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Yewon contuvo el llanto en todo lo que restaba del dia, aun ante la atenta mirada de Eunbi quien se contenia de volver a preguntar ante la negativa de la menor.

Al llegar al departamento volvió a revisar su móvil, Yoongi no había contestado su mensaje, simplemente le clavo el visto. Sin poder contenerse lloró en medio de la ducha, su corazón dolia, odiaba la situación, quería volver a sonreir y mimar a su novio como en el pesado. Pero las cosas ya no eran como antes, aquello le preocupaba, la aterraba.

Al salir de la ducha y una vez cambiada, aun seguía observando su móvil, sin respuesta de su parte, volvió a escribirle y llena de dudas lo envió. Le pedía que llegará con cuidado y que lo quería. Al ver el visto presto más atención, él estaba en línea y figuraba un "escribiendo" algo que puso ansioso el corazón de la menor. Para su mala suerte recibió un "me quedaré en la empresa toda la noche", aquello afloro las lágrimas de la menor y sin querer se encontraba llorando a gritos por su condición actual.

Lo que no sabia Yewon era que Jimin acababa de ingresar al departamento luego de su trabajo nocturno, al oir los gritos de dolor provenientes de su habitación se aterro, ¿a caso Yoongi le había hecho algo?

Sin perder tiempo corrió hasta la habitación para abrir la puerta y encontrarla en un mar de lágrimas, recostada abrazando contra su pecho aquel cuadro que una vez observó en el comedor; una foto de ambos abrazados y una sonrisa en los labios de Yoongi gracias al beso que la pequeña le daba en su mejilla.

-Yewon... -susurro al verla en aquella condición tan cruda, una posición fetal, tan indefensa delante de sus ojos. Intentó acercarse pero ella lo detuvo.

-No.. sólo aléjate de mi... -imploro con su rostro inchado, Jimin decidió ignorar su súplica y avanzar hasta la punta de su cama, en donde se sentó.

-Yewon... -acarició su espalda, sintiéndola temblar debido a sus lágrimas.

Nego- Él lo dijo... -sollozo- sólo soy una niña indecisa... -se aferraba aun más aquel porta retrató. Aquello le dolió tanto al castaño, odiaba verla en aquellas condiciones y aun más, detestaba estar frente a la idea que el causante sea Yoongi a quien aquella pequeña amá sin duda alguna.

-Mereces algo mejor que un simple, "eres una niña que no sabe lo que quiere", eso es lo que creo pequeña. -se puso de pie para salir de la habitación.

Yewon lloró con más fuerzas al oírlo y sentir el vacio que dejo al salir de la habilitación, realmente estaba pérdida, Jimin le hacia perder su cordura. Pero ella amaba a Yoongi, era él, siempre fue él y seguirá siendo él... ¿verdad?

Jimin se acercó a la habitación con una bandeja entre sus manos luego de um rato, en ella traía una taza de té de tilo con pedazos de canela para sus nervios, una pastilla para aquel dolor de cabeza que seguramente tendría y un vaso de agua para poder ingerirla.

-Yewon, por favor... -suplico pero ella no respondio- no me iré hasta que no acabes esto. -aclaro con suavidad, ella entendió para con sus pocas fuerzas sentarse sobre la cama y observar aquella bandeja sin verle la cara al chico; el cual observó cada detalle de aquel hermoso rostro, uno que se encontraba hinchado, rojizo y con rastros de lágrimas secas.

La menor tomó aquella pastilla y el vaso de agua para ingerirlo sin reproches, estaba cansada y el tan sólo hablar le pesaba. Al ver como él tomaba la taza entre sus manos se vio obligada a tomarla.

-Esta caliente, ten cuidado. -informo y con cautela la tomó para quitárselo de encima, quería estar sola, lo merecía.

Pequeño detalle que no sabia, Jimin no se iría, no pensaba dejarla sola.

-¿Hyung no vendra? -pregunto y al no recibir respuestas más que una mirada pérdida y melancólica comprendio la respuesta.




Yuna fue la última en retirarse de la empresa, Yerin le pidió por favor que regresará para archivar aquella carpeta tan importante que ella había olvidado, como la más alta vivía cerca de la empresa, asi lo hizo.

Cuando apagó las luces y se encaminó para marchar, pudo observar una luz encendida y un claro ruido de vidrio rompiéndose, algo abatatada por aquello, tomó valor y se acercó con su teléfono en mano, si en el peor de los casos se trataba de un delincuente, ya tenia marcando a la estación de policía.

Al acercarse hasta la oficina y escuchando la otra línea en marcación pudo observar a un joven rubio rodeado de botellas de alcohol y una de ellas en el suelo hecha pedazos.

-Hola, estación de polica, ¿en qué podemos ayudar? -se escuchó detrás de línea.

-Lo-lo lamento... -se disculpo para cortar y suspirar de alivio; pero al ver a su jefe en aquella condición le hizo sentir compasión y pena en cierto modo- Yoongi, ¿Qué haces aqui? -el mayor la miro pérdida en su propias penas.




-Vete... -pidio, más él negó- Jimin por favor... -volvio a pedir con pesar, apenas podía hablar, realmente no quería hacerlo.

Jimin volvió a negar para acomodar su cabello mejor, ya que este se encontraba desordenado y algo pegado debido a sus saladas lágrimas, ella cerró sus ojos para no volver a llorar pero fue en vano.

-Esta bien, puedes llorar... -consolo él, pero ella mordió sus labios algo agrietados por la sequedad.

-No lo entiendes... es tú culpa... -sollozo débilmente pero por la cercanía y el silencio él logró oirla, sintiéndose aun más culpable que antes. Él era el motivo de su pelea con Min.

-Lo siento... -la vio voltear para ignorar su presencia- pero aun asi, no pienso dejarte sola... -no podía evitar recordar a su hermana.

-Oppa estare bien, solo ve a casa... por favor -sonrio convenciendolo de irse aquella noche, por lo que el mayor la abeazo con fuerza y se despidio confiado en ella.

Él no volveria a cometer el mismo error dos veces, no la dejaría sola esta vez.

Ella no dijo más, solo quería dormir y descansar, su cabeza ardia realmente.

Jimin se posicionó a su costado y rodeando su cintura en un tierno y cálido abrazo, acaricio su cabello con ternura, algo que no le molesto a la menor, quien solo se rindió a su calides y al tan pesado sueño.




-Ya casi... -apenas pudo pronunciar Yuna al recargar sobre sus hombros el brazo de un pesado cuerpo, como lo es el de Min Yoon Gi en esos momentos.

Al abir la puerta apenas pudo dejarlo caer en su sofá, suspiró y respiró con dificultad.

-¿Por qué tomaste tanto? -lo cuestiono mientras el rubio dormia rotundamente ebrio en el sofá, sin pensarlo tanto fue en busca de un alcolchado para acercarse a él y dejándolo en el suelo, quitó los zapatos negros del mayor para taparlo con el- Descansa Yoon... -susurro para despedirse de él y dirigirse hasta el cuarto de baño, necesitaba una buena ducha.

Maktub ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora