11- La cita

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Jennie

—Lili a dónde vamos? –pregunté por milésima vez, teníamos como media hora en camino no sé a dónde y quizá iría más tranquila de no ser porque llevaba los ojos vendados. Escuché la risita de Lisa.

Nuestra cita iba muy bien, Lisa había pasado por mí a las 5 PM muy puntual como siempre, fuimos al Pacific Park y la tarde se fue entre juegos y risas de ambas, me demostró su destreza así como también su miedo a las alturas, Lisa podría ser muy grande pero era una pequeña bebé. Duramos como dos horas que fueron bien apreciadas de mi parte, me la estaba pasando muy bien pero el estar tapada de ojos era algo que no me gustaba en absoluto.

—Ahorita verás.–dijo sin más.

—Lisa tenemos como media hora así, me volveré loca.–susurré. Soltó una carcajada.

—Eres una ridícula Rubyjane, apenas llevamos 5 minutos.

Después de unos minutos más sentí como Lisa detenía el carro y como desabrochaba su cinturón.

—Espera un minuto Nini.–luego de eso escuché como abría su puerta y rápidamente la cerraba.

Sentí como abrían la mía ya que tenía el codo recargado en ella, desabroche mi cinturón y baje de la camioneta con ayuda de Lisa. Escuchaba a lo lejos el sonido de las olas y un leve olor a mar se colaba por mis orificios nasales. Lisa me tenía agarrada de la cintura mientras me conducía al lugar secreto, subimos unas escaleras y ella seguía en silencio. Al llegar a un punto escuché el sonido de como abría una puerta.

Lisa puso una mano en mi cintura indicándome que debía caminar y luego escuché como cerraba nuevamente.

—Gira.–coloco sus manos sobre mi cintura e hice lo que me pidió, gire sobre mi misma. Ella con sus manos soltó el lazo que sostenía la venda y lo primero que vi fue a Lisa sonriéndome–Eres muy desconfiada.–dijo riendo–Antes de que te des la vuelta debes saber que te he traído a un lugar muy especial para mí, nadie más que yo conoce este lugar y bueno...ahora tú también.–al decir eso sus mejillas se coloraron y yo no podía con las ganas de besarla.

Volteé a ver en dónde estábamos y quedé impresionada, era un cuarto que a simple vista se veía muy acogedor. Tenía un sofá cama color café, me di cuenta gracias a que estaba convertido en cama. Detrás de él una pared color blanco con la bandera de Inglaterra colgada y alrededor varias fotografías colgadas en él, en todas estaba Lisa con personas suponía yo cercanas a ella. A lado del sofá había una mesita de Luz que tenía una lamparita y una fotografía con personas que a simple vista no reconocí. Había un frigobar color gris y arriba de él tres pequeños vasos y botellas de Vodka. Frente al sofá había una gran corrediza de vidrio que dejaba a la vista el mar, impresionante. En una pared Lisa tenía un estilo de pizarrón que lo abarcaba casi toda, tenía dibujos, había números y fechas. Todo con la escritura de ella, lo sabía porque anteriormente Lisa me había ayudado con algunas tareas escritas e identificaba su cursiva fácilmente. Pero la parte que sobraba estaba abarcada por pinturas colgadas. Visualice que en la otra pared de igual forma habían pinturas colgadas, pero en esa esquina junto a la puerta corrediza había un caballete grande con un lienzo en él totalmente en blanco, frente a ese caballete un pequeño banco de madera y junto a él una mesita que contenía pinturas, pinceles, una playera que se veía sucia de pinturas y las cosas que necesitaría un pintor. Había algunos libros regados en el sofá. Junto al sofá había una guitarra acústica sobre un soporte y a lado de está una puerta que supuse era el baño, Caminé a la corrediza y abrí, dejó ver la costera de Venice Beach con lo que tanto la caracterizaba, su singular gente andando en bicicleta u otra caminando, murales pintados por todos lados y mucha gente vendiendo artesanías, pinturas, comida, el ambiente de Venice Beach era inigualable. En el pequeño balcón de Lisa había solo una hamaca colgada.

She Takes Control [Jenlisa G!P] Where stories live. Discover now