Cap. 10 Los Descendientes

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Doce días después de la resurrección

La aventura de los tres hermanos ya llevaba unos días desde su comienzo y hasta el momento los caballeros y los príncipes iban sin incidentes, excepto por la noche anterior cuando se detuvieron a dormir cerca del final del camino de árboles y daba inicio a un paraje cubierto de pasto, fue ahí dónde Mendo y los otros caballeros experimentados en el exterior se habían percatado de que algo los espiaba manteniéndolos alerta toda la noche.

Trece días después de la resurrección

Era medio día y el paisaje era tranquilo, el paraje con campos llenos de pasto recorrían kilómetros, simplemente era hermoso. Los jóvenes sentían la tranquilidad de aquel pacifico lugar mientras iban en sus caballos.
Los tres hermanos conversaban entre ellos y el mayor hablo -ya llevamos una semana y todo esta tranquilo, como se nota que es una misión de rango 1- dijo Mendo con aburrimiento -para mi esta excelente, no hay nada mejor que salir a pasear por lugares desconocidos con miedo a morir en cualquier momento- dijo Diago con sarcasmo -pues yo si estoy feliz, por fin padre me tomo en cuenta y aunque sea una misión de rango inferior poco a poco iré tomando más importancia en el reino- dijo Alba con la ilusión en su rostro -todo depende de lo que decida el rey Mendo en un futuro- dijo Diago mirando a su hermano mayor sin darse cuenta que eso cortaba la emoción de Alba -tranquila hermana cuando sea rey tendrás un lugar en la mesa real y tendrás poder en las decisiones del reino- dijo Mendo y esto tampoco ayudó en nada a como la había echo sentir Diago con sus palabras, pues ella siempre a aspirado a ser la reina de Swordland y ayudar a su padre; amaba a sus hermanos pero incluso ellos la trataban como una secundaria sin darle la importancia que merecía -por cierto Mendo que se siente que cuando te den el trono te tengas que cambiar el nombre a Sexto, te imaginas Alba, el rey Sexto- dijo Diago en burla y sin ver como afectaba esto a la princesa, aun así Alba sonrió ligeramente para no dar a notar su sentir; para la princesa llevar ese título no era causa de burla sino al contrario para ella era señal de respeto al reino -si lo se, esta horrible cambiarme el nombre a Sexto pero que quieres, el rey Tercero lo hizo una ley inamovible, incluso para los futuros reyes y si no la respeto el reino no me respetara, odio tener que obedecer leyes que ponen a los sirvientes como jueces- dijo Mendo descontento y Alba quedo sorprendida, no creía que Mendo el hijo mayor y quien recibió el cariño del pueblo de Swordland antes que ellos, se refiriera a los habitantes de Swordland de esa manera -hermanos...- grito Alba para cortar las burlas de sus hermanos -cuanto tiempo falta para llegar- dijo la princesa ahora con más calma -bueno estamos a tres días de llegar, ya falta muy poco Alba- dijo Mendo dándose cuenta del descontento de Alba -que bueno, ya quiero llegar para regresar a casa lo más rápido posible- dijo Diago con alivio -esta bien hermano creo que vamos a buen tiempo- dijo Alba -asi es, estamos en buen tiempo, tal vez esto sea la misión más fácil que he tenido- dijo Mendo muy tranquilo he insatisfecho, un caballero que venía junto al carruaje de las provisiones se acercó a Mendo quien iba al frente -principe Mendo, alguien nos viene siguiendo desde que salimos en la mañana, teníamos dudas debido a que se ha estado ocultando de nuestra vista y se mantiene lo suficiente cerca como para seguirnos el paso- dijo el caballero -¿y como es eso posible si este lugar esta descubierto?- pregunto el príncipe con curiosidad -no sabría decirle, no conocemos una criatura o humano que pueda ser tan sigiloso y al mismo tiempo seguirnos el paso sin ser visto, tal vez solo sea paranoia nuestra- contesto el caballero -esta bien sigamos a toda velocidad, avisales a los demás, si algo nos persigue tendrá que acelerar su paso y así dará muestras de su ubicación- dijo Mendo y el caballero regresó hacia atrás mientras avisaba que saldrían a toda velocidad -¿todo esta bien?- pregunto Diago -si, solo vamos a apresurar el paso, no podemos parar a dormir debemos llegar al pueblo pesquero lo más rápido posible- contesto Mendo -por mi no hay problema Mendo- dijo Alba -bueno, ya hablaron ambos, que puedo hacer- dijo Diago con resignación y Mendo aceleró el paso de su caballo haciéndolo galopar a toda velocidad y por consecuente sus hermanos y los demás caballeros hicieron lo mismo, mientras aquel ser los miraba tranquilo pues le daba risa que los humanos intentaran huir cuando ya era demasiado tarde.

Nuevas Leyendas: Los Tres GrandesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora