otra pesada lágrima, cargada de decepción, exigiendo libertad a partir de sus ojos ya cristalizados.

Oliva callaba, ese daño que para muchos solo podría danzar sobre un escenario de lamento pequeño para ambos jóvenes significaba otra mierda más para agregar a esa larga lista de todo lo malo que le había ocurrido, y que aún le ocurría a Daniel.

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2021 ⏰

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