Capítulo 38

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Desperté y lo primero que sentí fueron los brazos del Erick sobre mi cintura, me giré y dormía profundamente. Entonces fue que recordé porque estaba ahí con él y todo lo que había pasado, me gustaría que fuese un sueño porque no concebía vivir sin ella pero las cosas no siempre salen como uno quiere o espera.

Me duché y cuando llegué al primer piso estaba mi mamá y la Javi, ella se abalanzó sobre mi pata abrazarme y darme ánimos. Tomamos desayuno las tres porque después del viaje de seguro el Erick estaba cansado y no quería despertarlo. A decir verdad yo tampoco tenía ánimos de nada obviamente así que una vez que termine me excusé y me fui a la pieza de nuevo.

—Buenos días, amor. ¿Cómo amaneciste?—Me abrazó cuando se sentó en la cama.

—Ahora que tú estás aquí, bien—Lo besé cortamente—¿Y tu mamá y la Sherry?.

—Ellas se irán hoy en la noche de vuelta a Antofagasta así que si quieres después vamos a despedirnos.

—Mejor anda a buscarlas así estamos con ellas antes de que se vayan.

—Amor, es mejor que tú y tu mamá salgan para distraerse. ¿Te tinca ir a la playa todos juntos?, así se olvida un poco la pena—Asentí y me besó la frente para luego irse a duchar.

Al final fue por su mamá y la Sherry y almorzamos todos juntos. Nos hacía bien estar rodeadas de gente porque todos trataban de subirnos el animo haciéndonos reír y eso era reconfortante porque el último tiempo solo fuimos ella y yo.

—Que rico el sol—Disfruté cuando nos sentamos en la arena.

—Chanchi te extrañaré—Me abrazó la Sherry.

—Mi chanchi gracias por venir—Le besé la mejilla con fuerza.

—Mi niña las esperaremos en Antofagasta para las próximas vacaciones—Comentó la mamá del Erick sentada al lado de mi mamá.

—¿Enserio nos invitan?—Preguntó mi mamá emocionada.

—Suegra, ¿no quiere irse con nosotros?—Le preguntó el Erick. Yo no lo había pensado pero sería lo mejor.

—Yo creo que sería lo mejor, Laura. Te hará bien estar con los niños y distraerte—La abrazó la mamá del Erick nuevamente.

—Mamá yo no te dejaré quedarte aquí sola, vámonos juntas.

—Hija pero, ¿y la casa?.

—Si quiere irse con los chiquillos la pueda arrendar—Propuso la Javi—Tía Laura, mi mamá anda buscando arriendo porque se aburrió de Santiago.

—Viste mamá, si quieres puedes arrendarla.

—Suegra, tómese su tiempo no se sienta comprometida. Nosotros le hacemos el ofrecimiento y usted decide—Le sonrió. Ella solo le sonrió de vuelta agradecida.

Acompañé al Erick a comprar Donuts y bebidas para todos. Disfruté esos momentos con las personas más importantes que tengo pero por sobre todo me alegraba ver a mi mamá un poco más contenta.

—Suegra, no sabe cuánto le agradezco que viniera—La abracé cuando ya estábamos en el aeropuerto.

—No me agradezca hija, ahora somos familia—Me abrazó de vuelta—Acuérdese que ahora es su ángel y no sufra por ella porque ahora ella está descansado tranquila y siempre la va a cuidar—Me acarició la mejilla.

—Mi chanchita, gracias por tanto—Abracé a mi cuñada—Ya nos veremos de nuevo.

—De nada mi chanchi, te espero en las vacaciones si o si.

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