Capítulo 22

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Al día siguiente desperté y lo primero que vi al mirar hacia el lado fue la espalda tatuada del Erick, seguro no tuvo con quién dormir o le había durado poco el enojo. Me levanté y me fui a duchar, una vez que salí lo encontré aún acostado con los brazos por debajo de su cabeza y la vista pegada al techo.

—¿Y tú?—Le pregunté cuando me acerqué a la cama.

—¿No puedo dormir aquí a caso?—Se levantó—Me voy a bañar—Se metió en el baño mientras yo me secaba el cabello, al rato salió con una toalla amarrada a la cintura.

Cuando se vistió nos fuimos a desayunar con su familia y su amiga. El Erick hablaba con el Jean mientras yo hablaba con la Sherry y su mamá. Acabamos y nos fuimos al yate que había arrendado el Erick cuando hizo la reservación.

—Hueona que lindo—Me dijo la Sherry mientras mirábamos el mar—Hubiese sido mejor sin las visitas pero bueno.

—Eres terrible, que bueno que no te caí mal—Ambas reímos.

—Tranqui Mayte, oye y ¿están peleados con el Erick?.

—Anoche discutimos y no hemos hablado ahora, tú cachay por qué.

—Penca la hueá, son vacaciones y solo deberían pasarla bien.

—Que se le va hacer po—Encogí los hombros—¿Vamos a tomar algo?.

—Vamos por un whisky—Ambas nos dirigimos al mini bar que tenía el yate.

—¿Que están tomando?—Preguntó su mamá llegando a nuestro lado.

—Whisky mamá, ¿te sirvo?—Ella asintió y le dió un vaso—Hija, ¿todo bien?—Me preguntó.

—Si no se preocupe, todo bien—Le sonreí.

—Amor, ¿puedes venir?—Llamó el Erick desde la puerta.

—Suerte—Me susurró la Sherry antes de que me fuera con él.

—¿Que pasó?—Pregunté cuando llegué a su lado.

—¿Ya se te pasó la hueá?.

—Tú fuiste el que salió todo enojado anoche, no yo.

—Ya Mayte, si al final me devolví no me fui a ninguna parte. No quiero que estemos peleados.

—Yo menos, pero pucha—Lo miré—Me carga que ella esté aquí.

—Yo sé y no fue buena idea traerla, pero ella no tiene intenciones te lo juro.

—Eso espero—Nos apoyamos en la baranda mirando el mar—No quiero que peleemos en nuestras primeras vacaciones juntos.

—Yo tampoco amor, perdón por lo de anoche—Me abrazó—Te amo, mi guagua celosa—Ambos reímos y me besó la frente.

—Mira quién habla de celos—Le di un golpe despacio en su brazo—Care raja.

—Ya sé amor, no me pegues—Me besó—Yo te amo a ti, a nadie más. 

Al final nos arreglamos y nos fuimos a beber algo con todos. 

—Erick, ¿irás a Antofagasta?—Preguntó la Belén.

—Yo creo que si, ¿o no amor?—Me preguntó y yo asentí.

—Podríamos hacer algo, yo también quería ir—La Sherry me miró y rodó los ojos.

—No sé, Belén. Solo iremos por unos días porque tenemos que ir a Viña a ver a la mamá de la Mayte—Le contestó el Erick un poco cortante.

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