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Luego de aquella charla con Sinb, Yewon no durmió en toda la noche pensando y sentir el brazo de Yoongi rodeando su cintura no era de ningún consuelo.

Debia ser fuerte y enfrentarlo, era hora, debía serle fiel y demostrarle que aún lo amá tanto, que no desea ser más aquella pequeña adolescente dudosa de si misma.

Pero no sólo era una charla que le implicaba a él, claro que no, sinó a ambos.

-¿Por qué nos reúnes a ambos? -pregunto Jimin al verse sentado en la mesa, frente a Yoongi y a su costado teniéndola a Yewon.

-Amor, sabes que debo ir a la empresa dentro... -Jimin lo interrumpio.

-Es domingo. -ambos se observaron amenazantes y antes de que el mayor respondiera, ella tomó la palabra.

-Sera rápido. Se que ambos deben tener cosas que hacer... -los miro a ambos, era hora de enfrentar sus mayores temores.

-Princesa... -reaciono Min al oir aquellas palabras que más temia oir saliendo de su pequeña y adorable boca- ¿Qué estas diciendo?

-Lo que acabas de oir, creo realmente que nos merecemos un tiempo... -el mayor tomo sus manos con un semblante inconfundible y pesado para el corazón de la menor, suplica, pena, dolor y arrepentimiento.

-Solo para aclarar, -intervino Jimin antes de que Yewon pudiese arrepentirse de lo dicho anteriormente- todo lo que Yewon tenia que hacer para que la trates con un poco de respeto, de afecto, era dejar de ponerte atención. -rio- ¿Asi es cómo funciona esto? -indago con cierta furia en sus ojos a ver las formas nuevas de su hyung.

-Jimin no... -Yewon abrió sus ojos al ver aquel puño ir contra la mejilla del castaño- ¡Yoongi! -exclamo para correr hasta Jimin e intervenir en aquella futura pelea.

-No tienes ni siquiera que mencionarlo. Eres un desgraciado, un idiota Jimin. -Yoongi estaba hecha una furia, toda la rabia contenida hasta el momento estaba saliendo a flote. Realmenmte Yerin tenia razón, él no quería creerlo.

-Al parecer -toco su labio para ver la sangre en su mano- no mas que tu Yoon. -y sin perder mas tiempo, el mayor salio de la sala para dirigirse hasta la puerta, aun ante los gritos de su novia detrás.

-Yoongi, Yoongi... ¡oppa! -y decidir salir sin voltear a ver ni siquiera una vez. Esta aun con sus ojos brillosos fue en busca del botiquín y limpio la herida del contrario.

-Yewon... Yewon... -llamaba con tristeza al ver la fuerza que ejercia la pequeña por no romper en llanto.

-¿Qué? -pregunto al fin, luego de un largo silencio curando sus heridas, ya preparando aquella bandita.

-No puedes actuar como si no pasara nada. Él...

-No quiero hablar de él, -levanto su mirada para verlo un momento- no contigo. -y depositar aquella banda a un costado de su labio inferior. Las cosas no habían salido como lo planeo, de hecho ni siquiera se asemejaban; ella quería aclararle a ambos, que ya no quería más que una amistad con ambos, aun con pesar.

-Entonces no lo hagamos... -aquel timbre suave y delicado hizo erizar la piel de la menor, susurro cerca de sus labios, apenas ella se movio para esquivarlos.

-Jimin, no... -nego sin voz.

-Hablemos de esto, hablemos de nosotros -pidio con cierta desesperación en su entonación.

-¿No-nosotros? -repitio sintiéndose nerviosa.

-Tu también lo sientes. -poso su mano en su mejilla acariciándola con delicadeza, con amor- Yewon yo...

-No, no lo digas... -pidio interrumpiendolo.

-Pero...

-Te lo suplico, -nego al borde del llanto, se sentía sucia, mal, no quería reconocer lo que estaba empezando a sentir, un sentimiento que nació hace meses, uno que quería enterrar en lo más profundo de su corazón; no podía. -por favor... -sollozo aun entre sus manos y su rostro bajo, sus ojos dolían, las lágrimas caían.

El mayor se mantenía acunando aquel pequeño y delicado rostro entre sus manos, sus pulgares acariciaban sus mejillas, limpiando las lágrimas que dejaban aquel recorrido en ellas.

Su corazón se apretaba al verla en aquellas condiciones, odiaba verla llorar, odiaba contenerse, ya que anhelaba aquellos deliciosos labios, quería apoderarse de ellos con desesperación. Pero se contenia por ella, siempre lo hacia, porque quieria respetarla tal cual se lo merecia.

Y sin más, decidió rodearla entre sus brazos, en un tierno y dulce abrazo, escondiendo aquel rostro empapado en llanto en su pecho, permitiéndole sentir aquel sonido desepserado y acelerado que era su corazón.

-Ji-jimin... -llamo ella al sentirlo latir contra su oído.

-Esto generas en mi, esto ocurre cuando te veo llorar, cuando oigo tus sollozos... mi corazón simplemente duele, odio no poder ser más para ti, cuando tu lo eres todo para mi...

Maktub ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora