Capítulo 34

1.3K 44 7
                                    

—Amor, tengo que contarte algo—Entró a la pieza con su teléfono en la mano.

—¿Qué pasó?—Pregunté al ver su cara de preocupación.

—Sé que eso no te va a gustar—Lo miré más atenta—Pero necesito que me entiendas un poco, por favor.

—Ya dime que me asustas.

—Mayte, la Estefy necesita quedarse aquí unos días—¿Cómo?—No pienses mal, es que ella tiene problemas ahora.

—No si obvio que no pienso mal que se venga tu ex a vivir aquí unos días—Le contesté sarcástica—¿Tienes casa de acogida a caso?.

—Ya po Mayte si de verdad lo necesita—Hizo una pausa—Ella antes ya había tratado de suicidarse.

—¿Y crees que es buena idea que con esa clase de problemas se venga para acá?.

—Sé que no, pero no tiene a nadie más. Solo serán unos días hasta que su mamá vuelva, por favor Mayte.

—No entiendo nada—Negué con la cabeza—Bueno, entiendo que pueda tener problemas pero no es lo correcto, Erick.

—No molestará en nada, ya se lo advertí. A lo más serán dos semanas como mucho mientras todo se calma.

—Mira al final no puedo decir más porque aunque no me guste esta es tu casa—Rodé los ojos—Pero no pienses que no me carga la hueá.

—Si yo supiera que es con otras intenciones, ¿crees que le hubiese dicho que si?.

—Ya no sé, me da igual—Le contesté cortante—¿Y si el Diego lo necesitara también podría vivir con nosotros unas semanas o no?—Si las miradas mataran, ya estaría muerta ahora mismo.

—No es lo mismo, ese hueón sigue interesado en ti en cambio ella no.

—¿Te parecería lógico si fuese al revés?.

Iba a hablar pero me paré y me fui al baño para escapar de la situación. ¿A caso era lógico?, su ex viviendo aquí no podía significar nada bueno independiente de las circunstancias pero tampoco podía sentirme con el derecho de decir más cosas porque no es mi casa pero eso no quita que quiera arrancarle la cabeza y sacarle el cerebro.

2 días después

Finalmente llegó la muchacha en un taxi que la dejó frente a la puerta, miré por la ventana y vi que el Erick salió a abrir la puerta y ayudarla con las maletas. Antes de que entraran me fui a la pieza para hacerme la tonta y no tener que saludarla.

—Solo serán unos días—La escuché—No quiero molestar pero no tenía a quien más llamar.

—Si de seguro no querías molestar—Hablé sola en voz baja.

—No hay problema, pero la Mayte ahora vive aquí conmigo y ella estará aquí.

—No te preocupes, yo no molestaré en nada.

Escuché qué dejó las maletas en la otra habitación en donde ella se alojaría durante esos días. Me sentí mal educada por no saludar o siquiera asomarme pero supongo que es lo obvio, después de todo dudo que él hubiese hecho lo contrario si se tratase de un ex mío.

Sentí sus pasos en dirección a la pieza así que me paré rápido al baño y justo cuando entró yo salí como si nada y me senté en la cama a ver mi teléfono sin mirarlo ni hablarle.

Ya llegó—Me informó pero solo asentí con la cabeza sin despegar la mirada de mi teléfono—Le dejé todo claro y le dije que tú vives aquí—Volví a repetir mi gesto anterior—Voy a ir al supermercado, ¿irás conmigo?.

Eres lo que necesito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora