Chapter 13. - Culpabilidad.

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  Culpabilidad;

Circunstancia de ser culpable.

...

En los últimos dias el castaño habia estado sintiendo tanto dolor en su pecho, una censación amarga en su estómago, y ya no habia sido capáz ni de besar a otra persona, en definitiva sentia culpa. A las noches ántes de dormir algo lo estaba atormentando, pensando una y otra vez las veces que su novio habia tomado aquellas pastillas con efectos secundarios ya notorios en el bajito, y aquellas navajas encontradas hace poco.

El pelinegro no paraba de sentir esas náuses horribles llegar hasta el punto de no poder comer y aún así vomitar, su boca seca, más nerviosismo de lo normal. Aveces no podia evitar el temblar de sus manos, la pérdida de peso era notable, sus mejillas ahuecadas lo confirmaban. Y lo peor de todo es que en su dia a dia le hacían falta las patillas Fluoxetina que tomaba ahora todos los dias. Tal vez unas dos o tres veces por dia, él mismo sabia que estaba mal, pero si no tomaba esas pastillas sólo podia sentir las ganas de volver a su cama y dormir cómo por un año, lo extraño es que por la noche ya no podia conciliar el sueño, por eso la necesidad de las Doxilaminas.

Ahora mismo el castaño se encontraba en el sofá en posición de flor de loto, con su computador en sus piernas con preocupación buscaba el causante de la pérdida de peso de Lee, junto con las veces que vomitaba o simplemente no comia. Claramente lo notaba, y claramente era por algo que estaba tomando, pero no encontraba el resultado, suspiró frustrado. Hasta que su novio bajando por las escaleras con dificultad llamó su atención, estaba apunto de preguntar la razón hasta que su pequeño novio calló al piso en un golpe seco. Rápidamente levantandose del sillón para ir directo hacia el pelinegro y tomarlo en sus brazos y llevarlo hasta dónde anteriormente estaba sentado y lo acostó.

- Félix, contesta porfavor. -Dijo nervioso.- ¿Qué deberia hacer? -Sacando su celular del bolsillo y ántes de poder marcarle a alguien el bajito abrió lentamente sus ojos.-

- ¿Qué pasó? -Preguntó confundido.-

- No lo sé. Te desmayaste por unos minutos. Dime algo Lee...¿todo ésto se deben a las pastillas que estás tomando últimamente verdad? -Preguntó con semblante serio.-

- ¿Acaso te preocupa? -Preguntó sentandose y bajando la mirada a sus pies.-

- Sí Lix, ahora por favor contesta mi pregunta. -Dijo con su tono de voz más tranquilo y tratando de sonar suave.-

Aquel pequeño apodo habia hecho el corazón del pecoso volver a latir cálidamente. ¿Hace cúanto no le hablaba de aquella forma? No lo recordaba pero no queria volver a caer en los lindos apodos de su "novio" queria demostrarle que él también era fuerte, aunque se estuviera rompiendo por dentro y de manera figurativa por fuera también. Aunque el supiese de aquellas pastillas, que lo hacían sentir un drogadícto, pero las necesitaba, sabia que no era un drogadícto en el sentido literal de la palabra, pero sentía vergüenza de admitir que él tomaba con tanta regularidad aquellas drógas buenas para sus problemas.

- N-no lo haré Hwang. -Dijo con voz temblorosa pero recuperandola al instante.- ¿Nunca te preocupaste por mí pero ahora si quieres hacerlo?

Mierda, y el pelinegro tenía tanta razón, no pudo cuidar ni preocuparse adecuadamente a su novio.

- Eres despreciable Hyunjin. -Sus ojos se volvían más cristalinos al pasar el tiempo hasta el punto de tener sus lágrimas al borde de sus ojos.- Bien, acepto que no soy el mejor novio, ni la persona más guapa, ni con mejor físico, y sé que mis malditos problemas de confianza, depresión y ansiedad te tuvieron pendiente a mi en el pasado.

¿Trataba de insultar a Hyunjin o a él? Ya no lo tenia claro.

- Pero no ahora, quiero hacer ésto por mi cuenta, a mi manera, y si necesito aquellas pastillas que sé que no son el mejor camino, lo haré. -retomó sus palabras.- mierda...soy tan penoso. -susurró para luego reír lastimosamente con lágrimas de tristeza resbalando por sus mejillas.-

  La imagen era tan triste y desgarradora. El pelinegro sentado en el sofá con su cabeza gacha, sus manos temblando y lástimadas debido a que el mismo pelinegro era quién las rasguñaba, y clavaba sus uñas en la palma de éstas. Sus ojos llenos de lágrimas que no paraban de salir, su rostro notablemente más delgado, sus cabellos desordenados y sus labios levemente secos. Ese no era su bello y sonriente Félix, y al pelinegro le invadieron las ganas de llorar por que sabia que él habia causado ese cambio tan negativo en su novio. Habia traido al anterior Félix nuevamente.

  El pelinegro no aguantando más se levantó con las fuerzas que le quedaban y salió de casa. Sabía que no era conveniente salir en ese estado, pero ahora no le importaba nada.

Mal novio. | Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora