– ¿Es aquel de allí? No le veo bien la cara –preguntó Rich, señalando a un hombre alto y fornido.
–Creo que sí –respondió Killer, estacionando al lado del hombre y pegándole un susto de muerte.
– ¡Hola, Kau! –gritó Rich, abriendo la ventana.
–Oh, son ustedes –el otro sonrió, agarrando su maleta y abriendo la puerta de atrás–. Creí que iban a secuestrarme –comentó, subiéndose al auto.
– ¿Por qué iban a querer secuestrarte? –preguntó Killer, divertido, mirándolo por el espejo retrovisor.
–Por mi belleza –respondió Kau, señalando su rostro y cerrando los ojos. Killer y Rich se quedaron en silencio, aguantando la risa. Kau abrió los ojos de nuevo, mirándolos ofendido–. ¡Ey, digan algo!
Los otros dos estallaron en risas, y Kau se les unió.
–Venga, vamos a comer, que tengo hambre –Killer apretó el acelerador y se reincorporaron a la ruta, con los otros autos.
– ¿Y? ¿Cómo estás? –le preguntó Rich a Kau, dándose vuelta para mirarlo.
Kau se puso en el espacio entre los dos asientos de adelante, para poder hablar mejor con sus amigos–Estoy muy bien. Le mandé un mensaje a Killer esta mañana, diciéndole que iba a venir a verlo. Me alegré mucho cuando me dijo que tú también estabas aquí. Lamentablemente, me vuelvo el lunes a la noche. Me gustaría quedarme más tiempo, pero tengo cosas que hacer.
–Bueno, al menos pudiste venir por un día –sonrió Killer, sin apartar los ojos de la carretera.
–Siempre me alegro mucho de verlos, titi –respondió Kau, lanzándole una sonrisa a Killer y apretándole el hombro–. Entonces, ¿a dónde vamos a ir a comer? ¿Con qué me vais a deleitar esta noche?
–Ya hemos tenido demasiado con los bares –comentó Rich, y Killer rio–, y comimos hamburguesas de almuerzo. ¿Qué quieres tú? –le preguntó a Kau.
Kau, que no se le escapaba una, los miró con una ceja levantada–Después tendrán que contarme eso del bar. Y qué quiero comer... No lo sé, cualquier cosa me viene bien.
– ¿Pizza? –sugirió Killer, y los otros asintieron–. Pizza será –dijo, doblando en una calle.
–Voy a poner música –dijo Rich, conectando su celular al parlante del auto–. ¿Qué pongo? ¿La canción de los pimientos?
–No, por favor no –dijeron sus amigos al mismo tiempo.
–Vale, entonces pongo rap –prendió su celular y puso una canción.
Pasaron varios minutos en silencio, escuchando la música. Kau movía la cabeza al ritmo de la letra, al igual que Rich. Killer, en cambio, tamborileaba los dedos en el volante. Parecía no haberse dado cuenta de que lo estaba haciendo.
Rich lo miraba de reojo. Killer tenía una media sonrisa, una de esas que se forman cuando uno está feliz y no te das cuenta de que la tienes. Movía los labios al son de las palabras, y su amigo se quedó mirándolos. Él le transmitía paz: la postura de su cuerpo, sus movimientos lentos manejando el auto... Todo en él lo tranquilizaba.
Kau, que se daba cuenta de todo, carraspeó– ¿Hay algo de lo que no me estoy enterando...?
Rich se sobresaltó, mirándolo con una sonrisa inocente, sin saber qué decir o cómo actuar para disimular–No lo sé. Killer, ¿hay algo de lo que Kau no se esté enterando?
–Creo que no –respondió el otro, que no había notado la mirada de su amigo sobre él hacía unos segundos ni su sobresalto por la pregunta de Kau–. Podríamos contarle lo que pasó en el bar.
ESTÁS LEYENDO
Te quiero, capullo - KillerRich
Fanfiction¡Hola! Mi nombre es Ricardo. Rich, para los amigos. Vamos a ponerte en situación. Digamos que, con el paso de los años, me empezó a gustar mi mejor amigo, Rubén. Algo así como atracción, ¿no? ¿Cómo? ¿Qué quizás me enamoré y no lo quiero aceptar? Nah...