En la parte mas alta y privada del casino en una mesa de póker se encontraban cuatro hombres elegantes, todos desprendían una aura temerosa y de poder, había un asiento libre, era fácil saber que esperaban a alguien. Ninguno de ellos tenia compañía femenina, la única mujer era la empleada que hacia la partida y ni ella que estaba haciendo su trabajo se atrevía a sostenerles la mirada.
Los presentes apreciaron a una pareja que se acercaba, de inmediato la atención de los cuatro hombres fue robada por aquella preciosa mujer en vestido rojo. Ninguno reparo en el hombre que la acompañaba hasta que este los obligo a que desviaran toda esa atención hacia el.
-Caballeros.- saluda Vincent
-Por fin llegas íbamos a comenzar sin ti.- dijo uno de los hombres.
-Mejor tarde que nunca.- balbuceo el agente mientras tomaba asiento, Lara solo se dedico a verlos sin decir una palabra, le parecía descortés que no la presentara pero conociéndolo había una razón.
Los cuatro hombres volvieron a poner su atención en la mujer con la que se habían deleitado la pupila esperando que esta se marchara, solían jugar póker a solas sin acompañantes. Lara al sentir tan potentes miradas le dio un ligero codazo a su falso esposo, solo entonces este se dio cuenta de lo que sucedía.
-Disculpen, ella es mi esposa Melisa.- le quedo sabor amargo en la boca, quería llamarla por su verdadero nombre. -Cariño te presento a Derek Schulz, Arcel Neumann, Otis Schuster y Luther Dietrich.
Lara les sonrió y apretó la mano de cada uno, dos de ellos le dedicaron miradas cordiales, Otis la miro con recelo como si no fuera de su total agrado y Luther Dietrich la observo con devoción, quedo totalmente hechizado por aquella sonrisa y ese aire de seguridad que emanaba. Cuando estrecho su suave mano la sujeto por unos segundos mas de lo debía, el nuevo miembro tenia algo que el quería y eso no tardaría en convertirse en un problema entre ellos.
A la periodista no le paso desapercibido sus atractivas facciones, cabello corto, nariz afilada, labios delgados, piel bronceada, ojos pequeños y cejas pronunciadas. Tenia ambas orejas horadadas con pequeñas argollas, lucia bastante bien, eso sin contar tremenda personalidad y encanto acompañado de un impecable esmoquin.
-¿No pretenderás que se quede a ver la partida o si?.- dijo Otis Schuster sin siquiera verla a ella.
-Lo hará.- aseguro Vincent. -Me da suerte.
-¿Suerte?, tu no necesitas suerte hace unos días me dejaste sin nada, deberías concedérmela.- le dedico una encantadora sonrisa a Lara cosa que a Vincent no le agrado. -Señora Tate concédame el honor de sentarse a mi lado y brindándome un poco de esa buena suerte que tiene Dave.
La pelinegra que hasta ahora no había abierto la boca, una sabia decisión, pues toda esta reunión, todo el evento era cosa de hombres por lo que las mujeres se dedicaban solo a acompañar y ella estaba siguiendo el rol. Le sonrió amablemente a Luther y sin reparar en su falso esposo acepto.
-Sera un placer.- el sonido de su voz fue como canto de ángeles en los oídos de Luther y como tambores desafinados para los de Vincent.
Mala racha, Vincent a tenido mas que mala racha desde hace mas de una hora, no a ganado absolutamente nada y eso le a costado un poco de burlas, se a repetido que no es nada, que la suerte no esta de su lado hoy y tiene razón, la suerte esta junto a Luther que es quien a arrasado en cada partida. Tal vez su perdida se deba a que no esta concentrado, no deja de ver a Lara quien mantiene ligeras conversaciones con Luther en un tono muy bajo lo que las convierte en intimas.
Derek, Arcel y Otis también lo han notado pero los han ignorado, lo que no se explican es como Luther prestando tan poca atención al juego no a perdido, los tres se cuestionaron si esa mujer de verdad tenia buena suerte.