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IV

  “Eres una serpiente: sexy y venenosa”

San sonrió en la puerta dela casa cuando vio a Yeosang bajar de su coche, su abrigo negro hacía babear a más de una modelo a su lado.

Por supuesto... Por quién lo había traído realmente estaba pegado a su padre.

—San, ¿Cómo está el Playboy favorito del medio?

San miro a una modelo pasar por su lado con un bikini y un tapado de piel, la misma que lo saludó con la mano y se giró para irse.

—Está como quiere.—murmuró con una sonrisa y Yeosang lo abrazó con una sonrisa antes de silbar por lo bajo.

—Por lo visto el señor Choi no ha bajado sus estándares, ¿Ah?

San giró su rostro para ver cómo Wooyoung estaba sentado en su regazo mientras besaba su cuello. El hijo gruñó y miró a su amigo.

—Serás su fotógrafo.

Yeosang rió bajo y negó con la cabeza.

—No.

—¿No?—San elevó una ceja.

—Sé lo que tienes en mente y amo mi profesión demasiado como para terminar tirando una carrera que pulí cinco años a la basura.

San elevó una ceja y se lamió los labios.

—Te pagaré el doble de lo que papá te dará.

—No San.—Yeosang movió su mano con desdén.— Tengo una hija que mantener.

—Eso no te impide engañar a tu esposa y ni trates de negarlo. Tu celular tiene las fotos de amantes que yo en la fiesta de Ibiza.

El pelirojo dió una sonrisa ladina antes de guiñarle un ojo.

—Si llegase a aceptar, el chico se daría cuenta. Ya me he acostado con los  suficientes para saber que en cuanto me mire se pondrá a la defensiva.

—Yeosang... —San suspiró y se acarició el tabique.— De acuerdo... Lo haré yo...

—¿Por qué te molesta?—Yeosang miró al joven, el que ahora de levantaba para ir al set.

—Puede ser mi hermano.—gruñó San.— Y si planeas decir que es porque estoy en contra, no es así.

—¿Ah no?—su amigo llevó sus manos hacia los bolsillos de su pantalón azul oscuro.— Entonces dame una explicación, porque no le veo lo malo.

El hijo Choi miró claramente como Woo se sentaba sobre el barandal del hotel en dónde estaban haciendo la temporada de invierno.

—Solo míralo. Podría ser incluso mi hermano, ¡Es completamente ilógico! Le saco seis años de diferencia, seis años en los que mi padre podría haber puesto su esperma en otro lado.

—Eso es imposible Minho. Todos en el medio sabemos que tu padre moría por tu madre, el señor Choi le dió a tu madre la vida de cuentos, eran la pareja perfecta.

—Si el modelo hubiera tenido treinta o incluso  cuarenta años no me opondría pero es una locura.

Yeosang rió y golpeó su pecho antes de caminar hacia delante. Ambos entraron al set y los ojos de Wooyoung se clavaron como cuchillos en ellos.

San lo recorrió con la mirada antes de blanquear los ojos. El modelo sólo se bajó del barandal y miró a Yeosang.

—¿Y él?

El señor Choi se acercó y rió.

—¿Yeosanggie?

El joven se giró y sonrió, abrazo al hombre y miró al modelo.