Pasó una semana, luego dos. El tiempo pasó rápido y Jungkoook encontró difícil llevar la cuenta de cuando llegó. Descubrió detalles sobre las personas a su alrededor y pasaron de ser personas antiguas sin cara a humanos muy reales que tenían vidas, aunque diferentes a la vida que él estaba acostumbrado. Seokjin pasó bastante tiempo teniendo pequeñas discusiones con Jungkook sobre la sociedad. La mitad del tiempo Seokjin bromeaba sobre detalles intrascendentes y Jungkook se dio cuenta que el hombre tenía un humor asesino. Y sabiendo que era cercano a Yoongi...era algo divertido.
—Mi padre era alfarero —dijo Seokjin —hacía cuencos de arcilla y los vendía a mitad de precio. Obviamente, no era el mejor modelo de negocios.
—¿Por eso te convertiste en político?
Seokjin le dirigió una mirada —¿Eso es lo que crees que soy, pulguita? Soy un cónsul, no un político.
—Está bien, tienes que dejar de decirme así.
—Eres una pulguita, sin embargo —le respondió con cariño Seokjin, estirando su brazo para hacerle cosquillas a Jungkook bajo la mandíbula. Es un gesto de cariño, Jungkook había visto a amigos muy, muy cercanos haciéndolo o incluso parejas casadas en las últimas semanas. Debía agradarle mucho a Seokjin. —A Yoongi le gusta actuar como si fueras peso muerto, pero puedo ver que disfruta de tu compañía.
—¿Lo hace? —preguntó Jungkook, un poquito ansioso. La verdad era que no había visto demasiado a Yoongi la última semana. Todos en el palacio habían estado corriendo apresuradamente por las preparaciones para la Príada, la cual comenzaba mañana.
—Así es —Seokjin le guiñó un ojo —He visto al Magistrado cerca de gente que no le agrada. Créeme, le agradas.
Bueno. Eso era reconfortante.
Después de la reunión con Matavel y Urenal, la dinámica entre Jungkook y el Magistrado cambió a algo mucho más cómodo; cualquier resentimiento persistente que tuvieran con el otro cambió a uno distante, si es que no a un respeto cariñoso. A pesar de que ambos son declarados "amantes", eso no significaba que a Yoongi tenía que gustarle. Afortunadamente, parecía que sí le gustaba. Y a Jungkook le gustaba pasar tiempo con Yoongi. Solo un poquito.
Incluso Jimin lo visitaba para saludarlo, aunque la visita era una oportunidad para quejarse.
—Hola Jimin —dijo Jungkook, alegrándose. Le gustaba Jimin, el sacerdote era amable, aunque un poco difícil de leer.
—Saludos, Jungkook —le ofreció amablemente, sirviendo algo en una copa, para luego ofrecérsela a Jungkook. —Por favor, bebe esto.
Jungkook olió la copa. —¿Vino?
—Vino diluido —le corrigió Jimin —La príada es mañana. Yoongi está deseando estar muerto ahora mismo, pero eso es normal.
—¿Oh? —Jungkook estaba sorprendido al escuchar lo duro que había estado trabajando Yoongi por esta celebración religiosa. No parecía encajar en su personaje. Jimin eliminó su preocupación con una sacudida de su cabeza. —Asha escogió a Yoongi para convertirse en Magistrado. Eso significa que Asha lo ha estado observando desde su nacimiento y que esta selección tiene orígenes divinos. Es por eso que Yoongi no escatima esfuerzos en el evento.
—Eso es un poco...aterrador.
Arqueando una ceja, Jimin limpió la orilla de su copa con la tela. Un pequeño toque de vino de uvas volvió la tela roja.
—¿Lo es? Yo lo encuentro honorable. De todas las personas en Tyyrhennia, lo ha estado observando a él.
Síp, no. Sigue siendo aterrador. Junkook mantuvo el pensamiento para sí mismo y se tomó el vino de un trago. Era espeso y pesado, con restos de uva al fondo de la copa.
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Displacement (Yoonkook)
General Fiction-Eres encantador, después de todo -dijo el hombre, parpadeando apreciablemente mientras miraba a Jungkook de arriba abajo en minuciosa consideración. -Creo que le gustarás mucho al Señor Yoongi, incluso con esa extraña ropa que estás usando. Jun...