GLAMOUR.

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El día había llegado, el baile, para mí un día muy ocupado, mi trabajo es que Carolina este perfecta el vestido está listo, su aderezo elegido de exquisita combinación un rosa como el vestido, el peinado un recogido con perlas y plumas blancas; ella estaría para perder el aliento.

Era un día soleado, sin planes de lluvia, fui a desayunar temprano, todos ya estaban en el comedor, Donald tenía reservado un asiento para mí a su lado. Que buen detalle me gusta conversar con él era simpático y elegante.

Buen día Lucille, estas muy bella el día de hoy.

Gracias señor usted siempre tan elegante, pero no diga cosas obvias, me deja en evidencia, que no es mi mejor mañana.

No se menosprecie, esta perfecta.

De alguna manera Donald me pone nerviosa, su forma de hablarme como si me conociera de siempre, era extraña jamás había sentido algo así, el compañerismo y la confianza que transmitía no era normal para mí, cada vez que tenía un tiempo libre lo buscaba, chismeábamos mucho, nos reímos juntos, estos pocos días podría decir que era mi amigo uno de los pocos que tengo.

Para nada es menospreciarme, pero estoy cansada y ojerosa.

Lo entiendo hoy es una gran noche, y sé que se lucirá con su caroline.

Esperó que sí. Ella si se verá bellísima. Dije sonriendo.

Y que harás cuando todos se marchen, me Imagino que no los acompañaras.

No iré eso no es lo acostumbrado. Aunque Carolina ha insistido mucho que si la acompañe, para aconsejarla; como si yo supiera mucho sobre estos bailes.

Yo pensé que eras experta. A parte que siempre te halagan por tus elecciones y buen gusto en ropa. Dice sonriendo en un tono burlón.

O sea se burla de mí por no tener experiencia en estas cosas, le recuerdo que es la segunda vez que visitó Londres, pero no soy tan pueblerina en mi exquisito gusto. Le dije fingiendo molestia pero con una pequeña sonrisa.

Para nada me burlaría de ti, no podría mi corazón londinense lo prohíbe. Disculpe si la moleste. Tenía una sonrisa muy especial llena de optimismo en eso somos parecidos.

Lo disculpó, pero que no se repita, por favor. Los dos reinos y los demás nos miraban con sospecha, que chismosos eran.

En eso sonó mi campaña era Carolina. Que ocupaba algo. Me despedí de todos Con una reverencia.

Donald recuerda que ella estará aquí unos meses, no te enamores tan apresuradamente. Le dice la cocinera.

La consideró mi amiga Srita. Pero no niego que sea bellísima y que la admirara por sus talentos.

Lo que anticipo no es bueno para nada, te aconsejó que guardés tu distancia con srita. Porter ella es joven y no quisiera que sufrieran ninguno de los dos. Dijo el mayordomo.

Es una orden sr.? Porque no podría obedecerla. Dijo preocupado

Es una sugerencia Sr. Porque le estimó.

Cuando entre en la habitación de caroline, ella estaba acorrucada en su cama como un bebe, ya era tarde y ella era de las personas que se levantaba temprano. Algo le pasaba y no era bueno ni inteligente.

-pequeña que pasa ¿le pregunte preocupada.

-pasa que amanecí más fea que nunca. Me dijo casi llorando.

- nada de eso Srta. Esta igual que otros días. Esta nerviosa es todo. Le dije animándola.

- no entiendes hoy es decisivo; toda mi vida me han preparado para esto, siempre me hablaron de este día de lo especial que seria, que este día dejaría de ser una niña, para poder casarme. Y ya conocí al hombre al menos eso creo, estoy nerviosa lo admito.

LUCILLE PORTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora