Capítulo 1

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Sucedió porque Jungkook era un idiota. Bueno. 

Era lo suficientemente inteligente para ser parte del equipo romano de excavación para la investigación arqueológica y arquitectónica, sin embargo, no lo suficientemente inteligente como para ver una estatua y no tocarla.  

Gracias a su hermano, quien solía trabajar en análisis de arte de la antigüedad (y quien abandonó la academia por completo para dedicarse al diseño gráfico corporativo el año pasado, el muy traidor), Jungkook obtuvo un buen trabajo con un equipo de investigación arqueológico enfocado en las excavaciones de tumbas en Italia. La mayor parte del tiempo, Jungkook pasaba las horas de trabajo que le pagaban en museos o universidades, examinando artefactos y tomando notas. Para su más reciente excavación, sin embargo, Jungkook estaba en el lugar.  

Era una tumba vieja. De la época Villanova y antigua, oscura y húmeda. Nadie había entrado ni tampoco se había dado cuenta de que había un nivel subterráneo en el templo, en realidad. El templo había estado abierto para la excavación por un tiempo, pero estas cosas se demoraban un montón, especialmente para minimizar la erosión humana.  

—¿Puedes tomar fotografías? —preguntó Namjoon, agachado frente a un azulejo y con la mirada clavada en las marcas extrañas. Era un intérprete y maestro de los antiguos etruscos.  Jungkook asintió y caminó más adentro de la tumba, cargando su voluminosa cámara y colocando la correa sobre su brazo derecho. Gruñó.  

La primera cosa que notó Jungkook fue la estatua.  

Una estatua enorme de dos metros y medio estaba de pie en el amplio espacio de la tumba de piedra, con sus pies con sandalias separados. Ella –porque era una mujer – tenía la mano izquierda levantada con la palma hacia afuera en un gesto de saludo u oración, y de su mano derecha colgaba un recipiente de forma globular. El cabello de la figura se retorcía en un moño de piedra. 

La cara de la estatua estaba dominada por unos ojos grandes y observadores. Era inquietante. Jungkook evitó su mirada, sintiéndose raro, como si lo invadieran. Sus ojos aterrizaron en la pequeña bandeja de bronce que se encontraba en los pies de la figura. Un lugar para ofrendas votivas, quizás, solo que había algo brillando dentro de ello, como joyas o piedras preciosas. La curiosidad lo atravesó. 

Jungkook se dio cuenta de que estaba un poco silencioso y observó a su alrededor. Namjoon ya no estaba tras él.  

¿Tal vez había ido a buscar más provisiones? Quizás Jungkook debería retroceder. Pero esta era solo otra excavación de rutina y Jungkook había estado lo suficiente en estas tumbas para sentirse bien versado.  

Avanzó y estiró su brazo hasta la bandeja, cerniendo su mano en ella. Sus dedos salieron negros. Cenizas.  

¿Por qué las cenizas estaban cálidas?  

Sintiéndose muy asustado, Jungkook se puso de pie, con la intención de salir de la tumba, pero entonces golpeó su cabeza con una barra de madera que definitivamente no estaba ahí antes. 

Y Jungkook se desmayó.  










Algo estaba mojado y pegajoso. Rozaba su brazo, luego su mano y se deslizó por sus dedos y desapareció. Jungkook se despertó, sacudiéndose hacia adelante con la respiración jadeante. 

—Hola —dijo el extraño, sonriendo —¿qué estás haciendo en el templo de Asha? 

Jungkook se inclinó, agarrando su cabeza mientras se quejaba. Su cráneo palpitaba desagradablemente y entrecerró los ojos ante la humedad de la habitación. 

Displacement (Yoonkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora