She Takes Control [Jenlisa G!P]

28- Flashback

Jennie

—Pero que carajos.–murmuré viendo al pequeño perro ladrando como un completo loco frente a mí, cerré la puerta sin importancia de hacer ruido...si este perro no los despertaba, nadie lo haría.

¿Desde cuándo teníamos perro?

Debían ser más de las 5 AM, casi amanecía y yo apenas llegaba a casa. Me asomé a ver si mis papás estaban en la sala, pero no, no había nadie. La casa estaba en completo silencio de no ser por este animal.

—Dalgom ven aquí.–escuché una voz de la cocina, el perro corrió hasta ahí ignorándome por completo.

Esa voz...

Caminé hacia la cocina y si, ahí estaba sentada la niña...cruzamos miradas pero ninguna dijo nada, ella estaba comiendo un sándwich sentada en un taburete de la isla mientras que yo buscaba un vaso para servir agua, nada mejor para la resaca que comenzaba a darme.

—Deberías estar dormida.–comenté sintiéndome un poco incómoda por el silencio.

¿Quién no se iba a sentir incómodo si solamente te está mirando, pero no dice nada?

No respondió...¿Orgullosa? JA.

Rodé los ojos dándome la vuelta y colocando el vaso nuevamente en el despachador de agua, sabía que me seguía mirando. La miré de reojo para confirmar y si, ahí estaba. Ella y su estúpido perro delatador a un lado.

¿Por qué no me responde?

Diablos Jennie, obviamente fue porque le dijiste bastarda...

Lol. Sonreí al borde de mi vaso.

¿Debería disculparme?

No, no lo hagas.

Ay estúpida.

—Escucha.–murmuré dándome la vuelta para verla directamente–Quiero que me disculpes por haberte dicho bastarda en la cena. Estaba muy enojada aunque quiero decirte que no es contigo.–no decía nada–Y lamento lo que pasó con tu madre.

Listo, lo hice. Ahora di algo y no me hagas quedar como idiota.

—Ya no importa.–contestó secamente y volvió a masticar su sandwich, iba por la mitad.

Tenía todos los ingredientes frente a ella, significa que se los preparó sola. ¿No sabe que está Sara?

Espera, ¿Ya no importa? ¿Qué clase de respuesta es esa?

—No crees que es muy tarde para comer? –así nunca bajarás de peso–No te hará digestión.

Soltó un suspiro cerrando sus ojos, ¿Estaba irritada?

—No quiero ser grosera, pero si yo no te he cuestionado por llegar alcoholizada y a las cinco de la mañana, por qué me cuestionas por un sándwich en la madrugada? –rodé los ojos levantándome del taburete en el que segundos antes me había sentado.