Cap. 11 La Llama Oscura

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Hace algunos años atras

Dentro del castillo de Swordland una pequeña Alba estaba en el campo de entrenamiento, sola, sentada en la tierra y cansada; en sus manos una pequeña espada y frente a ella un muñeco de paja clavado al piso (Un muñeco que los reclutas usaban para entrenar durante su pasantía antes de ser nombrados escuderos, soldados o caballeros reales todo dependiendo del talento); recargada en uno de los pilares que rodeaban el campo de entrenamiento, la reina, quien observaba a su hija y a sus intentos de entrenamiento; la niña yacía en el piso, frustrada y con las manos apunto de sangrar, rojas y llenas de cayos. La princesa había intentado cortar el muñeco pero la espada a pesar de ser algo corta era pesada para la pequeña niña, la reina se acercó a su hija y la ayudó a levantarse, para luego limpiar su rostro con un poco de saliva y su vestido mientras el atardecer comenzaba a acabarse -¿se puede saber que haces?- pregunto dulcemente Rosalba -nada madre, creo que Mendo tienia razón y yo no sirvo para esto- contesto triste la princesa -¿no sirves para que?- pregunto la reina -no sirvo para ser un caballero- dijo Alba y sus ojos empezaban a querer llorar -prestame tu espada, ¿se puede saber que intentabas?- insistió la reina mientras le quitaba la espada a su hija -queria cortar la cabeza del muñeco pero la espada es muy pesada y no puedo brincar por el peso, así nunca podré vencer a un ogro- dijo Alba aún decepcionada -mira Alba no necesitas cortarle la cabeza a tu enemigo, aveces solo tienes que derribarlo- dijo la reina y en un movimiento rápido corto el palo que sostenía al muñeco y cuando se iba de lado para caer, la reina le atravesó la espada en la cabeza dejando a Alba boquiabierta -¿como hiciste eso madre?- pregunto Alba quien ahora se mostraba curiosa -pues como te dije si logras derribar primero a tu enemigo, quedará a merced tuya y ahí es cuando le cortas la cabeza- dijo la reina sonriendo -¿me enseñas?- solicito Alba -claro, aunque tu padre no te deja entrenar con los reclutas, no dice que no puedas entrenar y ser un caballero o que tal en un futuro la reina de Swordland- dijo Rosalba aumentando la emoción en Alba -si madre entrenare y seré digna de convertirme en la próxima reina de Swordland.

Quince días después de la resurrección

Alba en el piso veía como esa criatura solo la observaba sin decir ninguna palabra; ella esperaba a recuperarse para poder atacar a quien le hacía compañía en esa casa, con su mano lentamente iba acercándose a su muslo para sacar su cuchillo, la criatura con su brazo puesto se acercaba a la princesa y cuando extendió su otra mano, con la que sostenía su brazo, Alba la tomó y jalo para tirar a la criatura al piso y con la otra sacó el cuchillo y lo clavó en la espalda del monstruo.
Los rayos de sol mostraron que era lo que estaba en el piso, era un muñeco de los que usaba el reino para entrenamiento pero este tenía alteraciones en los brazos y debajo de la cintura tenía algo parecido a piernas casi tenía el tamaño de un hombre promedio, Alba quedo estupefacta, ¿que era eso?, pero no tenía tiempo probablemente sus hermanos y los demás caballeros ya estaban reunidos en el puerto o peor aún, tal vez estarían bajo ataque. Alba sacó una de sus espadas y con ella apunto al muñeco quien ya hacía en el piso sin muestra de vida alguna, mientras ella lentamente se acercaba a la salida por donde entró para después salir corriendo hacia el puerto -sin duda es la princesa, tengo que salvarlos- dijo el muñeco para después ponerse de pie torpemente y sacarse el cuchillo de la espalda dejando ver como algunas ramas de paja sobresalían de la herida.

La princesa corría en las calles del pueblo destruido y antes de salir al puerto vio como una mujer sostenía al parecer una daga y esta estaba apuntando a su hermano Mendo para después ver como la mujer casi cortaba a su hermano y luego mataba a Lotario, Alba sacó sus espadas y cuando iba a salir disparada a atacar a la mujer, chocó con una pared -libro de vida 13, pared de luz- dijo el muñeco poniendo sus manos extendidas en dirección a donde Alba había chocado, la princesa volteó y miró al muñeco pero su cara demostraba enojo -dejame pasar, si no te mate antes esta vez no voy a fallar- dijo Alba y corrió hacia él -libro de vida 13, candado de luz- dijo el muñeco y una de sus manos extendidas se cerró y cuando Alba se dio cuenta se detuvo, solo para notar como otras tres paredes habían aparecido y a pesar de ser casi invisibles tenían ligeros reflejos en dorado y estas se iban cerrando reduciendo el espacio y dejando encerrada a Alba y cuando las paredes parecían que la iban a aplastar se detuvieron -¿que quieren con nosotros?- pregunto Alba mientras pensaba en como salir -yo solo quiero que me lleven ante el rey, Swordland corre un gran peligro- dijo el muñeco sorprendiendo a Alba -¿como se que no estas mintiendo?, tu podrías ser la amenaza- dijo la princesa sin quitar la vista del muñeco -no hay tiempo de explicar, ahora tenemos que salvar a tus hermanos Alba- dijo el muñeco sorprendiendo a Alba -creeme princesa- termino de decir el muñeco y saco de su ropa un collar, un collar que Alba reconoció -soy yo princesa Alba, soy Greengar.

Nuevas Leyendas: Los Tres GrandesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora