-¿Ya puedo salir?.
-No.
-¿Hasta cuando?, tu sales todos los días y no te a pasado nada.
-Hasta que lo diga, yo puedo hacerlo por que no es a mi a quien querían matar y por que tengo que ir a los lugares donde se supone soy socio.
Lara puso los ojos en blanco y se retiro molesta a su habitación, no le hacia gracia permanecer encerrada. Hacia ya un par de semanas que la pareja se encontraba en Berlín, James como el experto que es les consiguió aparte de sus nuevas identidades una modesta pero hermosa residencia en los suburbios, todas las casas de la cuadra tenia la misma fachada y al agente le parecía excelente así cualquiera que no supiera el numero tardaría en encontrarlos.
Tenían que adaptarse a su nuevo rol lo antes posible pero Vincent consideraba que lo mejor era esperar un tiempo antes de que Lara volviera a andar por las calles.
En ese momento eran los nuevos vecinos, los recién llegados y todos los ojos estaban en ellos por lo que quería que el vecindario se acostumbrara a su presencia así cuando Lara pusiera un pie fuera de la casa no le prestarían demasiada atención. Desde luego que a la mujer no le hace ninguna gracia y no a perdido oportunidad para demostrárselo.
Gracias a su enfado no han tenido ningún momento de tención y ninguno a tocado el tema sobre aquel acercamiento en Halle. A Vincent le parecía que era lo mejor pues intentaba concentrarse en ser Dave Tate, si, James no perdió la oportunidad de jugarle una pequeña broma y le dio por nombre el mismo que Lara así a ella se le facilitaría pues ya lo llamaba de ese modo. Como parte de su nueva identidad Vincent se encuentra dentro de la lista de inversionistas reconocidos, su amigo se encargo de colocarlo en diversas empresas, casinos, inmobiliarias y discotecas en las que es bien sabido manejan apuestas clandestinas y todo tipo de negocios sucios.
Dio un suspiro cando escucho aquel portazo que dejaba claro que su falsa esposa ya se había encerrado en su habitación. Comprendía su sentir a el tampoco le hace gracia permanecer tanto tiempo entre paredes pero no lo estaba haciendo por ser un cretino con ella si no por su propia seguridad, esperaba que Lara lo comprendiera. Cogió su vaso de whisky, apago las luces de la sala y se retiro a su respectiva habitación.
En la penumbra de sus cuatro paredes Lara observaba el techo recostada en la cama, a diario tenia debates mentales para alejar las ideas poco cuerdas que se le veían a la cabeza, por esa razón odiaba no tener nada que hacer, tiene lo que ella llama instinto de idiotez y estaba a nada de dejarlo salir.
Así lo hizo.
Se sentó sobre el filo de la cama observando la habitación, le parecía hermosa y en mas de una ocasión se había preguntado quien escogería los colores de la decoración, las cortinas, la alfombra persa, las paredes incluso la ropa de cama todo estaba entre un gris ligero y blanco. No le disgustaba en lo absoluto pero la curiosidad siempre estaba presente por que la combinación era una de sus favoritas.